Toy Story, Avatar y Star Wars, los nuevos parques de Disney en 2019
Pandora, inspirado en el filme ecofuturista Avatar, y Toy Story Land, sobre la célebre saga de Pixar, son las flamantes apuestas de los parques de diversiones de Orlando. En 2019, se sumará un área temática dedicada a Star Wars.
Será el hechizo de algún hada madrina: cuanto más pasa el tiempo, más renovados lucen los parques de Walt Disney World Resort en Orlando. Porque la magia está intacta. Y las novedades llegan una tras otra: superando la simple apertura de nuevos juegos, es la gran era de las áreas temáticas. Mundos nuevos que se levantan por obra y gracia de una tecnología impresionante para sostener fantásticos universos imaginarios reproducidos hasta en sus más mínimos detalles: allí están para demostrarlo el área de Pandora-The World of Avatar, inaugurada el año pasado como la gran novedad de Animal Kingdom; a la que recientemente se sumó Toy Story Land en Disney’s Hollywood Studios. En 2019 será el turno de Galaxy’s Edge, un tributo a Star Wars que tiene expectantes a su legión de fans.
Pero las nuevas atracciones no son la única novedad del 2019: Walt Disney Co. subió el precio de la entrada a sus parques temáticos de California más del 10%, según consignó Bloomberg. El costo de la entrada de un día en temporada alta, fines de semana y días festivos, aumentó un 10,4% a u$s 149 desde los u$s 135. La entrada más barata aumentó un 7,2 % a u$s 104. Los aumentos no son nuevos: en los últimos 40 años Disney World aumentó un 1730% el precio de sus tickets. Actualmente los pases anuales van desde u$s 399 a u$s 1.949. Las tarifas de estacionamiento aumentaron un 25% a u$s 25 al día.
En 2009, James Cameron -quien ya había filmado Titanic, la película más taquillera de la historia hasta entoces- dio el batacazo de nuevo con Avatar, que desbancó a su predecesora y se convirtió en la primera y exitosa entrega de lo que se promete será una saga de cinco. Los capítulos 2 y 3 se esperan para 2020 y 2021, para cerrar la serie con la quinta y última en 2025. Mientras tanto, el anticipo de lo que vendrá se puede experimentar en Pandora, el satélite del planeta Polifemo bajado a tierra en Disney Orlando donde viven los na’vi, esos curiosos personajes azules de larga cola que deben enfrentarse a los humanos para defender los recursos de su tierra.
Con Pandora - The World of Avatar se inauguró el concepto de área temática en Walt Disney World Resort, un sector con vida propia dentro de cada parque, que se convirtió en la mayor ampliación en la historia de Animal Kingdom. Y marcó también un paso adelante conceptualmente hablando: más allá de la montaña rusa, del safari o del árbol que simboliza la importancia de la conservación de la naturaleza, allí se puede vivir una experiencia sensorial envolvente que excede bastante a los juegos propuestos.
Se trata de dos aventuras bien diferentes: Avatar Flight of Passage es un simulador de vuelo que aprovecha la realidad aumentada, la realidad virtual y las imágenes tridimensionales para que el visitante sienta que está volando sobre el lomo de un banshee, criatura nativa del planeta de los na’vi. Todo empieza cuando cada jugador se ‘sincroniza’ con un avatar para luego sentarse sobre una link chair -una suerte de moto que será el pasaje a otra realidad- y viajar hacia su propia aventura: el vuelo sobre el valle de Mo’ara, replicando un ritual iniciático de los na’vi.
Describir más, sería pecar de spoiler. Pero el paseo -que parece durar más que los cuatro minutos marcados por el reloj- se vive con los cinco sentidos y es profundamente impactante. En un registro más tranquilo y místico, el segundo juego de Pandora es Na’vi River Journey, que invita a navegar por un río de aguas suaves y misteriosas en embarcaciones de caña: a medida que se atraviesan las grutas que llevan hacia el río, se ingresa en un mundo donde cambian los matices luminosos, acunados por la música de la Shaman of Songs, una chamana que constituye el centro simbólico del viaje. Los ojos parecen no alcanzar para mirar todos los colores y formas que se recortan en la oscuridad, mientras el visitante de este mundo extraordinario va recargando energía positiva mediante la música, tal como se recarga la propia selva latiendo en una sinestesia de luces y sonidos.
Más allá de los juegos, antes o después hay que darse el tiempo necesario para disfrutar del entorno de Pandora, una reproducción de las impactantes montañas flotantes del mundo na’vi que de noche cobra una dimensión mágica cuando las plantas empiezan a iluminarse a medida que la música acompaña la puesta del sol, en un llamado a reconectarse con los ritmos de la naturaleza.
