Cómo abrir un restaurante en Miami con éxito, según el argentino que llevó algunas de las marcas más importantes
Matías Pagano fue el encargado de expandir a Estados Unidos marcas como SushiClub. Ahora tiene un proyecto propio en el que asesora a personas que quieran emprender en gastronomía. Cuánto dinero se necesita para abrir un restaurante en Miami.
Matías Pagano vive en Weston, a 40 minutos de Miami. Es el director del proyecto KAO, empresa dedicada a desarrollar y expandir proyectos gastronómicos propios y de terceros a nivel internacional. Empresario argentino con más de 20 años de experiencia en el rubro, fue el encargado de hacer el desembarco en los Estados Unidos de marcas como SushiClub -firma en la que trabajó por 15 años y de la que fue gerente general-. Ahora, ayuda a otros emprendedores que quieran hacer lo mismo.
Emigró a Estados Unidos en 2016 junto con su familia, pero antes había llegado en conjunto con el empresario Héctor Rolotti, creador y cabeza de la marca Novecento, para avanzar con el proyecto de SushiClub. "Para mí era el sueño total. Con casi toda mi vida desarrollando gastronomía y comercios, sumado a mi carrera en Comercio Internacional, abrir en Estados Unidos era mi broche de oro", recuerda.
Pagano es licenciado en Comercio Internacional, egresado de la Facultad de Ciencias Económicas de la Universidad Argentina de la Empresa (UADE) y tiene posgrados en Estrategias de Precios, en la Universidad Torcuato Di Tella y en Negociación, en la Facultad de Ciencias Sociales y Económicas de la Universidad Católica Argentina (UCA). Fue gerente de Franquicias y Nuevos Negocios de Latín Company S.A (FOOTY), gerente de exportaciones de Laboratorios Dalon Perelló y Head of project de Litexco Group, entre otros trabajos.
Su gen emprendedor, sin embargo, se remonta incluso a años anteriores al comienzo de su carrera laboral. No había terminado el secundario cuando decidió, con los pocos ahorros que había juntado en changas a contraturno del colegio, invertir en una publicidad en el diario del Consudec, de distribución en todos los colegios católicos, donde promocionaba su propuesta de "Kiosco Buffet", acompañada de la imagen de un carrito de panchos y el teléfono de la casa de sus padres.
"Increíblemente, al poco tiempo de salir la publicación, un colegio me contactó desesperado ya que se habían peleado con el operador anterior y necesitaban alguien urgente. Les prometí que iban a tener un buffet y kiosco en 4 días. No tenía plata para mercadería, manteles, heladeras, nada, pero ese mismo día salí con un contrato", relata y se emociona al recordar que "con ese negocio me pude pagar la carrera universitaria, comprar mi primer auto, casarme y comprar mi primer departamento".
Cómo emprender en Miami y cuánto dinero se necesita para empezar
Pagano destaca que nota a muchos argentinos interesados en hacer negocios en la Florida en general, y en Miami en particular. Lo que buscan, plantea, es tener ingresos en una moneda más segura y estable, aunque una gran mayoría busca conseguir una visa para poder instalarse de manera permanente. "El flujo este último tiempo se incrementó de manera exponencial y yo creo que es un tema de decisión de dar el paso. Yo lo dí. Diría que está bueno hacerlo, que hay que pasar momentos como todo, nada es fácil ni gratis, pero es súper positivo el resultado en mi caso y en el de muchas familias cercanas que vinieron", resalta en diálogo con APERTURA el emprendedor que armó locales de comidas que van desde sushi hasta fusión, platos argentinos, heladerías y todo un desarrollo de comidas saludables con el que ahora está produciendo productos propios como miel.
Pagano explica que para los latinos, y en especial los argentinos, mudarse a la Florida resulta una buena opción porque es más fácil la adaptación familiar y de negocios. "Hay un crisol tan grande que es un aprendizaje de negocios súper interesante. Hay que estar atento a un montón de gente que viene de distintos lugares con distintas costumbres y gustos. En la parte económica es un Estado que no para de crecer y que no va a parar de crecer. Tiene muy buenas proyecciones en el mediano y largo plazo, están viniendo capitales de toda América y Estados Unidos", agrega.
Lo más difícil de emprender en otro país, dice, es adaptarse a los nuevos marcos regulatorios, cuestiones idiomáticas, o, incluso, de concepto. "No todos los clientes van a ser iguales o similares a los de nuestro lugar de origen", aclara Pagano pero menciona que así y todo, Estados Unidos es un poco más complejo para emprender que destinos como México, Uruguay, Paraguay o incluso España, donde le tocó trabajar. "Es más estructurado y hay que ser más prolijo en toda la parte normativa y estar bien asesorado para no desperdiciar tiempo y dinero".
A veces, lo que más cuesta es animarse y dar el paso. "No es una decisión sencilla, pero realmente, al menos en mi caso y la gente que conozco, es un paso que vale la pena", plantea.
Las reglas son más claras, pero hay que ser ordenados. "Acá no cambian las leyes laborales, no cambia la parte impositiva, la moneda es estable (si bien hay inflación). Entonces si uno tiene que proyectar una inversión no tiene ni que estar pensando en el tipo de cambio y ya eso es una paz mental importante. Y si hay algún tipo de cambio normativo, por ejemplo ahora con los empleados va a subir el mínimo del valor hora, se hace muy proyectado. Entonces está todo mucho más claro y uno se puede organizar mejor y proyectar mil veces mejor", menciona.
El dinero para empezar a invertir, dice, es muy relativo. "Hay gente que quiere hacer inversiones no muy grandes quedándose con alguna parte de un proyecto comercial y que les genere una rentabilidad en dólares. Para eso mucha gente lo que hace es dejar que eso se reinvierta en un segundo negocio y que le siga generando un diferencial en dólares y una posibilidad de tener ingresos si en algún momento se tienen que venir acá y sino un gran ahorro con diferencia cambiaria. Esas inversiones pueden ser bajas, de US$ 20.000 o US$ 30.000. Y después eso se va incrementando dependiendo de lo que uno quiera hacer", explica.
Sin embargo resalta que si uno quiere ir con una visa E2 tiene que tener en la cabeza que migraciones no está tomando muy en serio inversiones menores a US$ 200.000 y tiene que tener ese número en la cabeza para llegar a dar ese paso con la visa. "Y después de ahí depende mucho los montos y proyectos que se quiera manejar. Por ejemplo, estamos ayudando a unos chicos con una planta cervecera y ahí los números claramente son muy superiores", concluye.
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