Hechos, evidencia y decisiones: ¿y si el gobierno usara Big Data?

El uso inteligente de Big Data por parte del Gobierno mejora la comprensión de los fenómenos sociales y las posibilidades de que las políticas públicas impulsen el desarrollo de la sociedad. Lo que llamamos Analytics–el análisis de grandes volúmenes de datos, de formatos variados y generados a gran velocidad, para entender el pasado, prever escenarios futuros y tomar decisiones- no desmerece la experiencia de los responsables de esas políticas sino que potencia la capacidad de tomar decisiones correctas.

Se suele enfatizar en las aplicaciones que tiene el Big Data en los negocios, las empresas y hasta en el deporte, pero se trata de una herramienta que también puede ser clave en la definición y seguimiento de políticas públicas a ser desarrolladas por cualquier gobierno y a cualquier nivel.

Está demostrado que la capacidad de tomar decisiones se incrementa en la medida que se apoyen en datos que reflejen de la mejor manera posible la realidad. Esto no escapa a las decisiones gubernamentales.

Por ejemplo, la movilidad social y la pobreza necesitan un buen entendimiento de sus causas. Las políticas que se implementan para el desarrollo social, al apoyarse en datos, permiten hacer un seguimiento adecuado de su eficacia y eficiencia.

"El uso inteligente de datos para desarrollar políticas basadas en evidencias y la priorización de esfuerzos, es el corazón de las estrategias para su desarrollo".

Para esto, es clave que las políticas gubernamentales cuenten con datos generados en todos los niveles. Las fuentes que pueden utilizarse son diversas: servicios de salud, escuelas, instituciones de educación secundaria y superior, previsión social, demografía, organismos públicos, clubes barriales, organizaciones no gubernamentales. Datos meteorológicos, encuestas, e inclusive redes sociales o sitios de internet también son necesarios.

Desafíos

El desafío es que los datos generados en diferentes fuentes puedan integrarse. Es a partir de esa integración y posterior análisis que se genera conocimiento transformable en decisiones. Los datos integrados referidos a educación, salud, seguridad, etc. pueden explicar mucho mejor los fenómenos sociales que la visión aislada de los mismos.

Finalmente, estos datos generados e integrados deben ser analizados. Para esto es necesario contar con técnicas, herramientas y fundamentalmente profesionales capaces de dar respuestas a preguntas a través de los datos. Este perfil profesional es lo que se conoce como científico de datos.

"Big Data & Analytics es una herramienta clave para una adecuada gestión gubernamental y debe estar puesta en el centro como una herramienta para la definición de las políticas públicas".

Limitaciones y claves para superarlas

La adopción de decisiones basadas en Big Data para las políticas públicas presenta limitantes.

La primera es lograr la obtención de datos realistas, históricos y detallados a diferentes niveles: gubernamentales municipales, provinciales, nacionales y no gubernamentales. Para esto clave la inversión en plataformas, profesionales capacitados y procesos para la captura de datos. El siguiente desafío es lograr la integración de estos datos.

Otra limitante no menor es la cultural: es necesario desarrollar la toma de decisiones apoyada en datos.

Un aspecto a tener en cuenta es el normativo y ético. Las cuestiones referidas a privacidad de datos siempre deben ser consideradas.

Estas limitantes se pueden mitigar con un programa adecuado de gobierno de datos que atraviese a toda la gestión pública. Es un proceso gradual y que indudablemente requiere tiempo, pero es un camino que indefectiblemente se deberá recorrer como una herramienta base para el desarrollo de la sociedad.

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