After office de verano: 6 bares para disfrutar el atardecer en Buenos Aires

En el jardín de un hotel de Microcentro, en un patio cervecero de Palermo o en la vereda de un wine bar cool de San Telmo, esta temporada se renuevan las opciones para disfrutar del after work.

Al final del día laboral, el after office es una excusa para encontrarse con amigos y distenderse entre colegas. Con la ciudad repleta de propuestas, la elección puede encaminarse según los gustos del grupo. Con música en vivo o un DJ, mesas comunales o espacios más íntimos, el jardín de un hotel o un pequeño bar de mercado. Encontrar el ambiente justo y una carta de gastronomía que se ajuste al programa son las claves, además de la ubicación. El after ideal es a una distancia cómoda desde la oficina, la facultad o del plan que siga.

Si la elección es por un bar de coctelería de autor, algunas selecciones que no fallan son Presidente –recién elegido entre los mejores 100 bares del mundo–, BASA –con la barra comandada por Ludovico De Biaggi– o el picante Kinky, con Luis Redondo a cargo de la propuesta de tragos. Para probar vinos por copa, la hoja de ruta llevará por Vico Wine Bar – tiene 140 etiquetas en las que uno elige y se sirve al marcar con una tarjeta–  y Aldo’s –con interesantes etiquetas de enólogos y winemakers reconocidos.

Entre las cervecerías, Desarmadero es de las que tienen una muy buena curaduría para las 20 variedades artesanales que sirven de sus canillas, mientras que Rabieta, en un palacete francés dentro del Hipódromo de Palermo, se destaca por su increíble entorno y clima divertido. 

 

Siempre vigente

Alguien que frecuenta Buenos Aires debe pasar sí o sí una noche por Gran Bar Danzón: el bar, que celebró su 20º aniversario, es un clásico que siempre sorprende. Combinación de wine bar, barra de coctelería y restaurante, está abierto todos los días y tiene propuestas muy interesantes para cerrar la jornada: de 19 a 21 hay happy hour de copas de vino, cócteles y cerveza, y un Japo Hour, que incluye una copa de vino con un set de sushi. Escaleras hacia arriba, luego de pasar una discreta puerta sobre la calle Libertad, el espacio de Danzón tiene la versatilidad de hacer sentir bien a todos: parejas, habitués de la barra, los que eligen disfrutar de una copa de pie, sentados en las mesas, de frente a la cava o en los livings. El bar fue semillero de varios referentes, como Inés de los Santos, Tato Giovanonni, Aldo Graziani, Andrés Rosberg y Ludovico De Biaggi. La coctelería y el vino, entonces, son dos fichas seguras: cócteles clásicos –el Squeeze y el Sushi Mary– o una caipi o negroni con una vuelta diferente.

Fue el primer wine bar que ofreció una amplia cantidad y variedad de vinos por copa: la cava tiene más de 300 etiquetas y también organizan degustaciones. La cocina, a cargo de Aldo Venegas, tiene desde sándwiches y appetizers para picar, hasta un interesante menú de sushi, entradas y principales para disfrutar.

Buns & beer

En formato descontracturado, un izakaya es un bar típico japonés pensado para tomar y comer algo después del trabajo. Sushi Pop adoptó ese formato en seis locales, con largas barras, espacios al aire libre en terrazas y veredas, murales y mesas comunales. El after office tiene como protagonista a uno de sus platos más sabrosos, los buns, un suave pan cocido al vapor con diferentes rellenos. En Izakaya Sushi Pop ofrecen cuatro opciones: de bondiola braseada, con hongos salteados, de pollo al curry o con langostinos rebozados. Sirven varias cervezas artesanales tiradas (una muy original tiene jengibre) y etiquetas asiáticas para pedir en porrón: la japonesa Sapporo, la Singha de Tailandia y la Tsingtao de China. 

Una copa al paso

Al atardecer, las calles de San Telmo toman un ritmo especial. Con su reciente renovación, el Mercado de San Telmo es un punto obligado. Ahí está Nilson, un bar de vinos al paso que abre desde el mediodía hasta la noche y que tiene su pico de actividad a partir de las 17. “La idea es que vengas a relajarte y tomes una copa de vino sin una ceremonia. Lo pedís en la barra, podés salir a la vereda, sentarte. El vino es algo simple que todos podemos disfrutar , cuenta Samantha Nilson, sommelier y dueña. La pizarra, que cambia todos los meses, ofrece una selección de 25 vinos por copa (sirven cuatro copas por botella). Los vinos están clasificados por su intensidad y van de $ 80 a $ 240. Dato amable: ofrecen agua de grifo de manera libre. Además, hay algunos platos simples, como una tabla de quesos, frutos secos y pan de masamadre y sandwiches sabrosos. Los jueves se suma un show en vivo de jazz.

 

Pintas entre amigos

El polo gastronómico del Bajo Belgrano sumó un nuevo integrante. Allí abrió el primer bar de Cerveza Patagonia en Buenos Aires, un lugar imponente de tres pisos, tres barras y 26 canillas. Tiene el espíritu de la microcervecería de Bariloche en el que se hacen las recetas: además de las tradicionales variedades, aquí sirven las ediciones limitadas, como la Octubrefest. Además, tiene una carta de cocina con sabores patagónicos (braseado de cordero, trucha a la plancha o una tabla de ahumados), opciones que salen de la parrilla y algunos platos para compartir y picar como las croquetas de garbanzos y tomates ahumados, y los bocados de pollo con salsa BBQ.

El bar tiene dos espacios al aire libre: la terraza del tercer piso, de frente a la plaza, y un patio trasero con un escenario

Un jardín secreto

El ciclo Garden Edition es un after office todos los miércoles en el hermoso jardín trasero del White Bar de Hotel Madero. Ese espacio al aire libre es el corazón del hotel y toma un clima divertido y canchero cuando arranca la noche. La propuesta cuenta con DJ sets que varían cada semana y una interesante carta de gastronomía, con platos que el chef Ejecutivo Alejandro Bontempo crea para la ocasión y mini hamburguesas. Desde la barra del bar salen vinos y espumantes por copa, mocktails (tragos sin alcohol) y una selección de los cócteles que prepara el bartender. El ingreso es por lista (hay que comunicarse al hotel), por lo que conviene armar el programa con cierta anticipación.

 

Atardecer como viajeros

Muy cerca del Obelisco está Novotel Buenos Aires, que en su planta baja –junto al restaurante Patio #378–, tiene una terraza trasera con pileta y un mural verde, un buen respiro en el Microcentro. Cada 15 días, los jueves desde las 19 hay música con DJ en vivo, tapeo y cócteles de la mano de la barwoman Brenda Vázquez.

Una terraza interna, rodeada de edificios y con guirnaldas de luces: allí se hacen cada jueves los after work del Intercontinental Buenos Aires, un programa muy relajado y divertido que tiene muy buena música con sus DJs invitados. Para quienes llegan temprano hay invitación de tapas (de a 18 a 19) y para aquellos que se anotan por lista hay happy hour en cócteles.

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