AFA: crímenes y pecados del fútbol

Días atrás, la jueza federal María Servini de Cubría libró un oficio al Secretario General de la presidencia de la Nación, "a efectos que se arbitren los medios necesarios para que se de intervención a la Inspección General de Justicia (IGJ), con los recaudos previstos en los estatutos de la FIFA". Justifica su pedido en el precario estado institucional de la Asociación del Fútbol Argentino (AFA).

Luego, una resolución del organismo de contralor IGJ designó por 90 días hábiles prorrogables a dos veedores, "a los efectos de analizar el estado de situación económico-financiero e institucional de la entidad" y a renglón seguido, suspendió las elecciones a presidente del 30 de junio próximo.

Entre sus fundamentos se lee: "Que la necesidad del consenso en la búsqueda de nuevos modos de gerenciamiento resulta igualmente trascendente para el futuro de la institución, teniendo presente que la caótica situación económica-financiera ha generado, por lógica consecuencia, una crisis de confianza tanto en la faz interna de la institución como en sus relaciones con terceros".

Desde la secretaria de presidencia de AFA a cargo de Damian Dupelliet, se presentó un recurso de reconsideración al organismo y se envió una carta a la FIFA, cuya firma fue negada desde EE.UU por el presidente Luis Segura. En dicha misiva se denuncia que: "Resulta una verdadera intromisión a manera de intervención en los asuntos institucionales de este miembro de FIFA, de gravedad por tratarse de la elección democrática de autoridades, dictada sin fundamento jurídico ni basada en hechos que ameriten la decisión".

La FIFA respondió nombrando al suizo Primo Corvaro, quien participó en comisiones normalizadoras en el fútbol de Guatemala, Honduras y Sierra Leona, junto a la Directora Jurídica de la Conmebol, Monserrat Jiménez. La abogada confirmó al programa ESPN FC 107.9 FM que una misión de exploración arribará a Buenos Aires para evaluar los problemas existentes y sus posibles soluciones, junto a especialistas en materia tributaria.

La experta reconoció la vigencia del Art. 20 de los nuevos Estatutos FIFA (abril 2016) que prescribe: "Clubes, ligas u otras entidades afiliadas a una federación miembro estarán subordinadas a ésta y sólo podrán existir con el consentimiento de dicha federación. Los estatutos de la federación miembro establecerán el ámbito de competencia y los derechos y deberes de estas entidades. La federación miembro aprobará los estatutos y reglamentos de estas entidades". La letra de esta regla arroja luz por sobre el intento de River, Boca, San Lorenzo y Racing de armar una "liga paralela" por fuera de la AFA, cuyo "propio reglamento" se dio a conocer este lunes en un hotel de la avenida Callao.

De tomarse este erróneo camino, a la FIFA no le quedará más remedio que intervenir la AFA por vía una comisión normalizadora para evitar una debacle institucional, dada la amenaza abolicionista de sus propias normas. Sólo una asamblea de AFA con 60 votos positivos podrá modificar el estatuto y darle vida a una liga profesional como instancia superadora de la crisis tal como se pregona. Mientras, el fútbol internacional vive también momentos contradictorios y cruciales. Como estandartes del auge deportivo, la Copa América del Centenario ya se juega en EE.UU y el Viejo Continente se prepara para otra edición de la Eurocopa en Francia.

Pero el lado oscuro nos muestra que la Fiscalía Suiza allanó otra vez la sede de la FIFA en Zurich, en busca de documentos y datos electrónicos que podrían vincular al actual presidente Gianni Infantino. Una investigación interna determinó que el ex presidente Joseph Blatter y los dos últimos secretarios generales Jérôme Valke y Markus Kattner, percibieron más de 79 millones de francos suizos (u$s 80 millones) entre salarios y bonus durante los últimos cinco años.

Un año atrás, la Fiscal General de EE.UU Loretta Lynch dijo sobre el llamado FIFAGate: "El fútbol pasó de convertirse en un negocio a una actividad criminal". Infantino había dado intervención al ministerio público de Suiza y al Departamento de Justicia de Estados Unidos, en el marco de su "compromiso para cooperar con las autoridades y la política de la FIFA de tolerancia cero con la corrupción". Crímenes y Pecados (1989) es una película de Woody Allen que aborda el dilema ¿Conciencia o bienestar material? En la ficción juegan dos personajes centrales.

El cineasta que encarna Allen elige a la conciencia, mientras que el otro (prestigioso y acaudalado oftalmólogo) deja que su hermano contrate a un asesino para liberarlo de quien lo amenaza con divulgar sus pecados financieros. Nunca es tarde para confesar los propios pecados si con ello se logra cambiar el rumbo.

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