

La temporada de Navidad y fin de año ya se vive en Colombia, un periodo marcado por reuniones familiares, celebraciones y días libres que muchos aprovechan para salir de la rutina y viajar. Durante estas fechas, cientos de personas buscan destinos tranquilos para compartir y descansar.
En medio de este ambiente festivo, surge una recomendación ideal para quienes planean una escapada en familia o con amigos: una joya escondida dentro de Antioquia que promete sorprender a los visitantes.
El municipio, ubicado en la subregión Occidente del departamento, se adapta a todo tipo de viajero gracias a su clima variado y sus paisajes de ensueño, que parecen transformarse según la mirada de cada visitante.
Liborina, la tierra de contrastes de Colombia
Apodado como la ‘tierra de contrastes’ de Antioquía, Liborina se perfila como una opción atractiva para estas fiestas gracias a sus impresionantes paisajes que van desde el bosque seco tropical hasta el bosque alto andino, según la latitud.

Como informa la página de turismo del departamento, en este rincón se combinan diversos climas, zonas de vida, temperaturas y productos agropecuarios que hacen de la visita una experiencia única. A menos de tres horas de Medellín, también se destaca por su fácil acceso gracias a sus rutas bien conectadas.
¿En qué aspectos se destaca el municipio?
Las autoridades locales describen a Liborina como un “mosaico o paleta de pintor”. Sus vistas se tiñen de distintas gradaciones de ocre y verde, enmarcadas por una arquitectura colorida y diversa que conserva las “huellas de los forjadores de la colonización antioqueña del siglo XIX”.
Escondido entre montañas, cada paso revela un paisaje diferente. Así lo destaca el portal Puebliando por Antioquía, al señalar: “Desde tierra caliente a 450 msnm, pasando por clima medio y llegando en menos de dos horas al espectacular Páramo de Santa Inés, a 3150 msnm, que se matiza gratamente por el verdor de su vegetación la frescura de sus quebradas y lo sombrío de sus árboles”.

Con una población que apenas supera los 10.400 habitantes, en base a los últimos datos del Departamento Administrativo Nacional de Estadística (DANE), el pueblo también es reconocido por el fríjol liborino, un producto típico que le ha dado renombre a nivel regional y que incluso cuenta con festividades en su honor.


