Alto, de traje negro y sonrisa afable, Francisco Ramos habla con entusiasmo y menciona directores y productores en una lista sinfín de talentos con quienes comparte una relación laboral y de amistad. De sangre latinoamericana, demuestra sus raíces: nunca tuvo, dice, el american dream de producir contenidos en inglés, por más de que destaca su admiración y respeto por la industria audiovisual hollywoodense. Cuando Netflix abrió sus oficinas en México, Ramos no dudó en volar desde Los Ángeles, ciudad en la que residía, a su país de origen, que dejó cuando tenía apenas 21 años.

En realidad, cuenta, estudió Derecho pero nunca ejerció. En 1991 se mudó a España y vivió ahí hasta que comenzó a trabajar en Netflix, a mediados de 2017. Antes de eso, trabajó para Grupo Zeta, una corporación de medios, y en Antena 3 Televisión, donde fue jefe de Adquisiciones y Programación. Fundó Aurum Producciones, una distribuidora independiente de películas para estudios como New Line, Morgan Creek, Spyglass y Miramax. Fue durante su etapa en Aurum donde comenzó a producir películas y televisión hasta 2001, que dio comienzo a su carrera como productor independiente.

"Me gustaba la inmediatez de la televisión. Pero fui creciendo y la ficción me empezó a atrapar", cuenta.

Ahora está en la Argentina por un par de días. Viene de visita regularmente, cada dos o tres meses, para seguir de cerca los proyectos que tiene Netflix en el país. A fines de junio terminaron de filmar El último gigante, la cuarta película que hizo la compañía junto a Marcos Carnevale; y la película Lo dejamos acá, dirigida por Hernán Goldfried y de la productora Kenia de Ricardo y el Chino Darín. Hace unas semanas, comenzó, además, el rodaje de la serie de terror dirigida por Pablo Larraín, basada en los cuentos de la escritora Mariana Enriquez.

Antes de Netflix, Ramos ya tenía un vínculo especial con la industria audiovisual argentina. La primera película que produjo en el país fue Kamchatka, de Marcelo Piñeyro, y Cleopatra, de Eduardo Mignogna. "Me gusta mucho venir aquí porque tengo una vida social muy poderosa con mis amigos. Llego y ya tengo toda la semana planificada: teatro, cena. Aquí es como en México, no te puedes despistar un segundo, porque sales del hotel y no vuelves", dice.

El gigante del streaming lanzó su primera serie en el país en 2018 y desde entonces su presencia en la Argentina se hace cada vez más fuerte. En 2021 abrieron oficinas en el barrio de Palermo y, desde hace un año, el equipo está en constante expansión. Actualmente, la Argentina es el tercer mercado más grande para la compañía en la región, por detrás de Brasil y México, respectivamente. En América latina tienen oficinas en Brasil -la primera en la región, allá por 2015-, en México -su headquarter regional-, en la Argentina y en Colombia.

"Lo que hemos aprendido conforme más y mejor hacemos, es que a los argentinos les encanta el contenido local. Posiblemente es uno de los países en los que más han adaptado este contenido como parte indivisible de nuestra oferta. No sólo les encanta ver producciones argentinas, sino que es uno de los países donde más contenido de otros países se ve. Pero también tiene una complejidad y es que no se conforman fácilmente. Aquí les interesa que hagamos, no sólo más producciones, sino que sean de calidad", dice y remarca que cada vez hay más producciones argentinas que se exportan al exterior.

Es el caso, por ejemplo, de la serie Envidiosa, de Atrapados, de la película El corazón delator y de El Eternauta que, durante la semana de su estreno, alcanzó el primer puesto de series de habla no inglesa, con 10,8 millones de visualizaciones en todo el mundo y entró en el top 10 en 87 países.

"En el caso de El Eternauta, se exportó, no sólo un contenido que entretuvo a la gente, sino niveles altísimos de calidad en la producción, lo que creo que abre la puerta a que la gente diga: ‘Compensa invertir en Argentina'", destaca.

Una de las primeras intenciones de Ramos al momento de asumir el cargo fue hacer El Eternauta
Una de las primeras intenciones de Ramos al momento de asumir el cargo fue hacer El Eternauta

La idea de llevar El Eternauta a la pantalla ya era algo de lo que se hablaba allá por 2007, cuando se empezó a correr la voz de que Oscar Kramer -productor cinematográfico que fundó, junto a Hugo Sigman, K&S Films, la productora de la serie- tenía intenciones de hacer la película, proyecto que, finalmente, nunca vio la luz.

"Cuando entré a trabajar en Netflix, las primeras cosas que hablamos fue hacer El Eternauta. Yo ya tenía una relación con K&S Films y, como los derechos los tenían ellos, nos sentamos con la productora y la familia Oesterheld para negociar y hacer una serie de televisión. El principal acierto fue la propuesta de K&S Films de incorporar a Bruno (Stagnaro) como el brazo ejecutor porque trajo su impronta", explica.

"Creo que lo que funciona es que verdaderamente hay un ADN argentino y no parece la versión americana o extranjera de entretenimiento. Lo importante es que no se modifique esa autenticidad con el afán de pensar que, desproveyendo un contenido de su aspecto local, termina siendo más universal. Lo que hemos aprendido en Netflix en esta travesía es que es exactamente lo contrario: cuando haces todo lo posible para que guste en todo el mundo entonces no termina gustando ni en Argentina ni en ninguna parte", reseña.

El ejecutivo explica que América latina fue el primer mercado de expansión de Netflix. Los éxitos que se tuvieron con las primeras series locales -concretamente con Club de Cuervos (México) y 3% (Brasil)- fueron las que llevaron a la compañía a seguir indagando en contenidos locales dentro de la región, y lo que llevó a una empresa americana, de la magnitud de Netflix, a darse cuenta de que su oferta no estaría completa sin una porción de contenido local. "Si no, corríamos el riesgo de convertirnos en un videoclub en la red, en un blockbuster sin sabor local", remarca.

Sin embargo, el país, explica Ramos, "tiene problemas de competitividad" ya que, en relación a la región, es muy costoso producir localmente. Sostiene que las estructuras productivas tienen dos complejidades: muchas veces cuentan con más proyectos que los que pueden llevar a cabo -aunque remarca que es una situación que sucede en todos los países- y, por otro lado, cuestiones de eficacia propias del sistema cambiario argentino.

"Pero, a mi juicio, tanto en cantidad como en calidad, este año es mejor que 2024. El año pasado tuvimos un muy buen año de películas, pero pocas series. Ahora viene División Palermo, En el barro, Las Maldiciones, más de Envidiosa, y documentales. La Argentina es el país de América latina donde más hemos acertado con los documentales. Hemos encontrado una capacidad muy poderosa y directores argentinos que están haciendo documentales por todos lados", enumera.