

Durante semanas, circularon en redes menciones desconcertadas, búsquedas aceleradas en Google y preguntas en foros religiosos: ¿quién era ese Robert Prevost que hablaba de Dios con una bata académica, desde una universidad de Carolina del Norte? ¿Era el Papa León XIV en una etapa previa de su vida? ¿O acaso el Vaticano escondía algo?
La respuesta es menos escandalosa pero igual de fascinante. Existe, efectivamente, otro Robert Prevost. No viste sotana ni camina por los pasillos del Vaticano. Es filósofo, doctor por la Universidad de Oxford y autor de textos especializados en teología, probabilidades y el pensamiento cristiano contemporáneo. Su parecido no es físico, sino nominal. Pero eso fue suficiente para confundir a fieles, académicos y curiosos digitales que buscaban información sobre el flamante Papa.
Dos nombres, dos mundos y una misma pregunta: ¿quién es el otro?
Como en el cuento "El otro", de Jorge Luis Borges, donde un hombre se encuentra consigo mismo en otro tiempo y lugar, la existencia de dos Robert Prevost -uno Papa y el otro pensador- plantea un juego de espejos tan inquietante como irresistible.
El Robert Francis Prevost que fue elegido en mayo de 2025 como el Papa León XIV nació en Chicago, se nacionalizó peruano tras años de servicio en Chiclayo y es el primer pontífice estadounidense de la historia. Su perfil es pastoral y austero, marcado por su paso por la Orden de San Agustín y su liderazgo en el Dicasterio para los Obispos.

En cambio, el Robert W. Prevost que desconcertó a los fieles es profesor en Wingate University, en Carolina del Norte. Estudió en Baylor, Trinity y Oxford. Y en 1990 escribió Probability and Theistic Explanation, donde propone una defensa del teísmo a través del análisis lógico y probabilístico.
Fieles desconcertados y búsquedas cruzadas: la confusión fue real
Lo curioso es que el cruce de identidades no surgió solo de un error aislado. Varias búsquedas en redes mostraron al filósofo como "el nuevo Papa", debido a que en varias bases de datos y archivos web su nombre aparecía antes que el del cardenal recién electo.
Algunos medios alternativos, sin verificación suficiente, lo incluyeron por error en reseñas biográficas del pontífice. La confusión se multiplicó en artículos traducidos automáticamente.

Algunos fieles llegaron a compartir en foros religiosos frases filosóficas de Robert W. Prevost pensando que eran enseñanzas del Papa. Otros creyeron estar ante un viejo archivo "perdido" del Vaticano. La idea de que había un "doble" intelectual del Papa fue tomando forma, mezclando datos ciertos con una ficción colectiva propia del siglo XXI.
Un guiño borgiano en tiempos de algoritmos
¿Puede el nombre crear un espejo? Borges habría sonreído ante esta escena: dos hombres que jamás se conocieron, cuyas vidas discurrieron en paralelo -una entre sotanas, otra entre aulas-, y que hoy comparten búsquedas y etiquetas por obra de la coincidencia.

Uno guía a la Iglesia desde Roma. El otro enseña a jóvenes estudiantes sobre fe, razón y paradojas. Pero ambos, sin proponérselo, encarnan el enigma de "El otro": ¿cuánto de uno hay en el reflejo del otro? ¿Y cuántos Robert Prevost más habitan el mundo sin saberlo?






