Murió Sergio Nardelli, CEO y uno de los dueños de Vicentin

Tenía 59 años. Sufrió un infarto, según confirmaron allegados a El Cronista.

Sergio Nardelli, CEO y uno de los dueños de Vicentin, falleció a las 21:30 de este miércoles en su casa de la ciudad santafesina de Reconquista tras sufrir un infarto, según confirmaron a El Cronista allegados al empresario.

Por la tarde, poco antes, había habido protestas en la puerta de su vivienda por un conflicto gremial en Algodonera Avellaneda, una empresa de Vicentin.

La empresa agroalimenticia quedó en el ojo de la escena pública cuando el Gobierno decretó este año su intervención y anunció un proyecto para expropiarla después de que la compañía entrara a fin del 2019 en cesación de pagos. La avanzada del Poder Ejecutivo provocó apoyos pero muchos más rechazos que se manifestaron en protestas en distintas partes del país. Finalmente, el presidente Alberto Fernández emitió un decreto que anuló el de la intervención, que de hecho ya había sido revocada por la Justicia.

Sergio Nardelli, a quien le decían "Mono", era nieto de uno de los fundadores de la empresa. Había estudiado Administración de Empresas en la Universidad Católica Argentina (UCA).

La compañía arrancó en la década de 1920 como un comercio de acopio y ramos generales en la localidad santafesina de Avellaneda de los hermanos Máximo, Pedro y Roberto Vicentin. Luego expandiría su actividad con una planta desmotadora de algodón y una fábrica de aceite y seguiría sumando procesos de industrialización agropecuaria hasta convertirse en uno de los grandes jugadores del sector.

Hoy, además de esas actividades iniciales, la empresa abarca entre otras actividades la cría y faena de ganado, la elaboración de alimento balanceado y la producción de biocombustibles, para la que cuenta con una de las plantas referentes de América Latina.

Crisis, default y confrontación con el Gobierno

En diciembre pasado, la empresa anunció a sus acreedores que el estrés financiero no le permitiría hacer frente a sus obligaciones. Su caída generó un efecto cadena que alteró a todo el sector.

Tras la cesación de pagos, Vicentin cedió a su socio Renaisco B.V., controlado por Glencore, el 16,67% de su tenencia accionaria en Renova (un tercio de su participación en esa empresa creada en 2007, que produce harinas y aceites de soja en Timbúes y biodiesel en San Lorenzo), con lo que el grupo suizo pasó a ser accionista mayoritario, con el 66,67% de las acciones.

A partir de un sumario administrativo a raíz de un crédito que de más de $ 18.000 millones que le entregó a Vicentin el Banco Nación durante la gestión del gobierno de Mauricio Macri, el 16 de enero de este año se conoció el “Primer Informe sobre la situación de Vicentin , elaborado por Claudio Lozano, director del banco estatal.

El informe derivó en una investigación judicial de las cuentas del grupo en la que el fiscal Pollicita imputó al ex presidente del Banco Nación, Javier González Fraga, y a los directivos de Vicentin Gustavo Nardelli y Alberto Padoán.

La empresa luego presentaría una propuesta de acuerdo preventivo extrajudicial (APE) que no consiguió consenso, y el 10 de febrero solicitó su concurso preventivo con una presentación en la que reveló que contrajo una deuda de casi $ 100.000 millones, con 2638 acreedores pero más del 50% del pasivo en el sector financiero.

En ese marco, el presidente Alberto Fernández anunció a principios de junio la intervención por decreto de Vicentin y el envio de un proyecto al Congreso para expropiar la firma. Sin embargo, en medio de ruidosas protestas sobre todo pero no solamente en Santa Fe, el Gobierno nunca consiguió tomar del todo el control de la empresa ni avanzar en el proyecto de expropiación y, en julio, el mismo Fernández firmó un decreto para dar anular la intervención.

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