Brilló en los Pumas y ahora va por las startups: quién es el rugbier que se convirtió en inversor
El exjugador y entrenador del seleccionado argentino Mario Ledesma se lanza como inversor ángel y apuesta por una empresa de real estate. Quién fue su mentor y qué puede aportar al mundo de los negocios.
El mundo de las startups atrae a cada vez más caras conocidas. Desde actores y modelos hasta deportistas, la lista se va ampliando y abre las puertas a nuevos interesados en invertir en proyectos innovadores.
Esta semana se conoció que el ex jugador y entrenador de los Pumas, Mario Ledesma, se sumó como inversor ángel de Simplestate. Se trata de una proptech argentina que permite invertir en desarrollos inmobiliarios que inició sus operaciones en 2019 y actualmente cuenta con más de 60 proyectos en portafolio y más de 56.000 usuarios.
Ledesma de 50 años, ex jugador y entrenador de los Pumas, encontró en el deporte de alto rendimiento puntos de conexión muy fuertes con la realidad de las empresas y sobre todo con las startups: los cambios constantes, la velocidad con lo que suceden las cosas, el vértigo, la incomodidad.
"El deporte es muy parecido al mundo startup. Siempre tuve relación con empresas porque me parecía que cuando las empresas que acompañan al equipo tienen que comunicar lo mismo que el equipo: tenés que relacionarte con empresas que resuenen con vos. Siempre me pareció interesante esa relación. Pero las empresas tienen tiempos diferentes al del deporte, en cambio la startup está en el día a día", explica Ledesma en diálogo con APERTURA.
Los deportistas se retiran a una edad temprana de las canchas y tienen que salir a buscar nuevos proyectos. Por eso no es raro ver cada vez más ejemplos de jugadores de elite que se involucran con emprendimientos innovadores. El caso más resonante es el de Manu Ginóbili -que invirtió en startups como Ualá o Consorcio Abierto-, pero lo cierto es que cada vez son más. "Cuando me retiré comencé a trabajar como entrenador y se me hizo más fácil. La ficha me cayó un poco más tarde, cuando te das cuenta de que no es lo mismo y que lo que te gustaba hacer no vuelve más. A los cuatro años me acomodé con el tema entrenamiento y ahora estoy entrando en puntas de pie en el mundo de las startups", cuenta Ledesma, cuyo acuerdo con Simplestate represente su primera inversión ángel, con la que formó parte de la nueva ronda de la proptech que todavía no está cerrada (motivo por el cual aún no anunciaron el monto total).
Para dar los primeros pasos en este mundo tuvo un mentor de lujo. Gastón Remy, el expresidente de Dow Chemical y actual cofundador y CEO de NuQlea, plataforma digital de la construcción que reúne a los principales productores de materiales de la construcción del país. "Tomamos varios mates y cafés juntos, hablando de la relación de las empresas y startups con el deporte. Ahí me picó el bichito y más adelante llegó Simplestate, gracias a Diego Albanese, con quien jugamos juntos en los Pumas y hoy está involucrado en la startup", relata Ledesma.
Fundada por Gonzalo Abalsamo y Joaquín Sepulveda Lemos, Simplestate tiene presencia en Argentina, Uruguay y los Estados Unidos y con planes de expansión a nivel mundial. "Las experiencias vividas por Mario fueron la clave para sumarlo al equipo. Su manejo de equipos, la resolución de problemas y la generación de hábitos de alto rendimiento nos resonaron a la hora de pensar en lo que queremos para Simplestate. El alto rendimiento tiene que ver con la capacidad de generar hábitos. Si no se generan hábitos es muy difícil tener consistencia, valores o virtudes", dijo Abalsamo tras el anuncio.
Ledesma asegura que siempre tuvo interés por el mundo del Real Estate e, incluso, supo hacer algunas apuestas propias. "Mi viejo siempre me decía, si tenés algo de plata ponela en ladrillos", recuerda. Sin embargo, las inversiones en startups son más arriesgadas y van muy cerca de la adrenalina del deporte. "El backgroud de deportista hace que muchas veces apuestes en tu carrera. Hay que tomar decisiones arriesgadas generalmente, porque son las que más pagan después. En todo sentido, desde lo profesional hasta lo económico. Siempre tuve el mindset de apostar a algo innovador, pero siempre sobre fundaciones sólidas, y esa fue la impresión que tuve con Simplestate. Me reuní con los dueños, yo quería ver cómo se manejaban, que valores tenían, cómo manejaban la identidad de la empresa y encontré una caja de resonancia con lo que pensaba", reconoce el exPuma.
Es sabido que en el mundo de los inversores ángeles también hay un aporte que va más allá de lo económico y en eso Ledesma puede sumar lo propio. "No me voy a meter en el negocio -más allá de que tal vez pueda ayudar a abrir puertas en países como Francia o Australia, donde trabajé-. Pero entiendo que nos podemos nutrir mucho en el directorio de las experiencias de cada uno. Un directorio es un equipo de alto rendimiento y ahí siento que puedo aportar. Los fundadores no buscan un inversor que tape un agujero, sino gente implicada y que se sienta parte", reconoce.
Por ahora, el exPuma aclara que no vendrán más inversiones de este estilo para él, pero sí está enfocado en una startup propia: Chúcaros, un stud de caballos de carrera en San Isidro que montó junto a su hermano Pedro Ledesma y un socio.
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