Conocé los 7 nuevos bares porteños con los cócteles más originales

En los últimos 6 meses, el mapa de la coctelería sumó nuevos jugadores. Algunos son monoproducto (tragos con whisky o ron únicamente). Otros eligen barrios fuera de la movida gourmet

En contra de cualquier predicción económica, el mapa gastronómico porteño se pobló de nuevos bares en los últimos 6 meses. Tal es así que hasta aparecieron los especializados en determinados destilados o estilo de coctelería. Sede, Oh No! Lulu, The Hole, Las Patriotas, Laganini, Lignée y Mito son algunos de los que aparecieron en escena.

Hubo una época en la que los bares de alta coctelería se dividían en dos: los speakeasy, o a puertas cerradas, y los que eran a la calle. Después se pusieron de moda los temáticos, como Boticario, que simula ser una antigua droguería, o J.W. Bradley, inspirado en el Orient Express, el mítico y lujoso tren europeo. Ahora, las nuevas vedettes son los bares especializados en un tipo de destilado o un estilo de coctelería.

 

Barra Lignée

 

 

Sede es el templo de los amantes del whisky: allí descansan más de 50 etiquetas y sólo ofrecen cócteles a base de esta bebida espirituosa. Es cierto que la fidelidad en los negocios también es difícil: elegir un destilado y no dar opciones deja afuera a una gran masa de potenciales clientes. Sin embargo, la propuesta de Sede es demostrar que cualquiera puede tomar whisky, incluso quienes aseguran que no es de su agrado.

Es que Ana Varela, la barmaid encargada de diseñar la carta de coctelería, creó tragos con diferentes perfiles de intensidad y sabor (amargos, dulces, cítricos). Y si bien no transaron con otra spirit, ofrecen cervezas, sidra y vinos por copa para quienes ni siquiera se animan a darle una chance al destilado emblema de la casa.

 

 

 

Whisky: conocé a los emprendedores detrás de las etiquetas más caras

Los auditorios de las universidades y los foros de emprendedurismo estarían colmados si ellos pudieran compartir sus casos de éxito hoy. Visionarios financieros y astutos innovadores, pasaron a la Historia como los héroes del whisky. Resulta difícil imaginar cómo habría sido la vida del scotch sin ellos.

 

Otro bar que también hace eje en el whisky es Bourbon, Brunch & Beer, aunque en este caso se trata de un micromundo dentro de un nicho: el bourbon, un tipo de whisky que, para recibir esa denominación, debe elaborarse en los Estados Unidos (en rigor, el 95 por ciento proviene de un solo estado: Kentucky). Es el favorito entre los millennials por su sutileza y su sabor más acaramelado que su primo el scotch.

Muchos cócteles que llevan la insignia de clásicos están hechos a base de bourbon, como el Old Fashioned, el Manhattan y el Mint Julep, entre otros. Por supuesto, todos figuran en la carta de este lugar, con el plus de poder hacerles pequeños cambios a gusto del cliente: el Mint Julep, que en su receta clásica lleva menta, puede prepararse con cedrón o albahaca; el bitter del Mahattan también es de elección, con opciones como naranja, chocolate o ciruela. 

 

Oh No! Lulu

 

 

Oh No! Lulu, el nuevo bar del reconocido bartender Ludovico De Biaggi (BASA y Gran Bar Danzón), también entra en la categoría de especializados, ya que su eje es la coctelería tiki, un estilo que se destaca por su estética alegre, playera, el uso de frutas y la elección del ron como destilado favorito. Es el primer bar de este tipo que abre en pleno cemento porteño y basta con poner un pie allí para sentirse en la arena: palmeras, máscaras hawaianas y coloridas aves de madera construyen una vibra playera inconfundible.

“Es un tiki bar, pero no quiero encasillarlo. Apuntamos a algo que no había que era un bar con una coctelería de muy alto nivel, una atmosfera muy relajada y precios accesibles , explica De Biaggi. Para aportar a ese clima descontracturado, se manejan mediante el sistema self service: el cliente pide su cóctel en la barra, la comida en la cocina –que es abierta– y espera a que lo llamen para retirar su pedido.

 

Expandiendo fronteras

Casi como si fuera una máxima implícita, durante muchos años todo lo nuevo o interesante que sucedía en materia gastronómica tenía sede en Palermo. De a poco –con el incentivo del aumento en el precio de los alquileres–, los restaurantes empezaron a alejarse de esa zona y a elegir barrios aledaños. Pero los bares tardaron un poco más en expandir sus horizontes y salir de Palermo o Retiro.