Woody y Buzz hacen de las suyas
En junio pasado cortó cintas Toy Story Land. No sólo se inspira en la exitosa película que sigue las aventuras de los muñecos Woody y Buzz Lightyear, sino que forma parte de Disney’s Hollywood Studios, sin duda uno de los parques más renovados que, pronto, tendrá la primera atracción temática dedicada al gran ícono de la marca, con el Mickey and Minnie’s Railway que reemplazará a un carrusel de homenaje a las grandes películas de Hollywood.
Y, por si fuera poco, el año que viene concentrará todas las miradas con Galaxy’s Edge, la nueva área temática dedicada a Star Wars. En el flamante sector que reemplaza -y supera ampliamente- al antiguo corredor de Pixar dentro de Disney’s Hollywood Studios, la idea es sencilla pero brillante: cada visitante debe sentirse como un juguete en el patio de Andy, el niño que en la primera película despierta los celos del vaquero Woody -su juguete favorito- cuando recibe de regalo al astronauta Buzz Lightyear.
Las dimensiones de cada elemento del área contribuyen a lograr el efecto. Los detalles se multiplican: en el suelo está marcada la huella de la zapatilla de Andy, tan grande como si fuera un número 240. Woody mide casi 6 metros; Buzz más de cuatro: así que, si fueran juguetes para llevar en una mochila, la backpack en cuestión tendría que tener el tamaño de un ómnibus de escolares. En este patio de juegos sobredimensionado hay tres grandes atracciones: Toy Story Mania! es un juego de puntería en 3D, el único que ya existía en el corredor de Pixar y que ahora se amplió con una tercera pista (se cerró la entrada original).
Sobre los carritos del Carnivel Ride Tram, y con anteojos 3D, se va pasando frente a cinco juegos tridimensionales de kermesse, disparando a todo tipo de blancos fijos o móviles. El segundo juego son los Alien Swirling Saucers, una versión renovada y más amigable de las tazas giratorias, esta vez a bordo de las navecitas de los aliens, que giran alocadamente. Y, last but no least, la montaña rusa Slinky Dog Dash, inspirada en el perro salchicha con resortes, un clásico juguete estadounidense de los años ’50 que es parte del staff de la película. ¿Su mayor mérito? Tiene doble lanzamiento -algo inédito en los parques Disney- y un circuito de curvas y contracurvas de nivel familiar que terminan, después de retorcerse como el largo cuerpo de un salchicha, con el canto del carismático pingüino Wheezy.
¿The end? Nada de eso. Porque queda conocer a los personajes que recorren el área permanentemente, no sólo Woody y Buzz sino también los emblemáticos soldaditos y soldaditas verdes. Cabe mencionar que por primera vez también hay damas cumpliendo ese papel, provocando el cambio de nombre de los Green Army Men en Gren Army Patrol. Además, en este sector se puede comer en el Woody’s Lunch Box, un restaurante de comidas rápidas con un menú exclusivo, y matizar las esperas -que pueden ser bien largas- jugando con la nueva app Disney Play, que permite enrolarse en partidas online con otros visitantes de los parques para demostrar, una vez más, que tecnología y diversión van de la mano. Y que Disney sabe cómo hablarle tanto a los grandes nostálgicos de sus juguetes de antaño como a sus nuevos minifans de la generación celular. Porque todo indica que la magia está intacta.
Cómo ir. Pandora - The World of Avatar está dentro de Animal Kingdom y Toy Story Land se ubica en Disney’s Hollywood Studios. Entre ambos es posible moverse con auto o en el servicio de transporte de los parques Para quienes estén alojados en los hoteles del complejo, lo mejor es aprovechar las “horas mágicas exclusivas que se ofrecen antes o después del cierre.
Lo imprescindible. Aprovechar los fast pass incluidos con las entradas al parque. Y reservarlos con mucho tiempo desde la app de Disney (se habilitan con 60 días de anticipación para los huéspedes de los hoteles del resort y con 30 días para los demás visitantes), porque la demanda para las dos nuevas áreas es altísima. También se puede aprovechar el Rider Switch para grupos que estén con una persona que no pueda subir a juegos como Avatar Flight of Passage o Slinky Dog Dash: quien tenga que acompañar al miembro del grupo que no sube, luego podrá ingresar a su vez al juego sin tener que volver a esperar.
Cuándo ir. Todos los parques tienen su encanto propio de noche, pero Pandora especialmente hay que visitarlo al menos una vez cuando baja el sol, porque la selva bioluminiscente cobra entonces una dimensión nueva que enriquece la experiencia.
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