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Vivió en Nueva York pero volvió a la Argentina para emprender en un mercado de u$s 200.000 M

Julián Bersano, cofundador de la insurtech Klimber, cuenta los motivos que lo llevaron a apostar por el país.

"La vida del ser humano pasa por lo social. Uno termina estando en aquel lugar donde más gente tiene alrededor, donde más afectos tiene. La razón principal para emprender en la Argentina no es generar una patriada. Es volver a los efectos y desde ahí tratar de hacer la patriada de traer ideas nuevas, generar trabajo y de hacer cosas por el país". Con estas palabras, Julián Bersano cuenta las razones por las que en 2018 decidió, junto a un grupo de socios, darle vida a Klimber, una insurtech nacida para transformar el mercado de los seguros.

Bersano es consciente de que, aunque se resista a pensar que apostar por la Argentina sea un acto patriótico, las condiciones están lejos de ser ideales.

"Uno trata de ayudar al país, de generar riqueza, de dar empleo... es lo que uno tiene que hacer por el país y es más de lo que hace mucha gente. Me siento bien por eso, a pesar de las dificultades. Klimber tiene todo en blanco, tratamos de pagar buenos sueldos... y la burocracia del Gobierno te persigue", se lamenta.

No se olvida de la brecha con el dólar "porque nosotros cobramos en dólares y nos pagan en pesos. Tenemos ese impuestazo del que nadie habla como lo que es: un impuestazo anticonstitucional".

Una sensación de amargura envuelve cada palabra que pronuncia para describir las trabas que enfrenta un emprendedor en estas tierras. Sin embargo, no baja los brazos y mira con optimismo un futuro rico en metas y desafíos.

Klimber se presenta como una compañía que se propone intervenir en un mercado que antes no existía con un producto que jamás había sido ofrecido. "La oportunidad del negocio en Latinoamérica es de US$ 200.000 millones de cosas que no se han hecho, de seguros que no se han vendido. El mercado existente es de US$ 130.000 a US$ 150.000 millones. Nosotros nunca vamos a competir en ese mercado. Lo nuestro es intentar agarrar lo más posible de esos US$ 200.000 millones que nadie ha tocado todavía", explica el emprendedor que se reconoce "nerd" por su amor por la tecnología.

Julián Bersano fundó Klimber en 2018 junto a un grupo de socios.

El negocio de la insurtech son los pequeños seguros de vida y de autos que se pueden acordar con un par de clicks en la computadora o el teléfono. Para los otros productos están los promotores de carne y hueso, esos que Bersano conoce a la perfección, pues esa era la actividad de su padre. Se crió en ese ambiente y en su adolescencia ayudaba con las cobranzas, pasando de un colectivo a otro. En sus ratos libres observaba cómo su madre, fonoaudióloga, enseñaba a los sordos a hablar sin emplear el lenguaje de señas, sino leyendo los labios y respondiendo oralmente. "Era una experiencia muy linda", relata.

Muchos antes de que la tecnología y las pólizas llegaran a su vida, soñaba con ser astronauta. Es un apasionado por la astronomía. Hoy, más maduro, admite que sus deseos cambiaron después de ver tantas películas en las que los viajeros al espacio sufrían finales trágicos. Sigue contemplando el cielo con asombro y con la certeza de que "somos una mota de polvo volando en el universo".

Además, dibuja y pinta. Y disfruta subirse a la bicicleta para pedalear, ya sea para pasear o para ir al trabajo. Le gusta la vida al aire libre y siempre que se le presenta la ocasión acampa con sus hijas. En esos momentos se escapa de la tecnología y no pierde el sueño por la falta de señal del celular. Todo lo contrario.

Por su asumida condición de "nerd" no renuncia jamás a los simuladores o los juegos de guerra o estrategia. Y siempre dice presente en las reuniones con amigos alrededor de la parrilla para compartir un buen asado.

Todo eso lo aparta del exigente día a día laboral que le impone dedicar muchas horas a cerrar acuerdos con inversores, tratar con nuevos clientes, diseñar estrategias para que Klimber -que opera también en Brasil y México- siga evolucionando, atender cuestiones legales... Inquieto, se interna en otras áreas de la compañía para dar su mirada, en especial en los proyectos de massive learning o modelos predictivos.

Inició su recorrido laboral hace un cuarto de siglo en Circuloasegurador, una iniciativa pionera en el mundo digital, pasó por Ogilvy en Madrid, fue consultor del Banco Mundial, se desempeñó como director de Tecnología de CIPPEC y se mudó a Nueva York para unirse a AIG. Allí entendió que en el mundo laboral no existen las excusas, sino lo resultados. Y se jacta de que, desde que fundó Klimber, los resultados son positivos, aun en un contexto adverso como el que impone el país. 

Esta nota se publicó originalmente en el número 347 de revista Apertura.

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