El puntapié lo dio Presidente, cuando en 2017 eligió para instalarse una casona en el barrio de Recoleta, un spot bastante vapuleado en lo que a bares se refiere. Ya en 2018, otros siguieron sus pasos y así el radar se amplió. Sede abrió en Chacarita, Oh No Lulu! en Villa Crespo y Lignée en la peatonal Lavalle, pero nadie corrió tanto los límites del mapa como Laganini, que desembarcó en Villa Devoto.

Laganini

 

Con una propuesta de alta coctelería, carta diseñada por el bartender Santiago Michelis, y una ambientación de estirpe neoyorquina, este jazz bar se emplazó en una zona que carece de tradición en el rubro. “En los últimos años comenzó a gestarse un polo gastronómico en Devoto y vemos que todavía no tiene techo. Si bien había muchas propuestas, faltaba oferta en cuanto a coctelería de autor , indica Alejo Lagouarde, ganador de la segunda temporada de 'Masterchef Argentin'a y uno de los dueños.

Además, eligieron al jazz como concepto, ya que no se trata solo del género musical que suena en los parlantes o que engloba a los músicos que forman parte del ciclo de live sessions. La elección busca generar un clima sofisticado y a la vez distendido. “Nos inspiramos en los clubes de jazz, desde los muebles y las tonalidades elegidas hasta las luces. Lo pensamos así porque creemos que este estilo musical permite que los clientes se relajen , agrega Lagouarde.

 

Grandes ligas

Otra particularidad es que algunas aperturas llevaron la firma de grandes nombres de la coctelería. El caso emblema es el de Tato Giovannoni, uno de los bartender y empresario más respetados del rubro, quien abrió un nuevo bar: Las Patriotas.

Se trata de una taberna argentina, es decir, que toda la propuesta está teñida de albiceleste. Para empezar, las bebidas nacionales tienen coronita, por eso usan vermúes, licores, gins y hasta pisco elaborados en este suelo, una buena manera de reflejar el panorama que atraviesa la industria de bebidas alcohólicas en el país, la cual crece de manera sostenida desde hace unos años.

Las Patriotas

La carta de comidas sigue la misma premisa: cocina rica con ADN 100 por ciento argentino, al estilo comfort food. Sin embargo, todos los platos presentan una vuelta de tuerca para darle un upgrade a lo simple. La morcilla sale empanada y encierra un perfecto huevo de campo, cuya yema explota una vez que el tenedor hace su trabajo; el pebete es de lengua con berenjenas, lechuga y un delicioso fondo de carne. Y, por supuesto, no faltan las opciones de parilla (bife angosto estacionado, tira de asado, entraña).

Además, repite la fórmula de Florería Atlántico: el bar pasa desapercibido para los transeúntes, ya que en la parte que da a la calle venden productos de la tienda Facon, la misma que está en Palermo. Allí se encuentran desde cuchillos hasta mantas y artesanías elaboradas por artistas y artesanos de diferentes comunidades originarias. 

 

 

El argentino detrás del bar elegido entre los 15 mejores del mundo

El miércoles 3 de octubre, en Londres, The World's 50 Best Bars -el ranking de las barras más prestigioso- anunció los 100 mejores bares del mundo. En el puesto 14° apareció el bar porteño Florería Atlántico, que en 2017 había logrado ser incluido por primera vez, en el puesto 23°.

 

 

Y si Tato es el referente nacional de la coctelería, su par femenina es Inés de los Santos, quien también eligió 2018 para montar un local con su firma. En rigor, se trata del bar ubicado en el restaurant Orilla, aunque ambos tienen entradas separadas y funcionan de manera independiente.

La propuesta de coctelería se divide en clásicos: los sin alcohol o mocktails, que ahora están de moda pero que siempre fueron un sello para De los Santos, y las reversiones de autor, como el Conexión Mimosa (prosecco, jugo de tomate y frambuesa, vinagre de rosa mosqueta y maqui deshidratado) o el mojito de cilantro y tequila. En cuanto a la cocina, ofrecen una versión reducida de la carta del restaurant –comandado por Fernando Trocca y Martín Pittaluga– y se suma así a la breve, pero creciente, lista de bares donde es posible comer bien.

Lignée

 

Por último, con muchos menos años de experiencia, pero también con reconocimiento en el ambiente, Ani Varela y Maximiliano Salomón dejaron la barra de Nicky Harrison –que habían compartido con Américo Borzone– y abrieron Mito Mercato, un bar con aires de deli.

Emplazado en el límite entre Palermo y Colegiales, abren al mediodía –por lo que sirven cócteles a toda hora– y ofrecen comidas livianas y al paso, como tablas de fiambres, paninis y ensaladas. Además, los domingos sirven brunch. El fuerte de la casa son los tragos a base de aperitivos, como el Americano o el Boulevardier.

 

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