Nicolás Pino, presidente de la Sociedad Rural Argentina, participó del primer Agro Summit organizado por El Cronista y la revista Apertura, donde brindó su opinión sobre la realidad por la que atraviesa el sector agroindustrial y sostuvo que "tenemos una materia pendiente, en comunicar mejor a la ciudadanía lo que hacemos, porque no es cierto que el sector tenga una renta excesiva o extraordinaria, algo que se pretende imponer como ideología. Hay que ser más cuidadoso cuando uno se refiere a ese tema".
Al referirse a la relación que la entidad mantiene con funcionarios del gobierno, Pino expresó que el diálogo con las autoridades es cordial aunque puso reparos. "Tenemos diálogo con los ministros de Desarrollo Productivo, Matías Kulfas, y de Agricultura, Ganadería y Pesca, Luis Basterrra, además de algunos gobernadores, sin embargo nos gustaría que fuese un diálogo más fluido y fructífero", aclaró el dirigente rural.

Al ser consultado por Hernán de Goñi, director periodístico de El Cronista, sobre el Plan Ganadero que impulsa el gobierno, Pino manifestó su disconformidad con las medidas adoptadas, postura que parece ser el común denominador del sector que viene reclamando al respecto desde la implementación de las medidas. "Sin previsibilidad ningún productor va a generar un kilo más de carne", puntualizó.
La suba de precios es una variable constante de un tiempo a esta parte en la economía autóctona y el gobierno suele poner su mirada en al agro como el primer eslabón de una cadena de aumentos que llega hasta el consumidor. Al respecto, el presidente de La Rural expresó: "La realidad es una. Los precios de los commodities han subido y eso es bueno porque justamente es lo que producimos. Lo que no hay que dejar de ver es que el gran problema que está viviendo la Argentina es la feroz inflación que llega al 50% y eso hace que todos los precios vayan repuntando. El problema principal es que la plata rinde menos. Incidencias externas hay, pero tenemos un gran problema interno que es la inflación".
Pino manifestó también su disconformidad con los derechos de exportación y el "doble tipo de cambio" en clara referencia a la brecha que separa al tipo de cambio oficial del paralelo, dos medidas que según su opinión le generan envidia frente a los "países vecinos que no tienen estos problemas".


