Problemas de abastecimiento

Guardia alta entre las automotrices por el paro de transportistas

La producción de las terminales depende de que lleguen los camiones con piezas. "Esto es día a día", reconocen en las empresas. Por los cortes de ruta, el martes debieron suspender su actividad FCA y Renault

El martes, Carlos Tavares, portugués que debutó esta semana como CEO de la flamante Stellantis (fusión entre los grupos FCA y PSA), les envió un mensaje a Brasil y la Argentina. Les advirtió que "las empresas tienen límites" a la sumatoria de tarifas, aranceles y complicaciones, al tiempo que interpeló a ambos gobiernos a que se pregunten: "¿Quieren tener industria automotriz? ¿Sí o no?".

Mientras Tavares, que viene de ser piloto del grupo francés dueño de Peugeot y Citroën, sorprendía con estas declaraciones, en la Argentina, FCA se veía forzada a suspender la actividad de su fábrica de Ferreyra, Córdoba. ¿El motivo? El paro, por tiempo indeterminado, que iniciaron el lunes los Transportistas Unidos de Argentina (TUDA), que agrupa a camioneros autoconvocados e impide el tránsito de camiones en las rutas del país.

"El miércoles, se pudo trabajar porque logramos que llegue el camión que debía llegar. Este jueves, también. Pero dependió de que llegara casi una veintena de camiones con partes y piezas", explicaron en la filial del socio ítalo-estadounidense de Stellantis.

En 2020, la industria automotriz produjo 257.187 vehículos, informó la Asociación de Fábrica de Automotores (Adefa). Es un volumen inferior, incluso, al de 2004. Las terminales habían arrancado el año proyectando que las 315.000 de 2019 serían el piso de actividad. Pero sobrevino la pandemia. Después de producción cero en abril, tras el decreto de cuarentena, las fábricas retomaron gradualmente actividad entre mediados de mayo y fines de julio. Para septiembre, varias ya habían recuperado el nivel pre-coronavirus. Pero la producción pasó a estar restringida por otra variable: la escasez de divisas, que se reflejó en problemas para el pago a proveedores del exterior o demoras en recibir las licencias para importar.

Esa situación se potenció en los autopartistas. De hecho, hacia fines de año, la capacidad de respuesta de los proveedores se convirtió en el principal cuello de botella de las terminales para incrementar su producción. Algunas, incluso, optaron por trabajar menos días a la semana, pese a que la demanda les tiraba para retomar la actividad total.

FCA fue un caso. En Ferreyra, produce el Fiat Cronos, en el que invirtió u$s 500 millones entre 2016 y 2018. El año pasado, produjo 33.700 unidades, a un ritmo de 310 diarias. Estuvo por encima de las 32.000 de 2019 aunque por debajo de las 45.000 que proyectaba antes de la pandemia. Para 2021, su meta es un piso de 57.000 vehículos fabricados, de los cuales dos tercios serán para el mercado local.

"Todo está condicionado a la circulación que les permitan a los choferes. O sea, es un problema", explican en la empresa. "Esta semana, se nos complicaron dos horas del lunes y nos impidió producir el martes. Es minuto a minuto", agregan.

Idéntica respuesta ofrecen en Renault. "Es día a día. En cada jornada, se evalúa qué se hará a la siguiente", se sinceran en la automotriz francesa, que también el martes debió suspender la producción de su planta de Santa Isabel, Córdoba. El miércoles, sólo pudo tener actividad parcial, en algunos sectores de soldadura y pintura. Recién este jueves pudo volver a trabajar con normalidad.

Su aliada, Nissan, que en el mismo complejo industrial tiene la fábrica de pick-ups donde hace su Frontier y la Alaskan, de Renault, no debió parar por contar con el abastecimiento de partes. "Pero esto va día a día", no bajan la guardia.

Las fábricas radicadas en Córdoba no son las únicas por las que encendieron luces de alerta por los cortes de transportistas. "Tenemos complicaciones logísticas, que estamos resolviendo. Pero, por ahora, no nos hicieron parar", dicen en una de las principales automotrices con planta en el GBA. 

Pese a que hubo piquetes son en rutas claves para el abastecimiento de las terminales -Buenos Aires-Rosario; Santa Fe-Córdoba-, Ford, Volkswagen (Pacheco), PSA Peugeot Citroën (Villa Bosch), Mercedes-Benz (Virrey del Pino) y Toyota (Zárate) pudieron mantener su actividad. Al menos, hasta el momento.

Situación particular experimentó General Motors. La estadounidense, que ejecuta este año el último tramo de su inversión de u$s 300 millones para fabricar un modelo nuevo, tiene su planta en General Alvear, las afueras de Rosario.

"Tuvimos un día complicado el lunes, cuando el paro se hizo justo enfrente de la fábrica", reconocen en la automotriz. Aclaran que eso no afectó la producción -del mediano Cruze- pero sí el traslado logístico de vehículos. Descomprimió, explican, que sea un reclamo itinerante: el martes, se había trasladado a Villa Constitución -otra localidad de la periferia rosarina- y el miércoles, a Arroyo Seco

"Ahora, que lo corrieron de lugar, hay algo de demoras. Pero nada como el primer día", afirman.

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