Por qué los laboratorios confían en conseguir u$s 1000 millones para invertir en la Argentina

Quieren lograr el objetivo de alcanzar a países como España y Alemania, que captan alrededor del 5% de la inversión global, unos u$s 1000 millones anuales de inversión. Pero aseguran que para eso es necesario que se agilicen aún más los trámites de importación

Tras la simplificación de los procesos de aprobación de ensayos clínicos, la inversión en el sector comenzó a crecer. Hoy el país obtiene el 1,2% de la torta global y quieren llegar a una participación del 5%.

En 2006 la Argentina representaba el 2,3% de la inversión global en investigaciones clínicas. A partir de entonces, los desembolsos que hacían los laboratorios para el testeo de nuevas drogas y aplicaciones comenzaron un camino descendente, que hizo que el país perdiera relevancia año tras año en el panorama mundial del sector.

Fueron los años del cepo que dificultaba la importación de materiales necesarios para este tipo de investigaciones y, sobre todo, de trabas burocráticas que hacían que las aprobaciones necesarias por parte de la Administración Nacional de Medicamentos, Alimentos y Tecnología Médica (Anmat) llegaran tarde.

Así, los laboratorios perdían la oportunidad de comenzar las pruebas en el país, a pesar de que, sostienen en la industria, la calidad de los recursos humanos y de los datos obtenidos es superior a la de los mercados que terminaban captando estas inversiones.

En 2016 se registró la marca más baja de los últimos años: solo llegó al país el 0,8% del dinero que se destina a ensayos clínicos. Sin embargo, en los últimos dos años la actividad recobró impulso, tras el acortamiento de los tiempos oficiales. De los 163 días que tomaba en promedio aprobar un ensayo en 2016 se pasó a solo 63.

“Hubo un cambio claro en el país, que comenzó a ganar competitividad y volvimos a cobrar relevancia. Todas las compañías querían trabajar acá, pero los tiempos eran demasiado largos y cuando finalmente llegaba la autorización, los ensayos ya estaban en etapa final en el resto de los países. Eso nos ponía en inferioridad de condiciones , explicó Leandro Linarello, director de Investigación y Desarrollo de Novartis, y miembro del comité de Investigación Clínica de la Cámara Argentina de Especialidades Medicinales (Caeme), que agrupa a los laboratorios farmacéuticos de capitales extranjeros, responsables del 90% de las investigaciones clínicas que se realizan en el país.

Según detallan en Caeme, la desburocratización de los trámites de aprobación, sumada a la mayor facilidad para importar materiales necesarios para llevar adelante las pruebas clínicas, hizo que en solo un año la inversión en el sector creciera un 50%, de una participación de 0,8% en 2016 se pasó al 1,2% en 2017, último año con datos oficiales. Eso, en dinero significa que el sector desembolsó u$s 267 millones y las estimaciones que manejan indican que el año pasado hubo un crecimiento considerable, especialmente durante el segundo semestre.

La perspectiva, aseguran es que la Argentina vuelva al pico de 2006 en un plazo de dos a tres años. En el sector creen que es una meta bastante factible y se entusiasman en superarla y llegar a niveles similares a los de Alemania o España, que captan alrededor del 5% de la inversión global, lo que equivaldría a cerca de u$s 1000 millones anuales de inversión.

Julián De Luca, director médico para el Cono Sur de Sanofi, asegura que la Argentina tiene un “buen marco jurídico que ayuda a que la actividad se pueda desarrollar.

“Este es un país que está acostumbrado a realizar investigación clínica. Los datos que se obtienen acá son de muy buena calidad. Haber mejorado en aspectos meramente burocráticos ayuda a que las compañías vuelvan a confiar y a que la rueda empiece a girar de nuevo , explica De Luca.

Para 2019, Sanofi planea invertir 12 millones de euros en investigación y desarrollo. En el área trabajan 80 personas. A ellos hay que sumarles 450 investigadores externos, que se desempeñan en 320 centros de investigación.

Este año, el laboratorio de origen francés realizará 35 estudios en el país, que llegarán a cerca de 3000 pacientes.

La industria farmacéutica concentra el 27 % de inversión en investigación y desarrollo, según datos de la Secretaría de Ciencia, Tecnología e Innovación Productiva (Secyt) y es el sector que encabeza el listado.

En 2016, la compañía inglesa GSK había anunciado inversiones en investigación clínica por $1000 millones en un plazo de cinco años. Los desembolsos se aceleraron y tres años y medio después, ese dinero ya está totalmente colocado.

“Ya sabemos que el año próximo llegan nuevas moléculas para oncología con una inversión adicional a los u$s 26 millones anuales que tenemos en este momento , dice Gonzalo Simón, director de Investigaciones Clínicas de GSK.

Para lograr el objetivo de alcanzar a países como España y Alemania, señalan, todavía falta que se mejoren algunos aspectos. En especial, señalan, es necesario que se agilicen aún más los trámites de importación.

“El proceso de importación de medicamentos, equipos y materiales necesarios para la realización del estudio clínico sigue teniendo un impacto significativo en el tiempo. Podría ser simplificado y mejorado , concluyen desde AstraZeneca.

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