Marta Minujín afirma que no le gusta “mostrar cosas del pasado , pero acaba de sacar un libro con sus diarios de viaje durante su estadía en París en los ’60 y anoche inauguró la exhibición “Frozen sex en la galería Henrique Faria Buenos Aires, donde se muestra parte de la serie de pinturas eróticas que en 1973 la policía prohibió su exhibición en la hoy desaparecida galería Arte Nuevo.

La serie está compuesta por pinturas y dibujos preparatorios, un formato que al momento de su realización, a principios de los ’70, Minujín ya había abandonado. Inmersa ya por ese entonces en la producción de ambientaciones y performances, la artista hace una pausa para dedicarse a estas pinturas que “dignifican los órganos sexuales de reproducción y placer que estaban siendo demonizados .

Creados durante su estadía en Estados Unidos entre 1970 y 1074, coinciden con las primeras manifestaciones de una enfermedad de la que por entonces poco se conocía, pero que se asociaba a personas homosexuales cuyos cuerpos se deterioraban rápidamente. El VIH, entonces conocido como la “peste rosa , avanzaba más firme entre la comunidad de artistas.

Minujín fue testigo de esa época. “Me impresionaba que mis amigos se morían , recuerda junto a la prensa en la previa de la inauguración. “A fines de los ’60 se tomaba al sexo como una diversión, después nadie quería tocarse , continúa. Para “dignificar los órganos sexuales encara estas pinturas de primeros planos realizados a partir de trazos sencillos y colores planos en la gama del rosa y naranja.

Pocos trabajos de Minujín exploran el estilo pop tan clásico como este. Como sostiene el curador Francisco Lemus “estas imágenes no son narrativas, tampoco contestatarias, son lo real puesto en la obra en su versión simulacro .

La artista había pensado su serie para que cada uno que poseyese una de las obras experimentase un “erotismo subterráneo . “Lo tenés en el living de tu casa y sin darte cuenta te vas erotizando , explica.

Se exhibió por primera vez en la galería Hard Art de Washington bajo el nombre de Frozen Erotisme. La asociación con lo congelado surgió de los helados y la pastelería que se vendía en el barrio de West Village de Nueva York, enclave homosexual de la época. De allí también tomó la elección de la paleta. La incipiente industria del porno la proveyó de los encuadres de primeros planos y la amistad con una prostituta el trabajo de campo para inspirarse.

La inauguración de 1973 en la capital estadounidense contó con dos fisicoculturistas pintados de rosa, boleros de fondo, champagne rosa para beber y pastillas rosas para comer mientras Minujín y los invitados vestían de rosa. En Buenos Aires, en 1974, la fiesta duró poco: horas después de la inauguración la policía clausuró la galería Arte Nuevo y hubo que descolgar las obras.

A 45 años de la primera exhibición los reparos en torno a los órganos sexuales han cambiado. Como lo explica la artista, “ahora que no transmiten la muerte se los considera un arma por todo el tema de las denuncias de abusos sexuales . Recuperar la idea de goce parece ser su intención.