Construir organizaciones preparadas para el futuro

Crisis como la provocada por el Covid-19 y las recesiones económicas subsiguientes han tenido, de diferentes maneras, impacto para todos nosotros, tanto a nivel individual como a nivel de los gobiernos, empresas y organizaciones. 

Pero lo que marcó la diferencia fue cómo cada uno experimentó esas situaciones. Un brevísimo análisis del origen del término "experiencia" puede ilustrar claramente lo que hemos vivido en los últimos años. El prefijo Ex implica "salir del interior, de uno mismo". La raíz peri viene del griego y significa "intentar, arriesgar". Y encia viene de "ente", del "ser".

En el último tiempo tuvimos que salirnos de una realidad para transitar otra, donde debimos probar nuevas prácticas, que sin dudas implicaron enormes desafíos. Todo ello dejó cambios en quienes somos, en nuestro modo de vida y actividades. La tecnología fue una aliada innegable para aprehender esa nueva realidad, para experimentar ese cambio de forma positiva.

Nunca como ahora, la tecnología demostró su poder para brindar soluciones al alcance de nuestras manos.

Hasta hace poco tiempo, la digitalización era un fenómeno complejo y largo. Sin embargo, ante el surgimiento de la pandemia, en pocos meses vimos transformaciones a una velocidad y profundidad que hubieran sido inimaginables en otro momento.

En la Argentina, el comercio electrónico, los modelos de negocio, las operaciones y la logística se adaptaron de una manera inédita y continúan en expansión. Según el Estudio MID 2022 del Comercio Electrónico de la CACE, la facturación durante los primeros seis meses de este año representa un incremento del 73% con respecto al mismo período en 2021.

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Muchas empresas de todos los tamaños dieron el salto y se dieron cuenta de que podían hacerlo, que la oportunidad estaba allí. Hoy son las que más preparadas están para responder a las necesidades de los consumidores, que son cada vez más selectivos y exigentes porque también han transformado sus hábitos, se han "digitalizado" en muchos aspectos de su vida cotidiana, y han incorporado el uso de más y mejores recursos de información, de manera más eficiente.

Hoy el desafío ya no se trata de "empezar" a transformar digitalmente los negocios, sino de "continuar" decididamente con esos esfuerzos. En lugar de ser un proyecto puntual o aislado, la transformación digital debe ser un proceso continuo y adaptativo, que brinde al negocio la agilidad necesaria para generar resultados hoy, y estar preparado, al mismo tiempo, para lo que traiga el futuro.

Durante este último tiempo, trabajando con empresas del país y la región, hemos llegado a la conclusión de que una organización preparada para el futuro muestra tres aspectos clave. En primer lugar, la alta dirección está fuertemente alineada y no existen los silos. En segundo lugar, se apoya en sus propios datos y en las posibilidades que trae el aprendizaje automático. Y un tercer y último punto es que siempre promueve una mentalidad de probar-y-aprender.

Alta dirección alineada

El proceso continuo de transformación digital va mucho más allá de la incorporación de herramientas de marketing digital. Por el contrario, se necesita sumar en esta mirada a todos los equipos de liderazgo, tecnología, finanzas, marketing y recursos humanos, por nombrar solo a algunos.

Un estudio reciente de Boston Consulting Group mostró que en las compañías digitalmente maduras hay 7 veces más probabilidad de encontrar una alta dirección que colabora constantemente para impulsar la transformación digital.

Esto no es ninguna sorpresa: por hábil e innovador que sea, un equipo solo, ya sea el de marketing, el de tecnología o cualquier otro, no puede por su cuenta transformar todo el negocio. Si no es un desafío de todos, lo más probable es que no sea un desafío de nadie.

Uso de data propia y aprendizaje automático

El segundo sello distintivo de las compañías digitalmente maduras es que se apoyan en sus propios datos y en las posibilidades que trae el aprendizaje automático. En este sentido, estas compañías preservan la privacidad de sus usuarios y generan, al mismo tiempo, mejores resultados y crecimiento para el negocio. Esto se debe a que las soluciones automatizadas tienen una capacidad única para optimizar el rendimiento de las inversiones y alcanzar a potenciales consumidores a escala y con velocidad, en todos los canales.

Ahora bien, para obtener el máximo provecho, se deben tener en cuenta dos aspectos adicionales. Por un lado, capacitar a los equipos en tecnologías digitales, para combinar el aprendizaje automático con datos e insights que solo esos equipos conocen y pueden aportar. Y por el otro, explorar los beneficios de una infraestructura de datos colaborativa, basada en la nube, que les permita actuar velozmente.

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Resalto aquí la palabra colaborativa, porque las nuevas herramientas de colaboración generan un cambio cultural e impulsan un sistema de trabajo más participativo. Todo proceso de transformación digital traerá aparejado también, una transformación cultural. Lo cual nos da pie al tercer aspecto clave de las organizaciones preparadas para el futuro.

Probar y aprender

Con la cúpula directiva alineada y comprometida, con soluciones automatizadas y con una infraestructura de datos propia, queda aún averiguar qué funciona realmente, probando y aprendiendo. Es decir, adoptando una mentalidad permanente de prueba y aprendizaje. Esto significa llevar adelante experimentos, tener una planificación y un presupuesto flexible, y desarrollar equipos interfuncionales.

Es verdad, no podemos controlar las circunstancias externas, pero sí tenemos control sobre nuestras experiencias. Los últimos años han demostrado una vez más la resiliencia que tenemos los argentinos, esa capacidad de hacerle frente a la adversidad con creatividad y espíritu emprendedor.

Y si hay algo que nos dejaron de aprendizaje es que las organizaciones preparadas para el futuro son aquellas que puedan incorporar el cambio como una constante y la tecnología, no como un fin sino como una aliada. Como líderes de nuestras organizaciones, no solo tenemos la oportunidad de impulsar la transformación digital hacia adentro de nuestras compañías, generando resultados de negocio. Tenemos también el potencial de impulsar a todo el ecosistema, contribuyendo a generar un círculo virtuoso de recuperación y crecimiento económico.

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