Franquicias low-cost: por la crisis marcas como Café Martínez, Chungo o Tomasso lanza propuestas 50% más baratas

Mientras grandes locales cierran, algunas marcas lanzan formatos más chicos y con menos costos operativos. Así, las ´fraquicias low cost o garages´ logran seguir en pie

Mientras grandes locales cierran por la crisis que generó la pandemia del coronavirus, algunas cadenas gastronómicas se expanden en plena cuarentena con la apertura de franquicias de menor tamaño, que cuestan la mitad que las tradicionales. 

Junto con el crecimiento del delivery y el take-away, el formato "low-cost" gana terreno y se espera que en "la nueva normalidad" continúe en auge, ya que, según los especialistas, estos hábitos de compra y consumo llegaron para quedarse.   

La instalación de "telefranquicias" o "franquicias de garage", también conocidas con estos nombres, ronda en los $ 5 millones, cuando las clásicas ascienden a $ 10 millones. Pero el ahorro puede ser mayor al 50%, ya que se consiguen opciones por menos de $ 2 millones. 

 

"En el rubro gastronómico, el costo de las low-cost oscila entre los $ 2 y $ 5 millones. Varía de acuerdo al segmento y la marca. Las superficies más pequeñas ocupan entre 35 y 45 metros cuadrados y funcionan, principalmente, con retiro por el local y envíos a domicilio. Al tener una fuerte presencia en los canales digitales, se ahorra, al menos, un 40% porque se prescinde de cartelería, luminaria y mobiliario", dice Daniel Arce, socio fundador de Franquicias que crecen. 

Atenta a las necesidades del contexto, la consultora introdujo la comercialización de este concepto al inicio del aislamiento y ya abrió 19 franquicias de este tipo (de un total de 27 que inauguró en cuarentena). Su cartera de clientes incluye a Big Pizza y Jiro Sushi, entre los más reconocidos. 

"El nivel de desembolso es diverso. Existen alternativas desde $ 100.000 hasta $ 4 millones", destaca Ezequiel Devoto, gerente general de la Asociación Argentina de Marcas y Franquicias (AAMF). Las pizzerías, los comercios de sushi, las cafeterías y las heladerías encabezan la expansión, de acuerdo a los expertos. 

Café Martinez lanzó "A la barra - Mini", un modelo derivado de "A la barra", que se creó en 2019. "Veníamos trabajando en esta versión desde antes de la pandemia y la cuarentena fue el momento ideal para probarlo. Es para atención exclusiva por take-away, con superficies de hasta 50 metros cuadrados. Hicimos una prueba piloto en Mar del Plata y pensamos abrir tres más antes de fin de año", explica el director general de la empresa, Cristian Lema. 

La inversión inicial oscila entre $ 2 millones y $ 2,5 millones, la mitad que "A la barra", que sale entre $ 5 y $ 5,5 millones, versus los $ 10 millones que se necesitan para un local clásico de la cadena. 

Hell’s Pizza cerró contratos por 14 franquicias. Nueve de ellas están operativas en la Ciudad y el Gran Buenos Aires, y cinco están próximas a abrir. "Nos expandimos aún en esta situación", dice Matías Cabrera, socio de la empresa, que tiene otra apertura prevista en Boedo. La inversión oscila en los $ 5 millones e incluye el fee por el uso de la marca, el montaje del restaurante y el servicio de take-away.

En tanto, Tomasso Pizzas abrió dos franquicias en Parque Chacabuco y Barracas en abril. En una semana, abrirá otra en Pergamino (provincia de Buenos Aires) y en septiembre, otra en Rosario (Santa Fe). Diego Parra, gerente de marca de la cadena de pizzas artesanales con más de 40 sucursales en el país, cuenta que la inversión necesaria es de $ 3 millones.

Fabric Sushi tiene dos franquicias en obra, esperando la habilitación para inaugurarlas. "Además, estamos negociando cuatro locaciones en CABA y GBA. Tenemos la intención de llegar a las zonas en las que no estamos todavía", dice Malena Fricher, responsable del Departamento Comercial de la firma.

La marca trabaja con varias propuestas. La más económica cuesta $ 5 millones. "Son sucursales para delivery con algunas mesas. Confiamos en que pronto volveremos a recibir a clientes en nuestros espacios, por eso apuntamos a este formato mixto", asegura Fricher. 

Las franquicias de las heladerías ofrecen precios más bajos. Persicco posee dos formatos: Cloud (que implica el subalquiler de un espacio en otro local gastronómico ya en funcionamiento para delivery) y Corner (un local que combina take-away y delivery). "La inversión es de $ 2 millones en ambos casos, aunque si el lugar donde se monta el Cloud cuenta con el equipamiento adecuado baja a $ 200.000. Abrimos ocho Cloud desde abril y estamos en proceso de abrir otros cinco, repartidos en la Ciudad y el conurbano", comenta Gabriel Sperandini, CEO de la cadena.

En este contexto, Persicco realiza bonificaciones y descuentos para acompañar a los franquiciados. "El objetivo es lograr 40 aperturas antes de fin de año (35 Cloud y 5 Corner) y 100 en 2021", anticipa Sperandini.

Chungo abrió 10 locales para take-away en la cuarentena y prevé abrir 15 más antes de fin de año. "En la post pandemia, este modelo se va a imponer, ya que el tradicional será difícil de sostener. Esta estructura, de 30 metros cuadrados, opera solo con un par de empleados y alquileres más bajos", adelanta Ariel Davalli, presidente de la firma, con 29 franquicias y un solo local propio. 

Pese al crecimiento del formato low-cost, según el último relevamiento de la AAMF, entre abril y junio cerraron un 14% de franquicias y se perdieron un 15% de los empleos directos que generaban. Esto representa el cierre de 4200 comercios y 30.000 puestos de trabajo menos.

Hasta el año pasado existían más de 1000 marcas franquiciadas en el país, con cerca de 40.000 puntos de venta que generaron alrededor de u$s 12.500 millones. El 92% eran empresas de origen nacional con más de 36.000 locales, según la entidad. 

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