Nito Artaza: "Al radicalismo le va a costar salir de Macri"

Crítico del acercamiento del Gobierno al FMI, anhela un futuro sin grieta en alianza con el peronismo correntino. Y dice que más allá de su carrera artística va “a morir siendo un hombre político .

“Me afilié al radicalismo cuando muchos se iban. Pero en la política, además de vocación hay que tener la piel de un yacaré para que una campaña mediática no te hunda", asegura hoy el polifacético actor que además de subirse a las tablas en la exitosa obra 'La jaula de las locas' y recorrer el país haciendo campaña política, se ha vuelto productor teatral y revela un oficio no ejercido cuando apenas se instaló siendo más joven en Buenos Aires. "Soy egresado del Instituto Grafotécnico, la escuela de periodismo, donde recuerdo con mucho cariño los libros de un profesor que se llamaba Julio Mafud: 'Psicología de la viveza criolla' y 'Los argentinos y el status', en los que analiza muy bien nuestra forma de ser", cuenta el actor y productor teatral Eugenio 'Nito' Artaza.

No siguió con sus estudios porque empezó a trabajar en boliches y discotecas haciendo humor y la noche le ganó a los libros. Sin embargo, su apego a la política le viene por herencia familiar. Su madre Augusta Olivieri Vanasco y su padre Eugenio Alberto Artaza provenían de familias antagónicas del radicalismo: ella de tradición alvearista y él de una profunda raíz yrigoyenista.

¿Qué determinó tu ingreso a la política?
En el 2001, como a buena parte de los argentinos que nos agarró el corralito y veíamos que lo perdíamos todo, sentí que podía representar a esa clase media con capacidad de ahorro y más que la bronca por el monto perdido el impulso final me lo dio la indignación porque habían pisoteado nuestros derechos. Me acuerdo que empezamos con el exfutbolista Perico Pérez a ponernos al frente de ese reclamo que reunía a 40.000 ahorristas hasta llegar a la Casa de Gobierno, durante la transición del expresidente Eduardo Duhalde, quien nos hizo caminar unos 80 metros hasta el balcón y ahí, frente a una plaza llena de piqueteros, nos dijo: "Muchachos, ustedes pudieron ahorrar, pero estas familias directamente no comen". Eso, definitivamente, me hizo entrar a la política.   

¿Y de qué lado de la grieta familiar quedaste?
Sin duda, de la línea yrigoyenista y alfonsinista. No creo que haya habido dos Alfonsín, como dicen algunos, más allá que el resultado económico no fuera el deseado y desde lo político no haya podido cumplir con su promesa de equidad afirmando que “con la democracia se come, se cura y se educa . Pero sin esa extraordinaria vocación política tan suya de sostener la democracia para siempre y la determinación de que se juzgara a los militares que violaron los derechos humanos, quién sabe qué tipo de democracia tendríamos hoy y si no estaríamos más pendientes del riesgo de la aparición de un Bolsonaro también en la Argentina

 

 

 

 

Antigrieta

"Acá hay que formar una oposición con consensos, porque no se puede seguir con esta grieta y ojalá que lo que venga no sea con sed de venganza", dice esperanzado sobre su alianza con el peronismo correntino. Asegura que la política tiene que recuperar el debate de las ideas, sin agresión. "Tengo tres hijos, uno liberal y otro progresista y uno que estudia en la Ucema. Vengo entrenado desde la mesa familiar".

 

Pero, ¿hay radicalismo después de Macri?
Es más preocupante para mí, que soy radical por historia familiar, que una vez recuperado el poder con De la Rúa se haya elegido a Cavallo como ministro con sus recetas neoliberales, y peor aún, que en las elecciones de 2015 el partido haya decidido acompañar la gestión de  Macri. Hace poco di una charla a estudiantes de una universidad de Corrientes y les decía cómo haría yo para pararme delante de ellos si mi viejo me hubiera convencido de llevar a Alsogaray a la presidencia, pero no por la persona en sí sino por sus ideas, que son contrarias al radicalismo. Cuando el partido decidió acompañar a Macri con sus políticas conservadoras y una economía regresiva de la industria nacional, decidí tomar distancia. Yo creo que al radicalismo le costó mucho salir de Cavallo y más le va a costar salir de Macri.

Muchos le cuestionan al Gobierno la manera de comunicar y sus similitudes en los mensajes con los spots del expresidente De la Rúa.
A mí me parece que ellos tienen una intención adrede en sus discursos para que todos estemos hablando de eso, como sucedió con el spot que el Presidente grabó antes del anuncio de los Precios Esenciales que dieron sus ministros y así evitamos discutir lo importante, que es su fracaso económico. El Gobierno va a tener que tomar medidas mucho más drásticas, como la baja del IVA de los productos de la canasta familiar o desdolarizar las tarifas, y buscar la simetría con las provincias que pagan mucho más el combustible, no hay empleo privado en la zona del nordeste y tienen más pobreza, como es en el caso de Corrientes, donde de 10 correntinos cinco son pobres.

 

 

 

 

Como productor teatral, ¿qué hacés para que el público siga yendo a ver una obra?
La gran discusión que tengo con todos los empresarios hace mucho tiempo es que el teatro debe ser popular, tiene que poder venir el tipo común con su familia. El sector está muy monopolizado y yo mismo he comprado teatros para equilibrar el juego, pero al mismo tiempo tuve que vender. En la temporada de Mar del Plata nos fue bien con 'La jaula de las locas' porque pusimos varios precios. En Buenos Aires, con la peatonal en la calle Corrientes creo que puede ser un buen estímulo en tanto la economía revierta su situación. Es una gran pena si la industria teatral no se activa habiendo sido Buenos Aires un polo del espectáculo muchas veces mayor que Londres, Madrid o Nueva York.

¿Alguna vez pensaste en bajarte de la política?
"La política no es para flojitos", me decía mi madre que fue una docente fundadora del Colegio Nacional de Bella Vista, mi pueblo. Ella prácticamente murió militando hasta sus últimos días, así que aflojar no, pero después del corralito tuve que bajar mi candidatura porque mi exesposa decía que ella no estaba preparada para eso y que mi carrera artística estaba en su plenitud. Hoy no lo haría: sé que voy a perder y ganar elecciones, pero la vocación y convicción están. Hasta mi actual esposa, Cecilia Milone, que viene de una familia de tradición peronista, cuando su mamá se fue de este mundo, le dijo estando yo a su lado: "Nena, ahora que estás grande, ¿no vas a terminar afiliándote al radicalismo?". Quién sabe. Estoy seguro de que me voy a morir siendo un hombre político.

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