Un desarrollador inmobiliario lanza nuevos proyectos y propone invertir en ladrillos ante la restricción cambiaria
Gerardo Azcuy sostiene que el real estate sigue siendo una manera de dolarizarse y cree que el metro cuadrado mantendrá su valor pese a la crisis. En plena pandemia comenzó la comercialización de un edificio en Caballito
En plena cuarentena y en medio de una caída de la actividad en el mercado de real estate, la desarrolladora Azcuy comenzó la comercialización de un nuevo proyecto en el barrio de Caballito. La idea, sostiene su dueño, Gerardo Azcuy, es que las restricciones cambiarias vuelven atractivo el sector para dolarizar los ahorros y, sobre todo, que la crisis actual no producirá una baja significativa del precio del metro cuadrado.
La compañía tiene, en la actualidad, 70.000 metros en construcción en siete proyectos distintos. El más reciente, bautizado Donna Magna, comenzó a comercializarse a principios de mes y demandará una inversión total de u$s 20 millones. Con 9000 metros de edificación, ofrecerá departamentos de 2, 3, 4 y 5 ambientes con valores que promedian los u$s 2600 el metro cuadrado.
"Hicimos el lanzamiento porque la gente está en la casa y está cansada de no hacer nada. Hablarles de algo nuevo es sacarlos de esa rutina y ofrecerles algo distinto", señala Azcuy y agrega que cada fin de semana recibe entre 80 y 100 consultas, y que, ya tienen un poco más del 30% vendido.
El proyecto, situado sobre la avenida Directorio, se destaca por las amenities, que ocupan 1300 metros cuadrados, y ofrecen espacio de co-working, gimnasio y spa. Además, contará con un "indoor building": un edificio destinado exclusivamente a amenties, en cuyo nivel inferior hay una sala multifunción con cocina y otro espacio de juegos para niños. Además, tendrá salón para eventos con barra, y en la terraza el sector de parrilleros rodeado de vegetación.
El empresario destaca, además, que el interés por los nuevos desarrollos no cesó a pesar de la crisis. Y si bien, en un escenario incierto como el actual, los inversores son más cautelosos, cuando el proyecto es interesante la plata aparece.
"El metro cuadrado como referencia de precio es una construcción ficticia. Todo depende muchos factores como la ubicación y el tipo de construcción, y sobre todo de las necesidades de liquidez que tenga el desarrollador. Hoy, a diferencia de 2001, las deudas de as empresas son de estos días, por la ruptura de la cadena de pagos. En su mayoría, las empresas no están endeudadas y no necesitan vender metros por debajo del valor", dice.
En su opinión, ese es el motivo por el que en las últimas semanas aparecieron promociones en las que se ofrecen unidades con descuentos de hasta un 30%. Sin embargo, insiste, en la mayoría de los casos el precio del metro no tuvo variaciones.
"Con un mercado inmobiliario casi paralizado por la cuarentena no es posible sostener eso. No hay operaciones que lo justifiquen. En cambio, lo que nosotros vemos es que el ladrillo sigue siendo un refugio de valor", apunta.
Azcuy tampoco cree que el precio en dólares actual de la construcción sea un parámetro válido para decir que habrá una baja del precio final. Es que con proyectos que demoran entre dos y tres años en estar finalizados, una baja circunstancial no suele afectar el total de la obra.
"En cada devaluación el mercado se frena por unos meses. Pero después se reactiva y se vuelve a vender. Y como en general el inversor no tiene urgencias, siempre va a poder esperar a recuperar lo que pagó", concluye.
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