Ahora, llegó el momento de bajar la brecha para recuperar velocidad

Si las medidas que vienen y su secuencia de implementación son las adecuadas, el arreglo de la deuda con los inversores privados puede convertirse en el pilar para recrear la credibilidad perdida en la economía argentina. Despejar dudas acerca de la capacidad de pago en los próximos años y, sobre todo, haber evitado un default masivo, era una condición absolutamente necesaria en este sentido. 

Decíamos aquí un mes atrás que el acuerdo es apenas el principio del camino, con próxima estación en el FMI nada menos, pero que puede convertirse en la llave para encarar un proceso consistente de baja de la inflación que permita pensar en recuperar velocidad de crecimiento. Obviamente, como paso previo, el Gobierno debe decidirse a ordenar la macro pospandemia desde ahora. 

La primera y muy importante señal llegó este lunes, el día del anuncio del acuerdo, cuando el ministro Guzmán indicó que el proyecto de Presupuesto 2021 incluye una meta de déficit fiscal primario de 4,5% del PBI.

Bajar a casi la mitad del "rojo" previsto para este año en un año electoral sería una favorable noticia, pero a la vez una muestra de que el Gobierno es consciente de la necesidad de consolidar el frente fiscal ante un crecimiento potencialmente desestabilizador de los pesos en el mercado para financiar los gastos de la pandemia. ¿Se tomó nota cuando en agosto la asistencia del Banco Central al Tesoro fue de apenas 10% de los niveles de mayo? Puede ser; ahora resta conocer cómo se financiará el bache de 2021.

Hasta que la reducción proyectada del déficit fiscal llegue a hacerse realidad debe atacarse una brecha cambiaria que está en niveles inconsistentes con una recuperación post-Covid. El acuerdo con los bonistas podría capitalizarse en este sentido, ya que le permite al BCRA intervenir con nuevos bonos de poder de fuego suficiente sobre el mercado del "contado con liquidación" y absorber base monetaria en la operación. 

Administrar en estos meses los diferentes mercados del dólar es una condición absolutamente necesaria para redinamizar la actividad económica. El consumo de las familias, el motor más potente para recuperar crecimiento, sólo se encenderá si el dólar se estabiliza y baja la inflación. 

Cuatro sectores productivos cuentan con un equilibrado mix entre empleo, salarios, nueva inversión, potencialidad exportadora y desarrollo territorial como para responder rápidamente y liderar la reconstrucción pospandemia: naturalmente la cadena agroalimentaria hasta sus manufacturas; la economía del conocimiento; el cluster Vaca Muerta en gas y petróleo; y la construcción privada. 

Hacia ellos debería estar definiéndose un conjunto de estímulos específicos que posibilite transitar con los menores costos económicos y sociales posibles el trauma de la pospandemia.

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