Garretón reunió u$s 1,5 millón para su proyecto de cannabis medicinal

Después de su paso por la política, el emprendedor serial, Facundo Garretón vuelve al mundo emprendedor, está vez Yvy, una empresa orientada al bienestar.

Después de su paso por la política –fue diputado nacional por Tucumán-, el fundador de la plataforma InvertirOnline, Facundo Garretón, decidió volver al mundo emprendedor, esta vez como socio de "una empresa orientada al wellbeing", como él la define, que produce cannabis medicinal en Uruguay teniendo en cuenta el impacto social y ambiental.

Yvy –en guaraní tierra- nació a principios del año pasado de la mano de la uruguaya Andrea Krell, hoy su CEO, y el australiano Kevin Nafte. Ocho meses después, Garretón entró como socio e inversor con u$s 500.000 y fue también el responsable de liderar la ronda que atrajo u$s 1,5 millón de inversores particulares locales y dos internacionales, entre ellos líderes de empresas de distintos sectores como pharma, consumo, agro, entre otros. "Es smart money", explica Garretón, quien asegura que de los 15 llamados que hizo todos tuvieron una respuesta positiva.

"Estamos sobresubscriptos. Incluso, hubo dos fondos de inversión interesados pero, por el momento, les dijimos que no", asegura Garretón, quien compara el negocio del cannabis con el de las puntocoms a fines de los ´90. "Todos quieren entrar, incluso los grandes jugadores recreativos como Constellation Brands o Marlboro", asegura, aunque cree que el sector se consolidará si "siguen invirtiendo a lo tonto sin entender la dinámica de la industria. Hay que encontrar un nicho específico". Y eso es lo que él intenta hacer con el dinero levantado que se usará para el armado de un hub en Pan de Azúcar, en Maldonado.

Garretón con Andrea Krell (CEO de Yvy) y Kevin Nafte

Yvy Life Sciences, que busca tener impacto social además del económico, produce cannabis medicinal en granjas de mujeres de cooperativas del interior del Uruguay a las cuales se capacita y se les hace un seguimiento a través de una aplicación. Empezaron con una hectárea divida en tres granjas pero este año llegarán a 10 hectáreas en 13 granjas.

"Estás granjas ya hacían cultivo orgánico y la idea es que diversifiquen su producción", suma Garretón, quien explica que "en Uruguay, las tres están reguladas", explica el emprendedor. Mientras que en la Argentina, si bien está permitido el uso medicinal del CBD, no se puede producir y tampoco importar.

La primera cosecha que tendrá la nueva empresa es en marzo y, en está primero etapa, se exportará casi toda la producción de flores secas a Australia. El excedente se usará para hacer aceite. Según número del propio emprendedor, de una hectárea salen entre 300 y 500 kilos de flores secas que equivalen a u$s 1 millón en ventas. Ahora, si se da un paso más y se le da más valor agregado produciendo aceite se obtienen entre u$s 2 y u$s 3 millones, dependiendo si uno hace la extracción o la terceriza.

"Nosotros queremos enfocarnos en las dos puntas del proceso, la producción y la puesta en valor y específicamente queremos posicionarnos en el uso del cannabis como aditivo para alimentos y bebidas", detalla el emprendedor serial que ya trabaja en un producto propio para lanzar en las góndolas.

Mientras tanto, desde la Argentina, a través de una subsidiaria local se está avanzando con los permisos para la producción de cannabis para la investigación en Yerba Buena, Tucumán junto al Conicet, la Universidad Nacional de Tucumán, el Inta y la municipalidad de esa localidad. A la vez, la subsidiaria australiana importa lo producido, hasta el momento, en Uruguay.

"En el norte argentino las condiciones para producir son óptimas. Si la industria se regula, que creo que será en el corto plazo podremos hacerlo también acá", proyecta Garretón.

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