‘Tata’ Yofre: “Hay que dar la batalla cultural. Y en Cambiemos son ignorantes

El exsecretario de Inteligencia menemista es uno de los políticos que mejor conoce la trastienda del poder. Autor de 'best-sellers' sobre la historia argentina reciente, está disconforme con el discurso del gobierno de Macri: “No contaron la realidad de lo que encontraron. Deben tener miedo y ceden en todo. Espero que no terminen mal .

“Cristina juntó todo su dinero criticando a Perón en la intimidad. ‘Para ese viejo de m****a, ni un peso’, le dijo una vez a Cafiero y al Momo Venegas, que querían hacer un monumento. Lo tuvo que inaugurar Macri… .

Juan Bautista Tata Yofre (70) habla como escribe. Conciso, directo. Despojado. Pero, también, sereno. Es una tarde húmeda, calurosa, pesada, de fines de diciembre. La luz natural, tenue, ilumina el living de su casa, el quinto piso de un edificio de estilo francés en Talcahuano y Arenales. Amable anfitrión, lidió –ceñudo– con un aire acondicionado que se resistía a funcionar. Hasta que, Eureka, le sacó las pilas a unos auriculares, para usarlas en el control remoto.

Tati, su caniche toy blanco, da vueltas por el departamento. También, Carolina, su mujer desde hace una década y media. “Los 14 años más productivos de mi vida. Porque los libros me sirvieron para demostrarme, a mí mismo, que mi vida no empezó ni terminó con Menem. En cambio, hay muchos que hoy pueden no tener mis necesidades económicas pero llegaron a ser lo que eran por Menem y terminaron con él. Yo no , se sincera, en un tramo de más de dos horas de charla.

El motivo de la entrevista era hablar de su obra más reciente, Entre Hitler y Perón: el hundimiento del Graf Spee y la llegada de los primeros nazis a la Argentina (Sudamericana), publicado en diciembre. Resultó una excusa para recorrer su vida, signada por un presente de autor de best-sellers históricos y un pasado en el que convivieron el periodismo, la política y el siempre opaco mundo de los servicios de inteligencia. Un repaso que Clase Ejecutiva reprodujo en su edición papel de enero.

Yofre trabajó en la campaña de la fórmula Balbín-De la Rúa, en las segundas presidenciales de 1973. Una década después, colaboró con Raúl Alfonsín, como su vocero en los Estados Unidos. En 1988, el destino lo subió al Menemóvil. Lo llevó a la Secretaría de Inteligencia, las embajadas en Panamá y Portugal y una asesoría presidencial –con rango de Secretario de Estado–, con la que justificó la función estratégica que desempeñó en las campañas de 1993 y 1995. La última, la de la reelección de Carlos Menem. Hasta que, a inicios de 1998, decidió “escaparse de la realidad , según su propia definición. Pese a esa foja de servicio, afirma no ser peronista. Aunque, reconoce, es el espacio político en el que se siente cómodo. Por eso, la mención –no sin cierta indignación– acerca de que haya sido Mauricio Macri quien, finalmente, haya inaugurado el monumento al Viejo, como Yofre lo llama con algo de afecto.

¿Oportunidad perdida?

Explica que no votó a Macri, sino a Sergio Massa. “Ya, con el ballotage, sí: Macri. Total , admite. No escatima críticas, al evaluar el primer año de gestión de Cambiemos. “Cometieron errores que son propios de gente que no vivió bien la Argentina, ni el mundo. Primero, creyeron que, porque ellos llegaban y procedían de familias con recursos o de buenos trabajos como CEOs en empresas, llamarían mucho la atención en el exterior y habría una cola de inversiones para la Argentina. Y eso no es cierto , observa. Cuenta que, durante su estancia en Washington –entre 1979 y 1982, trabajó en el Banco Interamericano de Desarrollo (BID) y en la Organización de Estados Americanos (OEA)–, aprendió algo: “Los estadounidenses ponen todo lo que uno dice y hace en una computadora. A la hora de invertir, aprietan una tecla y bajan la ficha completa. Entonces, algunos dirán, y con mucha razón, que es mejor esperar a 2017, a ver si se confirma la tendencia .

