El Museo de Arte Moderno reabrirá ampliado, con más salas y un café

En julio inaugura una exhibición proveniente del Museo de Arte Moderno de Frankfurt. Lo hará en sus nuevas instalaciones que prometen una mejor experiencia de los visitantes. 

El Museo de Arte Moderno de Buenos Aires está reducido desde la última semana a una fachada de puertas cerradas y la posibilidad de recorrer su colección a través de la web. Dentro del edificio de la avenida San Juan 300 personas trabajan en la ampliación del museo más importante que gestiona la Ciudad de Buenos Aires para llegar a tiempo a la reapertura prevista para julio -aún sin fecha precisa- con la mega exhibición “Historia de dos mundos: Un diálogo entre la colección del MMK y la historia del arte experimental latinoamericano, 1944 –1989 , una exposición internacional en conjunto con el Museum für Moderne Kunst Frankfurt (MMK).

El museo fue creado en 1956, pero no fue hasta 1960 que contó con una sede física en el Teatro General San Martín, sobre la avenida Corrientes. En el medio, ante la falta de un espacio propio, su director, el padre del proyecto del Moderno, Rafael Squirru, propuso salir de gira a bordo de un barco con 50 obras de artistas argentinos. El buque Yapeyú recorrió 20 ciudades en 164 días.

En 1989 se instala en su sede actual, en el barrio porteño de San Telmo, en el edificio que originalmente albergó la tabacalera Nobleza Piccardo. Pegado a este, en la esquina de la avenida San Juan y Defensa, se estableció el Museo del Cine, hoy ubicado en el barrio de La Boca, en el predio que ocupa la Usina del Arte. Entre 2005 y 2010 se mantuvo cerrado, entre refacciones y un presupuesto ajustado que impedía acelerar las obras.

Desde su reapertura,  ha mostrado una sólida y equitativa programación entre arte argentino moderno y contemporáneo y muestras tanque internacionales, como la exposición de dibujos de Pablo Picasso que se pudo ver a principios de 2017. El desembarco de la curadora Victoria Noorthoorn a mediados de 2013, que reemplazó a Laura Buccellato, fue decisivo para evitar cerrar filas detrás del arte local como única opción de programación. A su vez, el museo innovó en sus montajes y formas de exhibición. Ejemplo de esto fueron las obras colgantes de “El círculo caminaba tranquilo , la muestra de trabajos sobre papel de la Colección Deutsche Banck y del Moderno de 2014.

Con los trabajos de ampliación, que comenzaron en septiembre de 2017 mientras se desarrollaban las actividades normalmente, el museo ganará espacios de exhibición al anexar al edificio del antiguo Museo del Cine. Así se mejorará la experiencia de los visitantes y posibilitará una mayor exhibición de la colección permanente, sostienen desde la institución. Cuando se concluyan las obras en julio el edificio contará con casi 15.000 m2.

Nuevas experiencias

La ampliación está pensada también para que el museo incorpore espacios básicos de cualquier institución cultural con estándares internacionales. De un tiempo a esta parte los museos se convirtieron en mucho más que depositarios de obras de arte. Su propuesta cultural atraviesa todas las disciplinas artísticas y la visita al museo se mide según la experiencia que las personas se llevan del mismo.

Las reformas prometen beneficiar la circulación con la instalación de ascensores más rápidos y accesibles, la ampliación de la tienda, y una nueva “escalera escultórica que conectará la planta baja con los pisos superiores; será de hierro, mármol y espejos con la que se busca “interpelar a los visitantes con los distintos puntos de vista y el contraste de sus materiales .

Contará a su vez con más espacios de encuentro para los visitantes entre cada sala, una nueva Sala de Educación y más ventanas que permitirán la entrada de luz natural y distintas vistas del barrio de San Telmo. El broche de oro será la apertura de un café, un elemento ya característico en los museos más importantes del mundo.

El proyecto arquitectónico fue desarrollada por el estudio M/SG/S/S/S (Manteola/ Sánchez Gómez/ Santos/ Solsona/ Sallaberry/ Vinson) y encabezado por Carlos Sallaberry y Matías Ragonesse.

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