Espert: Macri, la Argentina antinobel y sus peleas con los de la Di Tella

En diálogo con Clase Ejecutiva, explica por qué definió al macrismo como “kirchnerismo de buenos modales . Y revela el hostigamiento que sufrió durante los 12K.

“No, mire, a ése ni me lo nombre, que no es ni siquiera economista, sino ingeniero. Dejemos los problemas económicos para los economistas . A través de la pantalla, José Luis Espert veía lo que Aldo Pignanelli, presidente del Banco Central en el segundo semestre de 2002 y uno de los referentes económicos del Frente Renovador, decía sobre él, en un programa de televisión. Algunos días antes, los dos habían discutido fuerte en el piso de otra señal. “Le dije que era una verdadera estupidez hablar de invasión de productos importados cuando no había ninguna invasión , refiere el aludido, quien, rápido, desafió a Pignanelli a mostrar su título universitario. Él, por supuesto, tuiteó una foto de su diploma de Doctor en Economía (UBA). “No , se ríe. “Nunca lo mostró , se ríe de nuevo. “Fue muy divertido lo que pasó. Lo gracioso es que el economista soy yo y él es contador. Pero bueno… Es una anécdota , cierra el tema.

Hace dos décadas que Espert –economista, 55 años, nacido y criado en Pergamino– frecuenta los medios. Pero su primer libro, La Argentina devorada, lanzado a fines de marzo, agotó su primera tirada, de 10 mil, en un mes y, para después de la Feria del Libro, su editorial, Galerna, prepara una segunda edición. Se convirtió en texto de culto, para una feligresía devota, cuantificada en sus 95 mil seguidores de Twitter, quienes lo veneran como al profeta del liberalismo económico. Alto, robusto, rugbier en su adolescencia, de grande practicó boxeo e incluso lucha grecorromana. Sintonía fina con el papel que el “Devorador de tiernos –tal cual lo definió Clase Ejecutiva en la tapa de su número de abril– suele representar en los medios, siempre listo para el pugilato oral.

“Me gusta el debate. Soy adicto a aprender. Y la capacidad de aprendizaje tiene mucho que ver con quien piensa distinto , explica, con el tono de voz calmo y sereno que ostenta en cámara. “Pero, si alguien quiere pelear, peleamos , se ríe, una vez más. La sonrisa ablanda su granítica estampa sarmientina.

Espert dice que le gusta debatir con la gente surgida de la Universidad Torcuato Di Tella (UTDT). “No piensan como yo pero son muy formados, muy preparados. Y, por lo general, honestos para debatir. Con algunos más; con otros, menos, pero con todos tuve mis discusiones .

“Macri al Gobierno, la Di Tella al poder , una de las frases que acuñó por la cantidad de funcionarios forjados intelectualmente en esa casa. “¿Qué es la Di Tella? La Di Tella, la Di Tella… –repite casi musicalmente, como si en la sonoridad buscara encontrar la respuesta–. Hasta ahora, la Di Tella no es la usina del cambio de 180 grados que necesita la Argentina, sino la que le da riqueza académica al kirchnerismo económico de buenos modales que es el macrismo .

Nadie del Gobierno lo llama, aclara. Pero tiene intercambios formales, ocasionales. Por ejemplo, con Federico Sturzenegger. Se cruzan por el barrio, dado que el presidente del Banco Central vive a tres cuadras de su casa, en Martínez. Con otros, en cambio, se encontró en algún evento o casamiento. “Y uno habla, por supuesto , admite.

¿Hay algo en lo que le dijeron: “Tenés razón. Pero no podemos ? “Sí. Y el argumento de todos son las restricciones con las que trabajan. Mi respuesta, en todos los casos, es la misma: hay que imponer las condiciones antes de asumir; si no, no participar. Porque, una vez que estás, vas a tocar la melodía que quiere el Presidente de turno .

¿Con quiénes, en cambio, ni siquiera hace el esfuerzo de discutir? “Con el kirchnerismo. Y muchos peronistas no kirchneristas. Con gente que no tiene ningún rigor científico, no me interesa debatir , replica, tajante.

“Parte de la decadencia argentina tiene que ver con haber transformado a la Economía, que es una ciencia, en un chamuyo tercermundista. La Economía integra el Olimpo del Nobel como ciencia dura, junto a la Física, la Química y la Medicina. Después, premia a la Literatura y la Paz. Entonces, la Economía está mucho más cerca de las ciencias duras de lo que nos hicieron creer, que ese chamuyo de la justicia social y la redistribución del ingreso. Por eso, en parte, al país le va mal .

Por despreciar a la disciplina como ciencia, dice, el país comete un pecado original: no se dedica a lo que debe. Recuerda que, en 1977, la academia sueca reconoció al modelo Heckscher-Ohlin. “Hay un Nobel a la Teoría del Comercio, que dice que es bueno para el conjunto (hay más ganadores que perdedores) si un país se dedica a hacer aquello para lo cual tiene ventajas comparativas. Bueno, la Argentina hace casi un siglo se dedica a la sustitución de importaciones. Ahí están los resultados: un país en decadencia, con alta pobreza, drogadicción e inseguridad. O sea, violamos un principio premiado por el Nobel y queremos que nos vaya bien .

Por qué la Argentina es decadente. Desde cuándo. Por culpa de quiénes. Qué se debe hacer para salir de esa decadencia. Las razones por las que definió al macrismo como “kirchnerismo de buenos modales . Qué significaron para él los '90 y, más allá del análisis profesional, el hostigamiento que sufrió durante los 12K. Los motivos que lo empujaron a escribir un libro, inesperado best-seller de no ficción. Su audaz e impulsiva relación con las redes sociales, Tiernópolis y mucho más, en una entrevista distinta, que muestra uno de los costados menos conocidos de uno de los economistas más reconocidos del medio local en la edición de abril de Clase Ejecutiva, la revista lifestyle de El Cronista.

 

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