

Conocer la historia de las ciudades colombianas es fundamental para entender su identidad, evolución y el papel que desempeñan en el país. SantaMarta, la ciudad más antigua de Colombia, ofrece un recorrido fascinante que combina historia, geografía y cultura, elementos que han moldeado su carácter único a lo largo de más de 500 años.
Fundada en 1525 por Rodrigo de Bastidas, esta ciudad caribeña se ha destacado por su ubicación estratégica entre el mar y la Sierra Nevada, su diversidad cultural y su importancia histórica, que la convierten en un destino imperdible para turistas que buscan explorar más allá de Bogotá y descubrir las raíces profundas del territorio colombiano.
Santa Marta, la ciudad más antigua de Colombia
Santa Marta es reconocida como la ciudad más antigua de Colombia, fundada el 29 de julio de 1525 por el conquistador Rodrigo de Bastidas.
A diferencia de otros asentamientos coloniales que fueron destruidos o abandonados, Santa Marta logró consolidarse gracias a su estratégica ubicación en la costa del mar Caribe y su cercanía a la Sierra Nevada, lo que le permitió convertirse en un importante punto para la administración colonial y el comercio.

El pueblo más antiguo: la historia y geografía que marcaron su desarrollo
La ubicación de Santa Marta al pie de la Sierra Nevada y en la costa Caribe le proporcionó acceso a recursos naturales abundantes, un clima favorable y una conexión directa entre el mar y la montaña.
Esta interacción entre geografía e historia permitió que la ciudad resistiera ataques, epidemias y conflictos a lo largo de más de cinco siglos, consolidándose como un símbolo de persistencia urbana y mestizaje cultural en Colombia.
Santa Marta: un patrimonio cultural y simbólico único
Santa Marta representa un punto de encuentro intercultural, donde comunidades indígenas como los tayrona, colonizadores europeos y poblaciones afrodescendientes confluyeron para construir una identidad diversa y rica.
Asimismo, es un lugar de memoria nacional por ser donde falleció Simón Bolívar en 1830. Su cercanía a la Sierra Nevada también destaca la presencia de pueblos indígenas como los kogui y arhuaco, cuya cosmovisión ancestral sigue viva, enriqueciendo el patrimonio inmaterial de la ciudad.


