

¿Duermes mal? Cada vez es más probable que se relacione con lo que comes. Un nuevo estudio detectó una importante relación entre un alimento común y los malos sueños.
Ingerir esta comida antes de dormir podría derivar en pesadillas y, por lo tanto, en una mala noche de descanso. Los autores del estudio relacionaron hábitos alimenticios y calidad de sueño para dar con estos importantes resultados.
Según los investigadores, las pesadillas pueden privar a las personas de un sueño reparador ya que tienden a provocar que quien sueña se despierte angustiado y pueden llevar a evitar dormir.
Los lácteos pueden causar pesadillas, revela nuevo estudio científico
Un estudio publicado en la revista Frontiers in Psychology sugiere que los lácteos podrían ser uno de los grandes causantes de un mal sueño. Investigadores encuestaron a 1000 estudiantes de la Universidad MacEwan de Canadá sobre su calidad de sueño y hábitos alimenticios y descubrieron una relación entre las pesadillas y la intolerancia a la lactosa.

"La gravedad de las pesadillas está fuertemente asociada con la intolerancia a la lactosa y otras alergias alimentarias", afirmó Tore Nielsen, experto en nutrición de la Universidad de Montreal, y agregó: "Estos nuevos hallazgos implican que cambiar los hábitos alimenticios en personas con ciertas sensibilidades alimentarias podría aliviar las pesadillas".
"Las pesadillas son peores para las personas intolerantes a la lactosa que sufren síntomas gastrointestinales graves y cuyo sueño se ve interrumpido", remarcó Nielsen al recordar que "otras sensaciones corporales pueden afectar los sueños".
Los impactantes resultados que relacionan las pesadillas con la comida
Aproximadamente un tercio de los participantes del estudio admitieron tener pesadillas con regularidad. Alrededor del 40% creía que picar entre horas o comer ciertos alimentos a altas horas de la noche podía provocar que diera vueltas en la cama toda la noche y la mayoría atribuyó sus problemas nocturnos a los dulces, las comidas picantes y los lácteos.

Solo el 5,5 % de los participantes sospechaba que lo que comían se filtraba en sus sueños, pero entre ellos, los lácteos eran los principales causantes de la alteración de los sueños. "Necesitamos estudiar a más personas de diferentes edades, de diferentes ámbitos sociales y con distintos hábitos alimenticios para determinar si nuestros resultados son realmente generalizables a la población general", afirmó Nielsen.




