Cómo poner a trabajar los dólares y aumentar la rentabilidad

Una alternativa financiera para convertir la obsesión de los argentinos por los divisa estadounidense en una inversión.

Para muchos argentinos, comprar dólares representa una gran inversión, si bien, en rigor, no lo es realmente... El dólar enamora a todos. En las buenas o en las malas, la divisa estadounidense siempre es una opción para resguardar los ahorros en un contexto de inflación o ante cualquier tipo de devaluación, turbulencia política o económica.

Pero así como la belleza es un concepto subjetivo, el hecho de que, día a día, muchos argentinos transformen sus pesos en esa moneda extranjera no obedece a razón alguna sino, simplemente, a una corazonada o hábito. Lo que la mayoría no termina de comprender es que comprar dólares no es una inversión propiamente dicha porque, al estar en modo atesoramiento, se pierden la oportunidad de generar un rendimiento y, además, no defienden a sus verdes frente a la inflación. ¡Sí, también hay inflación en dólares! Entonces, los dólares sin invertir cada vez permiten comprar menor cantidad de bienes medidos en dólares.

Para calcular la inflación en dólares en la Argentina hay que tener en cuenta la inflación en pesos menos el movimiento que tenga el tipo de cambio. Si, por ejemplo, la inflación en pesos fuera del 25% y el dólar se mueve un 10%, se estará asumiendo una inflación en dólares del 15%. Esto explica que los verdes adquiridos sólo se transforman en una inversión cuando se los pone a trabajar y se obtiene un rendimiento. Las opciones son muchas: desde plazos fijos en dólares (pagan muy poco), títulos públicos u obligaciones negociables en dólares, hasta las Letras del Tesoro (Letes) o cualquier bien dolarizado, como un inmueble o commodities, entre otros.

Los argentinos piensan en verde
Así lo demostró el blanqueo y el crecimiento de los depósitos privados en dólares, que estaban fuera del mercado a niveles récord. Alcanzaron el número de u$s 23 mil millones, el doble del stock que había en 2016. También los depósitos públicos en dólares están a un nivel plusmarca de u$s 11 mil millones gracias a las colocaciones de Letras en dólares, que se multiplicaron por 5 respecto de 2016. En el mercado hay exceso de verdes: entre el blanqueo, el endeudamiento, la liquidación de la cosecha y las altas de interés en pesos –sumado a una baja tasa de devaluación– las empresas se animan a endeudarse en dólares, una situación impensada dos años atrás. Para muchos, es mejor prevenir. Por eso, aprovechan para adquirir la divisa estadounidense a precio de promoción a través de las Letes.

¿Cómo funcionan? Son emitidas para cubrir las necesidades financieras del Gobierno. Pertenecen a la familia de activos de renta fija denominados en dólares; así, se sabe en forma anticipada tanto el rendimiento de la inversión como su vencimiento. La clave es que los inversores pueden suscribirlas tanto en pesos como en dólares pero, al vencimiento, recibirán siempre verdes.

¿Cuál es la ventaja comparativa con relación a comprar billetes? Primero: si las Letes se suscriben en pesos, se estarán comprando dólares al tipo de cambio mayorista, que es mucho más conveniente que el que publican los bancos para la compra minorista; por ello, se puede ganar, en la entrada de la inversión, entre 1 % y 3 %. Segundo: rinden un interés anual muy superior al del plazo fijo (3 % versus 0,5 %). Tercero: al igual que los plazos fijos, están exentas del Impuesto a las Ganancias y Bienes Personales para personas físicas. Conclusión: las Letes matan al plazo fijo en dólares o a la compra en forma directa de moneda extranjera.

¿Son complejas de operar? Invertir en Letes es muy fácil y no hace falta tener una gran experiencia en instrumentos financieros. Basta abrir una cuenta comitente (en un agente de Bolsa/banco), que se utiliza para operar títulos en la Bolsa. También se puede invertir a través de fondos comunes de inversión en dólares que estén colocados en Letes. En ambos casos, el mínimo que se solicita habitualmente es el equivalente a u$s 1.000. Todo esto transforma a las Letes en una opción muy accesible y rentable.

El dilema de siempre: ¿pesos o dólares?
En el mercado están los que siguen invirtiendo en pesos obteniendo una tasa de interés en dólares impensada (interés en pesos  devaluación = tasa de interés en dólares). La famosa bicicleta financiera fue el gran negocio de 2016: los inversores –luego del salto del tipo de cambio de diciembre de 2015 para salir del cepo– se colocaron en pesos en Lebac obteniendo una tasa en dólares irresistible. En 2017 sigue siendo un buen negocio, aunque con retornos más bajos.

Las aguas están divididas y los profesionales siguen invertidos en pesos aunque, en todo caso, se preparan a tomar cobertura de futuros. También se sabe que, durante un año electoral, las carteras de los inversores, en especial de las empresas, comienzan un proceso de dolarización que puede generar un pequeño salto de la divisa en un corto plazo. ¡A no desesperar! Que el dólar pegue un salto es esperable y no quiere decir que pueda seguir subiendo: lo que esperan los inversores es captar ese salto para luego colocarse en posiciones en pesos más largas.

Del otro lado del mostrador están los que no creen en este dólar y saben que, a la corta o a la larga, el tipo de cambio se ajustará para arriba, por encima de las tasas de interés y la inflación, de allí que lo que se pueda ganar en el corto plazo con las tasas de interés en pesos puede perderse rápidamente con un salto de la cotización del dólar.

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