Todavía, muy lejos de ser un fósil

Aquí hay más evidencia, si se necesitaran pruebas, de que la gran transición energética es lenta. Las grandes empresas de petróleo y gas continúan invirtiendo dinero en combustibles fósiles y perforando en busca de la materia negra viscosa. La inversión mundial en petróleo y gas aumentará en u$s 26.000 millones este año, a u$s 628.000 millones, estiman los analistas de Rystad Energy.

Saudi Aramco, de propiedad estatal, ya se comprometió a aumentar la capacidad de producción. Mientras tanto, el uso de plataformas de perforación, un indicador principal de la producción, está aumentando. A inicios de enero, operaron 729 plataformas en América del Norte (incluido Canadá), la mitad que hace un año, según Baker Hughes. A nivel internacional, los números de plataformas han tenido un salto similar.

Los combustibles fósiles nunca iban a hacer una salida rápida. Combinados, representan el 83% de la matriz energética. Solo el petróleo y el gas natural representan el 56%. Estos son activos que disminuyen rápidamente; con base en la demanda global actual, de 100 millones de barriles por día, la industria necesita invertir lo suficiente para compensar la tasa normal de disminución de 5 millones a 6 millones de barriles por día.

Y la demanda no se detiene. La perspectiva a largo plazo de la OPEP prevé que esto aumente a 108 mb/d, o el 28 % de los requisitos de energía, para 2045. Las empresas petroleras privadas querrán maximizar los ingresos de las carteras existentes, por lo tanto, seguirán gastando incluso más allá del sector estatal.

Las grandes firmas de petróleo y gas, encabezadas por Shell, BP y Exxon, elevarán el gasto upstream a más de u$s 75.000 millones este año, estima Jefferies. Eso es un aumento con respecto al año pasado, pero aún muy por debajo de los u$s 100.000 millones gastados en 2019, el último año antes de la pandemia, y muy por debajo del momento de auge, de u$s 200.000 millones, en el año 2013.

Espere que la mayor inversión se destine a la producción de gas natural y gas natural licuado, con un aumento del 14%, a u$s 149.000 millones este año, y a u$s 171.000 millones en 2024, superando los niveles previos a la pandemia. Gran parte del gasto de este año está bien señalado, incluidos u$s 150.000 millones en proyectos nuevos, casi el doble del gasto del año pasado.

Sin duda, las grandes corporaciones energéticas están inyectando más dinero en energías renovables. Pero el gasto en combustibles fósiles está lejos de terminar.

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