Rothko, un ícono de EE.UU. que vende obras por u$s 100 millones

Mark Rothko nació a principios del siglo XX en Letonia, pero a los 10 años se fue a vivir con sus padres a Estados Unidos, donde se convirtió en uno de los más grandes artistas de ese país

Nació y vivió sus primeros años en Letonia (1903-1913). De familia judía, hizo la escuela sin ninguna particularidad con el arte.

Su padre viaja con dos de sus hijos mayores a Estados Unidos y se radican en Portland, Oregón. Allí trabajan en la industria textil y luego de tres años logran traer a Mark, su hermana y su madre quienes habían quedado en Letonia. Al poco tiempo fallece su padre y la familia debe hacer cualquier tipo de tareas.

Mark se convierte en "canillita", continúa sus estudios y entra en la Universidad de Yale en 1921. Su idea era ser abogado o ingeniero, y luego de casi tres años abandona y viaja a Nueva York donde se dedica a pintar, especialmente retratos.

Ingresa en una escuela de arte, porque era autodidacta, y tiene la gran suerte de tener a un genio como maestro y mentor, Arshile Gorky, uno de los más grandes artistas que trabajó en Manhattan y que desarrolló el surrealismo con personalidad y profundidad. Son años brillantes en Estados Unidos. El presidente decía que la prosperidad estaba a la vuelta de la esquina, hasta que llega 1929 y la gran depresión, y una desocupación equivalente a la actual con la pandemia.

Mark consigue trabajar como profesor de pintura y lo hace en un instituto desde 1929 hasta 1952. Comienzan sus exposiciones, generalmente de acuarelas y grafitos en la década del 30 en Oregón, donde era más fácil exponer. En dicha década en Nueva York exponían Cesáreo Bernaldo de Quirós y Benito Quinquela Martín.

La pintura de Rothko se podía encasillar en el surrealismo, y además de su maestro, en el grupo de sus amigos y colegas, sobresalía Milton Avery, pintor figurativo a quien todos admiraban. En 1947 es que aparece en la pintura de Rothko la imagen que conocemos de telas con dos a cinco colores, generalmente cuadrados y rectángulos de color y con bordes que van desapareciendo en sus lienzos.

Es uno de los artistas más demandados en el mundo actual y algunas de sus obras se han vendido privadamente en más de u$s 100 millones. En subasta, una lindísima obra, que era de David Rockefeller (parecía la bandera española), había sido comprada en 1960 en Knoedler Gallery en u$s 5 mil, y hace una década un marchand sudamericano le comentó que creía que valía u$s 15 millones. Al coleccionista le pareció un disparate y consultó a casas de remate que confirmaron la tasación. La manda a subasta y se vende en 82 millones. El comprador fue la Jequesa de Qatar, y Rockefeller donó todo el dinero que le liquidaron, cerca de 70 millones.

 

La obra fundamental del artista le llevó 3 años y son 14 telas negras que se encuentran en la pequeña capilla que la familia Menil hizo construir en Houston. La misma se inauguró en 1971, al año siguiente de la muerte de Rothko. No tiene religión establecida, no está consagrada y es para todas ellas. Se justifica conocer Houston por esta capilla y por el estupendo museo de la familia Menil.

Sus pinturas son muy herméticas, espero con estas líneas ayudarlos a disfrutar un poco más de ellas.

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