A Macri le importa más acordar las reformas posibles que perder energía en objetivos ideales

Una vez más, el Gobierno dejó en claro que el todo tiene más valor que las partes. La posibilidad de obtener un conjunto de reformas estructurales con formato ideal, reclamada por aquellos que creen fervientemente que si eso no ocurre la Argentina una vez más estará desperdiciando una oportunidad histórica, será reemplazada por un conjunto de acuerdos menos ambiciosos pero más "tolerables" para quienes deben dar su respaldo político.

La idea del acuerdo posible siempre fue el objetivo de la Casa Rosada. Cuando el presidente Mauricio Macri dijo en el CCK que todos debían "ceder un poco", no estaba excluyendo al Gobierno. Pero la estrategia fue pedir mucho para poner un punto de consenso que salvaguarde las metas estratégicas. Sus funcionarios se lanzaron a una maratón de negociaciones, y fueron identificando qué puntos eran los que ponían en riesgo el consenso. Uno por uno, se dedicaron a limar asperezas hasta conseguir que el núcleo definido de antemano por el Gobierno quedara preservado lo máximo posible.

Así se fueron discutiendo primero la imposición de aumentos en las alícuotas de los impuestos internos, sanando la irritación de gobernadores amigos y convirtiendo a los opositores en potenciales aliados. Lo mismo sucedió con la reforma laboral, que demandó la intervención personal del ministro Jorge Triaca y del triunvirato de la CGT, y del Consenso Fiscal con las provincias.

En estos últimos casos, el compromiso fue más allá de la discusión puntual, y tanto el jefe de Trabajo como Rogelio Frigerio, el ministro del Interior, aceptaron reescribir los borradores y empaquetar de mejor manera aquellos puntos que lograran contar con el apoyo de las partes.

Mauricio Macri pretende anunciar mañana un preacuerdo para los tres proyectos (impositivo, laboral y fiscal con las provincias) con la idea de que lleguen al Congreso blindados , y sean objeto de una nueva pulseada con los legisladores.

Hasta el momento no tiene ninguna garantía plena de poder evitar esa instancia, pero no es poco obtener una foto en la que estén presentes la conducción de la CGT y buena parte de los jefes provinciales. A los ojos de la Casa Rosada, la posibilidad de que la Argentina se convierta en noticia por este envión reformista se potenciará vale más que la pelea por un artículo de una ley.

El Presidente cree que es preferible dar un paso en la dirección correcta, antes que quedarse quieto a la espera de la oportunidad perfecta. Esa es la señal que buscará dar a los inversores en las próximas horas. El éxito de su gestión depende en buena medida de que lean correctamente estas señales.

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