

Las autoridades colombianas avanzan en la investigación para identificar a los autores intelectuales del magnicidio de Miguel Uribe Turbay, ocurrido en junio del presente año. La principal línea de investigación señala a la “Segunda Marquetalia”, tesis que tomó mayor fuerza tras la reciente captura de Simeón Pérez Marroquín, conocido como alias El Viejo.
De acuerdo con la Fiscalía, este individuo habría sido el enlace directo entre quienes ordenaron el crimen y quienes lo ejecutaron en un parque de Bogotá. La captura se logró tras conectar una serie de pistas clave que incluían seguimientos, análisis de comunicaciones, interceptaciones y registros audiovisuales.
Alias El Viejo: el capturado que se convirtió en pieza clave del caso
Durante las audiencias a las que este medio tuvo acceso, la Fiscalía detalló que el celular decomisado a alias El Viejo es hoy uno de los elementos más reveladores del expediente judicial. El dispositivo contiene conversaciones, fotografías y material sensible que permitiría establecer el rol de cada implicado dentro de la estructura criminal.
Pérez Marroquín, también conocido como la Firma, Tulio y Sebastián, cuenta con una condena previa de 33 años de cárcel y un historial delictivo marcado por homicidio, hurto calificado, lesiones personales, porte ilegal de armas y delitos vinculados al tráfico de drogas.
El chat que conecta a Katerine Martínez con la logística del crimen
Uno de los hallazgos más relevantes es una serie de conversaciones entre alias El Viejo y Katerine Martínez, alias Gabriela, la mujer acusada de trasladar el arma empleada en el asesinato. En dichos mensajes, revelados por Noticias RCN, ambos coordinan el desplazamiento de Martínez hacia Caquetá, donde presuntamente recibiría instrucción en francotirador y manejo de drogas.
El diálogo recuperado muestra un trato jerárquico y un nivel de coordinación que, según los investigadores, evidencia la relación operativa entre ambos. En el intercambio, alias Gabriela informa sus movimientos y alias El Viejo le da instrucciones precisas sobre hospedaje y tiempos de llegada a Florencia.

Este contenido es considerado por los peritos como una prueba que conecta a ambos dentro de la cadena logística del crimen.
Las imágenes recuperadas: seguimiento previo y evidencia del arma
El celular incautado también contenía fotografías que ampliaron el panorama de la investigación. Entre ellas, una imagen de Miguel Uribe tomada una semana antes del magnicidio, lo que sugiere un seguimiento directo al político del Centro Democrático.
Además, los peritos hallaron una fotografía de Katerine Martínez en un baño, sosteniendo el arma que presuntamente entregó al menor que ejecutó el crimen. Esta evidencia visual refuerza la teoría sobre las funciones específicas que cada miembro cumplía dentro de la red delictiva.
Los delitos imputados y el avance del proceso judicial
En la última audiencia, la Fiscalía imputó a Simeón Pérez Marroquín los delitos de homicidio agravado, concierto para delinquir, utilización de menores en la comisión de delitos y tráfico y porte de armas. El individuo también figura en al menos cuatro procesos previos por hurto calificado, homicidio, lesiones personales y porte ilegal de armas de fuego, además de actividades relacionadas con el suministro de armas en Bogotá.
La investigación continúa enfocada en identificar a los autores intelectuales del magnicidio y en determinar cómo operó la red que habría ejecutado uno de los crímenes políticos más graves del año en el país.





