El médico que atendió al Papa Francisco rompe el silencio: "Sabía que podía morir"
El doctor Sergio Alfieri, que ha tratado al Papa en varias ocasiones, comparte detalles muy personales de esos momentos difíciles. "El Papa no se rindió", definió.
La salud del Papa Francisco se convirtió en un tema de preocupación mundial durante su reciente hospitalización en el Hospital Gemelli en Roma, donde pasó 38 días luchando contra una grave infección respiratoria que derivó en neumonía bilateral. El médico Sergio Alfieri, quien ha tratado al Papa en varias ocasiones, compartió detalles sobre los momentos más críticos de su tratamiento.
En una entrevista reveladora con Corriere della Sera, el médico que atendió al sumo pontífice compartió detalles de los momentos más críticos de la internación, así como el proceso de recuperación que sorprendió a todos.
El momento más crítico del Papa Francisco durante su internación
El estado de salud del Papa Francisco se complicó gravemente durante su hospitalización, hasta el punto de que el equipo médico se vio obligado a tomar una decisión de vida o muerte.
En palabras de Alfieri, "hubo un momento en el que se tuvo que decidir entre parar y dejarlo ir o probar con todos los medicamentos y terapias posibles, corriendo un riesgo muy alto". Este momento fue el más crítico en la lucha por la vida del pontífice, ya que las posibilidades de supervivencia eran inciertas, y el tratamiento podría haber causado daño a otros órganos vitales.
Alfieri recordó que, durante ese periodo, el Papa Francisco estaba completamente consciente de la gravedad de su estado.
"Francisco sabía que podía morir", expresó el médico, destacando que el Papa fue siempre honesto sobre su situación. En aquellos días, el ambiente en el hospital fue de gran tensión, y como recordó Alfieri: "Los que estaban a su alrededor tenían lágrimas en los ojos", mientras que el propio Papa confesaba: "Esto es malo".
Sin embargo, a pesar de la gravedad de su estado, Francisco nunca perdió la fe, y su equipo médico decidió seguir adelante con el tratamiento, basándose en la confianza mutua.
El Poder de la oración y la cooperación del Papa Francisco
Una de las declaraciones más impactantes de Alfieri fue acerca del poder de la oración durante la hospitalización del Papa. Según el médico, hubo momentos en los que la situación de Francisco parecía insostenible, pero "todo el mundo oraba por él", lo que generó un cambio en su condición. Alfieri afirmó que "hay una publicación científica según la cual las oraciones dan fuerza a los enfermos", y añadió que "puedo decir que dos veces se perdió la situación y luego ocurrió como un milagro".
Además, el Papa Francisco mostró una increíble fortaleza interna durante todo el proceso. Alfieri destacó que Francisco fue un paciente "muy cooperativo", que se sometió a todas las terapias y tratamientos sin quejarse en ningún momento. Su disposición a colaborar con los médicos fue esencial en su recuperación, ya que permitió que el tratamiento tuviera el mejor impacto posible.
La Doble amenaza de la muerte
Uno de los momentos más angustiosos en la hospitalización del Papa Francisco ocurrió el 28 de febrero, cuando sufrió un episodio de broncoespasmo. Este ataque puso en peligro su vida y fue el primer momento en el que algunos miembros de su equipo médico "vieron lágrimas en los ojos de algunas personas a su alrededor".
"Todos sabíamos que la situación había empeorado aún más y que existía el riesgo de que no lo lográramos", recordó el médico.
Este episodio fue especialmente grave, ya que el broncoespasmo dificultaba la respiración y afectaba los pulmones, los cuales ya estaban comprometidos debido a la neumonía. Sin embargo, el Papa no se rindió. Aunque la situación parecía desesperada, Francisco nunca perdió la calma, y su voluntad de vivir fue un factor crucial en su lucha.
El segundo momento crítico: el riesgo de muerte súbita
El doctor Alfieri también relató otro episodio dramático que puso al Papa en una situación límite. Mientras el Papa Francisco comía, sufrió un vómito y aspiró el contenido, lo que generó un riesgo de muerte súbita debido a las complicaciones pulmonares y el riesgo de obstrucción de las vías respiratorias.
Alfieri explicó que en estos casos, "si no se rescata con prontitud, existe el riesgo de muerte súbita, además de complicaciones en los pulmones que ya eran los órganos más comprometidos". Este fue un segundo momento verdaderamente crítico en el que el equipo médico pensó que no lograrían salvar al Papa.
A pesar de las circunstancias extremas, el Papa Francisco mostró un impresionante coraje, y el equipo médico reaccionó rápidamente para evitar la fatalidad. Alfieri destacó que, en medio de esos momentos tan difíciles, el Papa llegó a tomar la mano del médico "como buscando consuelo".
El regreso al Vaticano: la promesa de no desperdiciar el esfuerzo realizado
Finalmente, después de varias semanas en el hospital, el Papa Francisco logró superar las fases más críticas de su enfermedad y comenzó a mostrar señales de recuperación. En su regreso al Vaticano, el Papa hizo una declaración que mostró su gratitud y su deseo de seguir adelante: "Sigo vivo. ¿Cuándo nos vamos a casa?". Alfieri compartió que, en ese momento, el Papa había superado la peor parte y estaba listo para regresar a su residencia en la Casa Santa Marta.
A pesar de su recuperación, el Papa Francisco sigue siendo vulnerable a nuevas infecciones, por lo que se le recomendaron medidas de precaución, como evitar el contacto con grandes grupos de personas y niños. "Hay prescripciones que se deben observar, como evitar el contacto con grupos de personas o con niños que puedan ser vehículo de nuevos contagios", explicó el doctor Alfieri.
A medida que el Papa continúa su recuperación, millones de personas alrededor del mundo siguen con esperanza su regreso a la vida pública, reconociendo que, en sus momentos más oscuros, la luz de la fe y la oración ha jugado un papel esencial en su sanación.