El segundo pecado original de Cambiemos, agrega, fue no haber hablado a tiempo. “Con mucho gusto, yo les hubiera escrito el discurso sobre qué heredaron. Como hice con Menem. No le contaron al país la verdad de lo que encontraron. Una cosa es la campaña electoral, en la que uno vuelca sus ideas, sus sueños y sus promesas. Otra es cuando se llega al poder y uno debe postergar mucho de lo que dijo porque no hay: el gobierno de Macri encontró un país destrozado .

Asegura que, en diciembre de 2015, debieron haber dicho lo que el jefe de Gabinete –“El señor Peña , lo llama– reconoció muchos meses después: que, para resolver los problemas del país, se tardará, por lo menos, una generación. “Sí, hace falta una generación. Porque esto no se arregla con una cosecha de trigo o de maíz , concede Yofre. Pero recarga, apunta y vuelve a disparar. “Estoy disconforme con el discurso actual. Para cambiar el país, como dicen y mucha gente quiere, hay que dar una batalla cultural. Y ellos no la dan. ¿Sabes por qué? ¡Porque no la tienen! Porque la mayoría de ellos son ignorantes .

Le cuestiona a Macri que, cada vez que agarra un micrófono, no deslice algunos mensajes. O que tampoco predique con el ejemplo. “En un país quebrado, con hospitales hechos bolsa, no te comprás un avión de u$s 70 millones, hermano. Yo vi llegar a Washington al presidente (Francois) Mitterrand con un secretario, en un avión de línea, de Air France. Las señales que bajan son las de la Quinta de Olivos o la Casa Rosada. Pero hay que darlas , enfatiza.

“¿Lo atribuye a falta de experiencia o a mal asesoramiento? , se le pregunta. “No sé , responde, mientras sostiene con sus labios un cigarrillo para encenderlo. “Creo que es un problema de sensibilidad. Caminaron poco las calles de Buenos Aires. A ninguno de los que están gobernando, salvo Monzó, los vi en un acto político. De los ‘60 o los ‘70, estoy hablando. Estuvieron, seguramente, desarrollando su actividad privada. Pero el país les pasaba por el costado. Recién, comenzaron a integrarse en los ‘90 .

Un punto que, para El Tata, toca un nervio sensible, que lo lleva al terreno personal. “Otro pecado que les veo es que culpan o hacen responsables del fracaso argentino a toda una generación mayor de 50 años. Si sos mayor que eso, te miran de reojo. Y si sos de 60, estás terminado. Pero ellos también son responsables. Porque, en algunos casos, fueron ejecutivos de las empresas de sus padres y los vieron hacer cosas que, a lo mejor, no debían hacerse. Y, en su momento, ellos también votaron por Menem .

Ejemplifica. Recuerda que Macri suele regalarles a sus funcionarios una biografía de Nelson Mandela. “Es la equivocada. Mandela tenía problemas muy serios, que eran raciales. Eso no existe en la Argentina. La grandeza de Mandela está en que salió de la cárcel después de dos décadas y le dio la mano al tipo que lo tuvo preso para tratar de llegar a un acuerdo de paz interior que relance al país. Y Macri no hace eso. Tampoco le interesa. Si yo fuera él, regalaría una biografía de Konrad Adenauer . Explica que Adenauer tenía 80 años cuando llegó a ser primer ministro alemán. “Y estos son pibes que, en algunos casos (en algunos casos, no todos), creen que se pueden llevar todo por delante. Y no conocen la Argentina. Creen que se acercan a la gente porque hacen timbreo. Entonces, sacan fotos. O inventan al Presidente viajando en un colectivo. No… Me están tomando el pelo .

“¿Cree que tienen noción de la oportunidad que están dejando pasar? , indaga el cronista. Piensa un par de segundos. “En algunos casos, deben tener miedo. Porque, hasta hora, ceden en todo. Espero que no termine mal. Les deseo lo mejor. Realmente. Y la mejor manera de hacer es no hablar. Me encierro ahí adentro –señala hacia su izquierda, donde está su escritorio– y escribo un libro. No hablo. Pero los estoy mirando. Y, como yo, hay muchos. No soy el único .

La versión original de esta entrevista fue publicada en la edición 186 de Clase Ejecutiva, la revista lifestyle de El Cronista

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