Trabajo en equipo: manual con las 15 estrategias definitivas para que funcione

Reconocer los esfuerzos (aunque no haya logros), detectar líderes informales, ser flexibles con las metas y pedir opinión a los colaboradores, las claves para crear un círculo virtuoso y empático en el trabajo.

Las empresas y organizaciones solamente pueden crecer a través del trabajo en equipo. Esta sinergia bien conducida produce un resultado virtuoso no sólo para la compañía, sino que enriquece desde adentro a cada colaborador, aprendiendo del proceso, entendiendo las diferencias, flexibilizando paradigmas y ayudando a cambiar creencias limitantes.

Cuando el desafío es fomentar el espíritu de equipo, es fundamental delinear un plan sólido, consistente y sostenido para que se puedan visualizar los resultados. Los esfuerzos aislados no generan la pregnancia e impacto necesarios, por eso muchas iniciativas fracasan.

 

 

Los 5 secretos de Steve Jobs para tener 'amplitud mental' en los negocios

La amplitud mental es una cualidad que comparten las personas seguras de sí mismas. También influye directamente en la empresa, ya que contar con ella es abrir un mundo de posibilidades para evolucionar. Esto se traduce en la oportunidad de crecer como persona y como profesional, y, al mismo tiempo, es el pasaporte para el aprendizaje continuo.

 

 

Si necesitás desarrollar un team cohesionado, con alta motivación, enfocados en los resultados y, a la vez, en el bienestar dentro de la organización y fuera de ella, estas 15 estrategias pueden ayudarte. Hay que eslabonarlas, como si fuese una cadena fuerte, íntegra y consistente para que, paso a paso, se construya la transformación que necesitan:

1- Mejorar la comunicación. Se suele dar mucha importancia a la imagen pública de un proyecto o empresa; sin embargo, se descuida la interna, que es la salvia que los nutre. Diseñar un plan donde la mejora del diálogo sea tan potente que nadie diga “yo no me enteré y todos pasen a expresar “estoy orgulloso de ser parte .

2- Sostener instancias de feedback. Esta es una herramienta fundamental para retroalimentar cada momento con devoluciones que permitan la mejora continua. Recuerda que feedback no es sólo hablar, sino que se ratifica mediante los pequeños gestos cotidianos.

3- Mentorear interna y externamente. Está demostrado que lo que se practica se aprende mejor. Buscar aquellas personas con más experiencia en un campo y diseñar un programa para inducir a otros, y viceversa. Promover el intercambio entre generaciones encamina muchos de los problemas de brechas. También es sumamente efectivo contratar un mentor externo para acompañar procesos de personas y equipos.

 

 

Por qué la 'milla extra' es clave para que tu pasión se convierta en tu trabajo... y viceversa

Posiblemente, las tres palabras más repetidas dentro de la cultura organizacional en cualquier empresa del mundo son: pasión, compromiso y responsabilidad. La cuarta es resultados. Esos tres grandes motores impulsan a las personas, tanto en forma individual como colectiva, a la posibilidad de lo imposible; a generar transformaciones que ni ellos mismos podían imaginar, y a conquistar resultados que, sin esos componentes, jamás llegarían.

 

4- Conocer los problemas y encauzar soluciones. Los líderes y responsables necesitan sentarse arriba de las dificultades, y ser los facilitadores. En la práctica, muchos suelen ser “complicadores de las cosas. Este cambio de actitud es decisivo.

5- Pedir opiniones. Otro problema frecuente es considerar que el pedir opiniones sobre temas cruciales está mal visto, porque algunos pueden pensar que pierden poder o que mostrarán su desconocimiento. Nada más alejado: esta actitud de apertura para entender y aprender refuerza el espíritu del líder, y se transmite capilarmente a toda la empresa.

6- Contar con espacios de reflexión. El hacer en el trabajo es fundamental; sin embargo, es importante incorporar espacios para pensar. Modular segmentos por equipos, todos juntos, y por líneas de conducción, dedicados específicamente a desarrollar herramientas de autoanálisis organizacional que, una vez aprendidas, pueden ser autofacilitadas. A la vez, ayudar a cada colaborador para que las incorpore en su vida.

