Agua y cloacas en Buenos Aires: un subsidio del 80%

El servicio de Agua y Saneamiento de la Capital Federal y los 17 partidos del Gran Buenos Aires brindado por AySA, que sirve a unos 10 millones de habitantes requirió, en los diez años que van desde su estatización en 2006, unos u$s 10.000 millones, según las estimaciones que se pueden realizar a partir de la información publicada por la Contaduría General de la Nación. Pero los usuarios a través de las tarifas contribuyeron solamente con u$s 2.000 millones. Fue el Tesoro nacional entonces el que aportó la diferencia para cubrir el déficit y asegurar el funcionamiento y las inversiones transfiriendo más de u$s 7.000 millones. Como ocurre con el transporte colectivo o la electricidad, la región metropolitana tiene así tarifas muy baratas para el servicio de agua y saneamiento y es el Estado nacional quien responde por el déficit. El subsidio ha redondeado unos u$s 70 por habitante por año. Claro que u$s 70 es un promedio y como tal pasa por alto diferencias en el consumo de servicios y en los ingresos de los 10 millones de habitantes y, también, ignora los merecimientos de cada uno de ellos para ser subsidiado. Pero el subsidio lo otorga la Nación a los habitantes que viven en una parte del país, la región metropolitana de Buenos Aires y, entonces, los argentinos que viven en el resto del país tienen derecho a percibir un subsidio similar.
Los subsidios han permitido entonces que los usuarios contribuyan apenas con el 20% del gasto de AySA y sea la Nación quien cargue con más del 70% de los requerimientos. Más aún, los ingresos por tarifas apenas alcanzaron para financiar las remuneraciones del personal de estos diez años, unos u$s 1.900 millones.
La magnitud del subsidio y la dependencia de AySA del Tesoro Nacional fue creciendo desde su estatización pari passu con el retraso tarifario y la pérdida de relevancia de la tarifa como fuente de financiamiento. De este modo, el aporte de los usuarios vía tarifas, que representaba en 2006 el 94% del gasto total y el 270% del gasto en personal, se redujo sistemáticamente y registró mínimos en el año 2013 de 11% y 61% respectivamente. La otra cara de la moneda fue la creciente dependencia financiera de AySA de las transferencias del Tesoro Nacional a punto que en 2014 representaron mas del 70% de sus erogaciones, porcentaje que en 2006 era menor al 5%.
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