En nueve meses, subieron 40% las quiebras y concursos

Entre enero y septiembre, por día, una de cada siete empresas pidieron paraguas judicial. Según los abogados especializados, la devaluación de agosto resultó determinante

En los primeros nueve meses de 2019, se registraron 1203 empresas en crisis que pidieron abrir un concurso preventivo o, directamente, la quiebra. El número, revelado en un informe elaborado por el Centro de Economía Política Argentina (CEPA), da cuenta de la gravedad de la recesión y emite una señal de alerta sobre el riesgo que corren las compañías, si se sigue tensando la cadena de pagos y continúa el deterioro en la situación financiera.

El informe desglosa que, entre enero y septiembre, creció un 38% el número de compañías que se solicitaron el concurso preventivo, en relación con el mismo período de 2018. El número de pedidos de quiebra, en tanto, se incrementó un 40 por ciento.

"En total, es un promedio de siete empresas que entraron en concurso o quebraron por día hábil, mientras que, en los primeros tres trimestres de 2018, eran seis. Si este número se proyecta al total del país, son 11 compañías diarias que quebraron o entraron en concurso", explica el documento, que relevó los datos de las justicias comerciales de Capital, la provincia de Buenos Aires y Córdoba.

Entre las concursadas en los últimos meses, se encuentran Avian Líneas Aéreas, la marca de alfajores Grandote, Porta Hermanos (elaboradora del fernet 1882 y los aceites y vinagres Casalta) y las marcas de indumentaria Ayres y AY Not Dead. En tanto, la quiebra más resonante del año fue la de OCA, decratada en abril, tras un pedido de la AFIP.

Temor a la doble indemnización: empresas aceleran ajuste antes del cambio de gobierno

Con cada paso que da Alberto Fernández hacia su asunción, toma forma la idea de un pacto social. Ese etéreo acuerdo mediante el cual, a la parte empresaria, se le exigirá un congelamiento de precios y despidos. Más, con el reaparecido fantasma de la doble indemnización.

"En estos últimos meses, se incrementó considerablemente el número de consultas por este tema. Las tasas de interés que tiene la Argentina y la devaluación posterior a las PASO generaron un efecto de pinzas que complicó a las compañías", explicó, consultado por este diario, el socio de uno de los estudios jurídicos líder en materia de concursos y quiebras.

Explicó que, con la devaluación de agosto, una gran cantidad de empresas vio cómo de un día para el otro aumentaba su nivel de deuda en pesos y se vieron imposibilitadas de trasladar ese incremento a precios.

El problema, agregó, es que, del otro lado, se encuentran con acreedores que, también, están complicados, con los que, en muchos casos, es difícil negociar un estiramiento de plazos. Y, mientras no haya una reactivación de la economía, la situación seguirá repitiendo.

De acuerdo con el informe, para ver un crecimiento interanual de una magnitud similar, hay que retrotraerse hasta 2002, cuando se registró un promedio por día hábil de 11 personas jurídicas o humanas que entraban en quiebras o concurso.

"Con este nivel de tasas se complica refinanciar o financiarse a largo plazo", dicen en el mercado

Sin embargo, en opinión de Julio César Rivera, socio de Marval, O'Farrell & Mairal, la situación actual no es equiparable a la del bienio 2001-2002. "En los últimos años, hubo muy pocos concursos y quiebras importantes. Nosotros, hoy, vemos que hay más consultas, lo que es lógico, si se tiene en cuenta la situación económica y, en especial, las dificultades de las pymes", dijo y agregó que es posible que, en el futuro, se incrementen aún más los pedidos de reestructuración de deuda, tanto en pequeñas como en grandes compañías.

Rivera explicó que los números se mantuvieron en niveles bajos porque muchas compañías tienen sus pasivos concentrados en los sectores fiscal y laboral, en los que el concurso no sirve demasiado, porque son deudas privilegiadas.

Hoy, muchas empresas están cerrando acuerdos preventivos extrajudiciales (APE) con sus acreedores, como una manera de evitar llegar al concurso preventivo, detalló Marcelo Gebhardt, socio de Aguirre Saravia & Gebhardt.

Se busca un reperfilamiento de parte de los pasivos que le permita a la empresa seguir operando con relativa normalidad. Sin embargo, de no haber una mejora en la economía, muchas compañías podrían llegar a una instancia judicial.

"En la situación actual, y sin tener en claro cuál será el panorama a partir de diciembre, la respuesta lógica es llegar a un APE. Y, hoy, nadie que participe de estas negociaciones nadie tiene apuro en firmarlo. En 2020, pueden crecer más los pedidos de concurso y de quiebra si no cambian las expectativas. Es una moneda en el aire que, todavía, no se sabe de qué lado caerá", concluyó.

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