Relanzamiento

Tocaron fondo y les regalaron la receta de Bidú Cola: ahora, salen a pelearle a Manaos

Cómo hizo Máss Bebidas, una pyme de Quilmes, para quedarse con una marca nacional histórica. Llegará a las góndolas en septiembre. En qué lugares del país se venderá y cuáles serán sus precios

Un golpe de suerte puede cambiar el rumbo de una empresa. Y eso fue lo que le sucedió a la compañía familiar Bebidas Máss, que, tras dos años de cerrar sus balances en rojo, parece comenzar a revertir sus estados contables. En abril de este año, decidió tirar la última carta y comenzó a a producir Bidú Cola, legendaria marca nacional de gaseosas. La aceptación fue casi inmediata y ya está cerrando acuerdos para que la cola, que nació en los años '40, comience a estar en las góndolas en todo el país a principios de septiembre.

"Hace seis años, conseguimos la marca Bidú Cola. En ese momento, uno de nuestros empleados conocía a Claudio Bernacchi, que había sido el primer desarrollador de sabores de la marca. En 2018, nos puso en contacto con él y nos regaló la receta para hacer la gaseosa tal cual era en sus inicios", cuenta Luciana Delfino, gerente de marketing de Bebidas Máss e hija del dueño de la empresa, una pyme con 12 empleados, seis de los cuales pertenecen a la familia accionista.

Según consta en el Instituto Nacional de Propiedad Industrial (INPI), Bebidas Máss registró la marca en 2006 y el organismo se la concedió definitivamente en 2015, tras considerar que la etiqueta había sido abandonada por sus últimos dueños. Los actuales propietarios, ahora, tienen el derecho a utilizarla hasta 2025, tal cual se lee en el registro público.

Máss Bebidas, fundada en 1996 por Franco Delfino, está en el parque industrial de Quilmes, en un galpón de 10.000 metros cuadrados (m2). Produce soda, soda saborizada para acompañar a los aperitivos y fernet. Cuenta actualmente con una línea de llenado de 9000 botellas por hora.

"En el momento en que nos hacen entrega de la receta, sabíamos que era una carta que había que jugar en un momento determinado y decidimos hacerlo ahora, ya que el impacto de la pandemia fue muy fuerte para nuestra pyme. Fue el último salvavidas que encontramos", dice Delfino hija.

La familia no lo dudó: este era el momento para recurrir a aquella receta. "Llevó un tiempo de desarrollo. Había una responsabilidad muy grande porque fue la primera gaseosa argentina. Había mucha carga: sabíamos lo que significaba la marca", reconoce.

Los creadores de la gaseosa habían sido los hermanos Monti (Genesio, Abramo, Battista, Antonio y Francesco). Habían llegado a Luján, provincia de Buenos Aires, desde Lombardía y, con los ahorros que tenían, abrieron una fábrica de bebidas en 1888.

Una década más tarde, Unión Italiana Hermanos Monti, como se llamaba la sociedad, firmó el primer contrato de distribución de cerveza Quilmes.

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Después de este acuerdo, empezaron a experimentar para elaborar su propia versión de la gaseosa cola. Usaron agua con gas, hierbas, cítricos y endulzantes. Hasta que, en 1940, lanzaron la Bidú.

En los años '50, se hizo famosa por su slogan: "Bidú , la bebida argentina que refresca y deleita". También ese claim se rescató para su relanzamiento.

"Ya tenemos cerrados acuerdos de distribución en Córdoba capital, Villa María, CABA, San Nicolás, San Juan, Corrientes, Santiago del Estero, Santa Fe y Ushuaia. Vemos muy buena aceptación por parte de los distribuidores", remarca Delfino, sorprendida sobre el fenómeno que genera un producto que hace más de 50 años no sale al mercado.

En el Siglo XXI, la bebida sale a competir con marcas económicas, como Manaos. El precio en su versión de 2,25 litros oscilará entre $ 90 y $ 100. "En principio, va a estar en los canales más chicos, almacenes, kioscos y supermercados más pequeños", explica Delfino.

"La mayor inversión que estamos haciendo es en marketing porque queremos que la gente se anime a probar el producto. La gaseosa es rica. A todos nuestros distribuidores, se la damos a probar antes de cerrar contrato", resalta.

Franco Delfino, dueño de Bebidas Máss 

En sus inicios, la marca logró expandirse por el país y a nivel internacional. Llegó a Ecuador, Uruguay, Perú y Venezuela. Pero no pudo con el músculo distribuidor de Coca-Cola. Primero, desapareció de Buenos Aires y, luego, del interior. Crush dejó de envasarla en los 1963 y, a mediados de los '70, ya no se conseguía.

La estocada final fue la compra de Crush por parte de Coca-Cola, en 1998. El gigante de Atlanta se quedó con el portfolio de bebidas de Cadbury por u$s 1850 millones.

Pero la nostalgia juega un rol fundamental. "Tenemos muchas personas que nos escriben y se acercan a nuestra fábrica en busca del producto. Lo consumían con sus abuelos y la quieren probar. No pensamos que la Bidú sería nuestro salvataje", admite Delfino.

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