Bellas Artes: con más de 12.000 obras es uno de los mejores museos de la región

Fue creado hace más de 120 años, y a comienzos de este siglo inició un proceso de modificación institucional en búsqueda de una mayor independencia

Resultado del sueño de un puñado de artistas y cientos de apasionados y generosos coleccionistas que día a día, a lo largo de décadas pusieron su granito de arena, su compromiso y esfuerzo, nuestro Museo Nacional de Bellas Artes es considerado hoy uno de los mejores de la región. Con más de 120 años de vida y un patrimonio que supera las 12.000 obras, para disfrute y orgullo de todos los argentinos y los extranjeros.

El 16 de julio de 1895 el Presidente de la Nación José Evaristo Uriburu decretó su creación. Pero sin dudas el mayor impulso lo encontramos en El Ateneo, institución donde se realizaron las primeras exposiciones de "arte argentino", fundada por Eduardo Schiaffino y otros pintores, como Severo Rodríguez Etchart, Eduardo Sívori, Ernesto de la Cárcova, Augusto Ballerini, Graciano Mendilaharzu y Ángel Della Valle.

 

El Museo Nacional de Bellas Artes fue inaugurado el 25 de diciembre de 1896 en el edificio de las tiendas Bon Marché (Florida y Avenida Córdoba, hoy Galerías Pacífico), donde funcionaban también El Ateneo y tenían su taller varios artistas.

Su primer director fue el pintor y escritor Eduardo Schiaffino, quien a lo largo de 15 años de gestión trabajó en la formación y cuidado de su patrimonio, fomentando las donaciones de artistas y coleccionistas y las compras. Eran sus objetivos principales otorgar un carácter pedagógico a los ciudadanos y un digno lugar al incipiente arte nacional. Pronto logró contar con 163 obras de variados orígenes, mayoritariamente de las escuelas española, francesa e italiana. Entre ellas, pinturas de Goya, Sorolla, Degas, Renoir, Manet y Monet y esculturas de Auguste Rodin.

 

En 1911, bajo la nueva gestión de Carlos Zuberbüler, se inauguró su segunda sede: el Pabellón Argentino, una estructura monumental que el país había utilizado en la Exposición Universal de París de 1889 y que fue instalada en la Plaza San Martín.

Ese mismo año (1911) asumió la dirección el pintor y crítico del Diario La Nación, Cupertino del Campo, quien estuvo a cargo durante 20 años. Impulsó la creación del taller de restauración, ordenó la colección exhibida de manera cronológica y didáctica y consiguió aumentar la cantidad de obras de artistas argentinos a través de Premio Adquisición del Salón Nacional de Bellas Artes que comenzó a realizarse todos los años.

En 1933 el Museo se mudó a su sede definitiva, en la Avenida del Libertador del barrio de Recoleta. La antigua Casa de Bombas fue remodelada por el arquitecto Alejandro Bustillo, para albergarlo.

La institución siguió creciendo día a día, paso a paso, con los vaivenes de nuestra historia y la impronta de cada uno de sus directores. La Asociación Amigos del MNBA, creada en 1931, fue también un pilar importantísimo.

Durante su gestión (1931-1939), Atilio Chiáppori busca abrirle las puertas al "arte moderno". Hacen lo mismo Jorge Romero Brest a fines de los 50 con las recordadas exposiciones de Ben Nicholson y jóvenes escultores ingleses y de la joven vanguardia española; y Samuel Oliver (1963-1976) organizando muestras de nivel internacional como "De Cézanne a Miró", con la colaboración del Museo de Arte Moderno de New York y la exposición de arte contemporáneo del Museo Nacional de París, sin dejar de lado a nuestros artistas argentinos de la Nueva Figuración (Deira, Macció, de la Vega y Noé). Guillermo Whitelow y Jorge Glusberg también han dejado su huella, durante sus gestiones en los años 80 y 90.

 

A comienzos del Siglo XXI se inició un proceso de modificación institucional en búsqueda de una mayor independencia, como ente descentralizado del Ministerio de turno, y la elección de sus autoridades a través de un concurso internacional donde resultó victorioso el eficiente actual director Andrés Duprat.

Imposible me resulta enumerar los grandes hitos en la historia de nuestro querido museo, que nos permite conocer las más diversas expresiones artísticas, con igual respeto y profesionalismo, a través de las muestras temporarias y de la exhibición permanente de una selección de su valioso patrimonio. Actualmente hay una estupenda exposición del uruguayo Pedro Figari, imperdible.

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