 

 

Impostores en la oficina: cómo detectar a los profesionales sin profesionalismo

Ser profesional no garantiza tener profesionalismo. De hecho, todos vivimos situaciones con personas que tienen títulos y trayectoria, y que distan mucho de comportarse como profesionales. Entonces, ¿qué es tener profesionalismo en el trabajo?

 

 

7- Crear proyectos especiales. Pocas cosas hay tan motivantes como invitar a salir de la rutina. Desarrollar equipos con personas de distintas áreas en pos de un objetivo concreto; establecer un tiempo y una meta, y brindar apoyo para que lo lleven adelante. 

8- Conectar a las personas con su verdadera pasión. Muchos recursos humanos pueden estar desmotivados por no hallar su lugar dentro del proyecto. Bucear, dialogar y mirar profundo para ver qué los entusiasma. Conectar esa pasión con lo que están haciendo en el trabajo soluciona varios problemas al mismo tiempo.

9- Programar capacitaciones de habilidades blandas. Dentro del programa de formación, las organizaciones necesitan reforzar las habilidades que se rigen más por el hemisferio derecho del cerebro (como la comunicación, empatía, propósito, misión, visión, valores). Lo ideal es balancear el entrenamiento entre lo duro y lo blando, para generar una experiencia más completa en cada colaborador.

 

 

Qué son los GeFe(s) y por qué pueden salvar a las empresas en crisis

Todo cambia en el mundo del trabajo. Las nuevas generaciones, el paso a retiro de las personas mayores, las flamantes carreras que toman la delantera y las habilidades blandas más cotizadas hoy -que no son las que se buscaban hasta hace sólo dos años-, son aspectos diferenciales de esta reinvención del entorno laboral fomentada por el avance tecnológico y las transformaciones permanentes.

 

 

10- Realizar un programa de coaching grupal. La formación de líderes internos es decisiva para las empresas que quieren ser sostenibles en el tiempo. Hay cientos de dinámicas organizacionales de alta efectividad para implementar.

11- Desarrollar herramientas de medición. Sin importar el tamaño de la organización, la medición de resultados es esencial para saber dónde están parados. Además, permite cuantificar incluso lo intangible llevándolo a parámetros claros para saber cómo orientar las inversiones de desarrollo de los equipos.

12- Reconocer los logros. Algo tan sencillo y dejado de lado es tomarse el tiempo para reconocer el esfuerzo y el mérito. Acercarse a los colaboradores, dialogar, felicitarlos en público.

 

 

 

Las 5 herramientas para gestionar un equipo de personalidades difíciles

Antes de hablar de personas difíciles, incluso de personas "tóxicas" -un término que se ha puesto tan de moda últimamente para referirse a las conductas poco sanas y poco respetuosas que muchas veces tienen las personas en su vida personal y laboral- sería oportuno enfocarse específicamente en el sentido de equipo que se desea lograr dentro de una organización empresarial y cómo la "personalidad fuerte" de una o varias personas pueden perturbar la armonía de todo un grupo de trabajo.

 

 

13- Afianzar los desafíos. Plantearse grandes metas es estratégico como parte de guiar y conducir equipos. Siempre es mejor tener un sueño grande, y bajarlo a pequeños pasos consecutivos para conquistarlos.

14- Establecer metas y darles seguimiento. Mantener reuniones cortas y efectivas; evitar la dispersión y reconducir la energía cuando se desvía para volver al foco una y otra vez.

15- Detectar los agentes de cambio. En todo equipo hay personas que brillan con luz propia. Son los agentes de cambio que no necesitan de un título en su tarjeta personal para mantenerse motivados. Trabajra con ellos en forma especial; conducir esa energía constructiva y animarlos a proyectarla hacia el resto. Pensar en esos colaboradores en términos de presente y de futuro para formar el cuadro de líderes que pueden surgir desde dentro, y así, generar un círculo virtuoso interno que darán aún más fuerza a la empresa.

 

 

 

Gestión del caos: por qué administrar el cambio no es para cualquiera

Las organizaciones de todo tipo se debaten diariamente en un mundo vertiginoso y en constante transformación. De allí que el rol de administrar situaciones cambiantes minuto a minuto no es para cualquiera: se requieren grandes dosis de excelencia profesional, entendimiento, apertura mental, equilibrio en la gestión emocional y, fundamentalmente, mucha, mucha paciencia.

 

 

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