Quiénes son las mujeres que lideran las marcas de alta costura

En tiempos de críticas al sistema de producción fast fashion, de revisión de estrategias comerciales donde los directores creativos se mueven como piezas de ajedrez y desmitificando la creencia de superficialidad.

En el mediodía parisino del martes 19 de febrero unas sentidas palabras se reunían en el comunicado de prensa de Chanel anunciando el fallecimiento de su genio creador. Desde hace más de 36 años supo lograr lo imposible: ser el alemán que pudiera dar pulso y rejuvenecer a la mítica firma francesa de Alta Costura y Pret-a-porter. Tarea difícil de abordar, se abocó con méritos a transformar los hitos que dejó su antecesora Coco Chanel y traerlos a la vorágine del siglo XXI. No solo se adjudicó este gran acto de renacimiento. Ya desde 1965 supo ser el “hada madrina para la italiana Fendi y ser mucho más que una firma especializada en pieles y otras curtiembres.

Varias colecciones, campañas, cortos y editoriales mediantes, Karl logró ser la mera definición del hombre máquina. Eterno honor al pasado, siempre eligió mirar para adelante y desvelarse por el futuro. Hoy, entre asombros y despedidas a nivel mundial, Chanel tiene una no tan nueva sucesora. La inmediatez y fugacidad tan característica de la Moda hoy viene a darnos un soplo de aire fresco. Volvemos a respirar, Viriginie Viard, la mítica mujer esbelta presente en cada saludo de cierre en pasarela, será la nueva directora creativa para la firma internacional.

Con más de 30 años trabajando juntos, cada uno encontró en el otro su mano derecha. Proveniente de familia de textiles, inició sus labores en la marca como asistente de bordados y muy rápidamente se convirtió en la estilista y Directora del Estudio de Chanel. Ambos reconocían públicamente la sinergia implacable de su motor. Eran capaces de leer las palpitaciones creativas del otro a pesar de no estar físicamente juntos en el atelier.

Evidentemente la moda transita un ciclo de despedidas dolorosas que nos hacen preguntar qué queda por hacer en el mundo del diseño y sobre todo qué legado dejaremos para los nuevos consumidores post-millennials.

Tal es el caso de otra firma francesa, Givenchy. El 10 de marzo de 2018 nos estremecíamos por la pérdida de su alma inventora, Hubert de Givenchy. El francés, aprendiz y gran compañero de Cristobal Balenciaga, dejó en 1996 la dirección creativa de la marca perteneciente al grupo de lujo LVMH y aceptó con bendiciones y buenos augurios la postulación del italiano Riccardo Tisci como su sucesor. Hoy la cabeza al frente de la mítica marca responsable por el vestuario de la memorable escena de “Desayuno en Tifannys , es nada menos que una mujer. Otra estilista al mando, la inglesa Clare Waight Keller volvió a recuperar el sentir de Hubert desde los rasgos estructurales y la simpleza en el armado de conjunto.

Con sangre más joven, la dupla sentimental de Laura Kim y Fernando García trajeron en 2017 a la pasarela neoyorkina la presencia invisible del fallecido Oscar de la Renta. De origen dominicano y formado también por el maestro Balenciaga en los talleres de Eisa Costura de la ciudad madrileña, Oscar aprovechó el clamor de la escena norteamericana a finales de la década del 60 y comenzó a ser publicitado como el modisto de las primeras damas, entre ellas Jackie Kennedy, Nancy Reagan, Hillary Clinton, Laura Bush y la muy querida y actual escritora, Michelle Obama.  Sus actuales sucesores tampoco son caras nuevas para la firma. Laura, aprendiz de Oscar durante 10 años, y Fernando, pasante relacionista con gran dominio para entretener a la clientela vip, serían elegidos en 2016 para hacerse cargo del refresh de la compañía luego del notorio éxito de su propia firma de diseño, Monse. Con gran carisma han dado en la lectura correcta del electrocardiograma de la escena fashion, lograr complacer a la clientela habitué y seducir a las hijas de estas.

Un legado que resta deducir será el de la partida del tunecino Azzedine Alaïa. El “escultor del vestir ha dado su adiós terrenal en Noviembre del 2017, luego de su esperado regreso al circuito de las  pasarelas de Alta Costura ese mismo año de la mano de su “hija del corazón, Naomi Campbell. Impulsado a la fama en los enérgicos años 80´, su trabajo siempre esquivó los criterios del marketing y normas estipuladas por el sistema. Sin embargo, la existencia de la marca dependió de su compra por parte del grupo suizo de lujo Richemont en 2007. Hoy, la encargada de hacer subsistir su presencia entre su público tan querido es nada más y nada menos que la hermana de Franca Sozanni, ex editora de Vogue Italia fallecida a fines del 2016. Carla Sozanni en su rol de editora y curadora de diversos formatos transdiciplinares entre el universo del arte y la moda, lleva la administración de su amplio legado en cuanto a piezas icónicas resguardadas y la Fundación Azzedine Alaïa.

La moda será crítica, cínica y ligera para algunas almas de este plano terrestre pero guarda tesoros invaluables. Tesoros que siguen latiendo con ritmo y eco a pesar de su poder de renovación constante. La moda resucita gratamente en nuestra presente.

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