Se agudiza la grieta del vino: Bodegas de Argentina vs. Coviar

La mayor cámara del sector, Bodegas de Argentina, y otras entidades reclaman un cambio en la conducción de la Coviar, la entidad mixta creada en 2004 para implementar el plan estratégico a 2020, que reúne a todo el sector. Cuestionan el uso del presupuesto y la falta de consenso. Desde la Coviar, responden que sólo buscan destruir a la entidad 

La división del sector vitivinícola recrudece por estos días, con dos protagonistas principales: por un lado, Bodegas de Argentina, la principal cámara del sector, por número de afiliados, y la de mayor representación entre las que participan en esta embestida; por el otro, la Corporación Vitivinícola (Coviar), la entidad mixta creada en 2004 para instrumentar el Plan Estratégico 2020 (PEVI 2020), que nuclea a toda la cadena del sector a nivel nacional, a los gobiernos de Mendoza y San Juan y al nacional, a través del INV y el INTA. 

El enfrentamiento, que había cobrado notoriedad durante la negociación del acuerdo de comercio entre Mercosur y UE, volvió a recrudecer ahora, con la carta que Bodegas de Argentina, junto a otras entidades, envió a Coviar y a los medios, donde reclama un "cambio de personas" al frente de la entidad, al mostrar su desacuerdo sobre cómo viene trabajando en el PEVI 2020, sobre el uso del presupuesto (aportado por todas las bodegas) y sobre el nuevo plan de cara a 2030, que la Coviar comenzó a trabajar, aseguran, sin consenso. Del otro lado, acusan a Bodegas de Argentina de atacar la institucionalidad de la vitivinicultura y buscar su destrucción. Esto sucede en un sector que había sido ejemplo para el resto de las industrias, al lanzar en forma conjunta un plan estratégico para promocionar el consumo y las exportaciones. 

Patricia Ortiz, presidente de Bodegas de Argentina, aclaró a El Cronista: "Estamos de acuerdo con el PEVI, creado en 2004; también en que las bodegas debemos aportar al presupuesto. Pero no estamos de acuerdo (y lo planteamos desde hace muchos años) en cómo se desvirtuaron los objetivos con el paso del tiempo. La Coviar tiene como 20 empleados, gran parte del dinero se gasta en sueldos. Y busca convertirse en una cámara de segundo grado; contrata una agencia en Buenos Aires para promocionar a la Coviar, no para promocionar el vino. Cuando se hizo el último presupuesto, nos pusimos firmes y dijimos que no queríamos que se hicieran algunas cosas. Nos dijeron que lo iban a ver pero avanzaron igual. Hablan de diálogo pero actúan en paralelo. El nuevo PEVI a 2030 que empezaron nunca fue discutido en la industria; pedimos discutir la metodología, qué necesita la industria y qué los mercados", destacó Ortiz, que asumió como nueva titular de la entidad en mayo pasado.

La carta, firmada también por la Cámara Riojana de Productores Agropecuarios, el Centro de Viñateros y Bodegueros del Este, los Productores de Uva en Fresco y Pasas y la Cámara de Exportadores de la Patagonia, destaca que la "Coviar ha perdido su Norte" y reclama "cambios en la forma de trabajar y, sobre todo, cambios de personas, para regenerar la confianza y el trabajo en equipo". Advierte que, de no encontrar respuesta a los reclamos, "se verán en la obligación de tomar medidas que seguramente no serán las deseadas para mantener una Vitivinicultura unida". E indica que convocará al Gobierno nacional y a las autoridades provinciales "para que tomen (...) las medidas necesarias para atender nuestros reclamos".

Desde la Coviar, en tanto, señalan que Bodegas de Argentina sólo busca destruir la entidad. "Enviaron la carta a la Coviar y a los medios al mismo tiempo, no buscan el diálogo. Todo es perfectible; cuando se quiere cambiar algo, uno se sienta a la mesa y lo habla. Se ataca la institucionalidad de la vitivinicultura argentina, es una maniobra para reemplazar una mesa donde convergemos todos los sectores de la cadena, de todo el país, por el directorio de una empresa", destacó José Alberto Zuccardi, director de Coviar y dueño de Familia Zuccardi, a El Cronista.

Con respecto al PEVI 2030, Zuccardi dijo que la Coviar generó "un proceso de análisis dentro de la industria, con una metodología aportada por el INTA para sacar conclusiones en toda la cadena a lo largo de todo el país. Aparentemente no quieren un nuevo plan", opinó. Y destacó que en esa carta hay inexactitudes o mentiras, donde mencionan "erogaciones de casi $ 15 millones en comunicación institucional de la Coviar" no relacionados a la promoción del vino. "Es mentira que se haya destinado ese dinero a promoción institucional. El presupuesto de Coviar se discutió entre todos, fue abierto. Y toda la gestión fue aprobada por el presidente anterior de Bodegas de Argentina, Walter Bressia, que estuvo hasta abril", destacó Zuccardi. "Ni nos dieron tiempo a contestar la carta. Está claro que buscan destruir la Coviar. Me parece lamentable que algunos lobbistas profesionales rompan todos los códigos de la vitivinicultura argentina", dijo con dureza.

Julio Viola, dueño una bodega neuquina y firmante de la misiva como representante de la Patagonia, fue más moderado. "No logramos expresar dentro de la Coviar nuestra disconformidad sobre ciertos temas, no se aceptan discrepancias, y salió la nota. Sé de gente que trabaja en Coviar con honestidad para el bien de la industria. A veces esto ayuda a la reflexión", comentó Viola.

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