Caetano: "Es un delirio que se siga cuestionando si la Dictadura estuvo bien o mal"

Un exrepresor y un empleado público protagonizan su nueva película, un policial con trasfondo político. Reivindica su documental sobre Néstor Kirchner. Y filmará la miniserie sobre Sandro porque lo marginal ya lo aburrió.

"Lo marginal me parece un lugar lícito para observar a los demás: irme lo más abajo que puedo para mirar hacia arriba". Hace dos décadas, Israel Adrián Caetano se convertía en uno de los fundadores (involuntarios) del Nuevo Cine Argentino con el estreno de Pizza, birra, faso, una película que anticipaba los estragos sociales de la política económica neoliberal implementada en los '90. Hace 15 años, pateaba el tablero del establishment televisivo con Tumberos, una serie que, vez primera, daba pantalla a la cultura de la marginalidad. Y en 2011 quedaba en el centro de la grieta con su documental sobre la vida y el legado de Néstor Kirchner.

Sin alzar la voz, pero sin callarse nada, Caetano compartió una extensa charla con Clase Ejecutiva, a propósito del estreno de El otro hermano, su nueva película, un policial con trasfondo político protagonizado por un exrepresor y un empleado público que encarnan las dos caras de una Argentina donde impera el sálvese quien pueda.

El regreso de Caetano a la pantalla grande con un policial político, en la edición de marzo de Clase Ejecutiva

"Me atrapó que lo que en apariencia es el trámite burocrático de un empleado público para cobrar un subsidio –todo lo que puede pretenderse hoy como un lugar seguro, que es tener un sueldo del Estado–, escondía atrás un montón de cosas extremadamente complejas y perversas", define acerca del filme protagonizado por Leonardo Sbaraglia y Daniel Hendler, basado en Bajo este sol tremendo, una novela maldita y de culto que volverá a reimprimirse a raíz de esta adaptación cinematográfica.

"La película transcurre en un pueblo medio posapocalíptico, donde ya el Estado está disuelto y la gente sobrevive como mano de obra desempleada. Me parece que es una instancia posterior a lo que conocemos. Hay una gran orfandad de los personajes frente a un Estado que es omnipresente y, por otro lado, no funciona ni imparte Justicia: es un lugar del cual todos roban para subsistir. Eso, para mí, es bastante posapocalíptico como metáfora de una sociedad donde no hay ley o, en todo caso, en vez de estar en manos del Estado está en manos de gente absolutamente corrupta".

Caetano se crió en un "hogar obrero y culto" de Montevideo, fue delegado de la UOM y recién tuvo una filmadora en sus manos a los 18 años. "A mí me costó mucho, en lo personal, constituirme como director de cine. Hay una cuestión socioeconómica y cultural que lo confina a uno a que, si viene de un lugar humilde, sea visto como que no tiene mucho que ver con el arte. Y es real, porque la mayoría de la gente que hace cine no viene de estratos bajos".

En la entrevista completa que publica Clase Ejecutiva en su edición de marzo, el cineasta asegura que "abandoné el nicho de lo marginal hace más tiempo de lo que la gente piensa". Y confiesa su entusiasmo por estar al frente de la miniserie Sandro de América, que emitirá Telefe: "Nunca había abordado la historia de un hombre que persigue sus sueños y los hace realidad. Me gustan mucho los finales felices. Y me parece que este es el personaje ideal para que yo cuente, al final, la historia de alguien que triunfa".

La versión original y completa de la entrevista fue publicada en la edición 188 de Clase Ejecutiva, la revista lifestyle de El Cronista.

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