Invertirá u$s 1,4 millón

El plan de Almacén de Pizzas para ganarles a todos: marcas secretas y nuevos congelados en el súper

La cadena espera llegar a los 50 locales entre sus aperturas locales y en nuevos destinos internacionales. Tras la experiencia con Juan Valdez planea desembarcar en el mundo retail y negocia para traer otras marcas internacionales.

Hace 15 años Sebastián Ríos Fernández siguió una idea y no se equivocó. Su padre, Manuel, y su tío, Francisco, empezaron lavando copas en bares y terminaron siendo socios y dueños. Dentro de su empresa se destacaban los pizza-café, además de una serie de bares cuyos nombres estaban inspirados en ríos españoles, la tierra natal de ambos. Sebastián, con solo 12 años, empezó a trabajar en el negocio familiar y en los 90 tomó funciones directivas.

Desde esa posición impulsó un departamento de marketing (N.d.R: estudió Administración de Empresas y Marketing en la UADE). Pero hacia 2005 se dio cuenta que el variopinto menú de los pizza-café ya no era algo redituable pensando a futuro. La especialización, pensó, era el camino. Fue así que empezó a diagramar, junto a sus primos Alejandro y Fernando Ríos, la idea de una pizzería gourmet. El proyecto debutó en 2006 con dos locales, uno en Belgrano y otro en Barrio Norte, bajo el nombre de "Almacén de pizzas de Manolo & Francesca", luego simplificado en el que se conoce hoy.

"Cuando abrimos teníamos que tomar una decisión: ampliábamos la estructura del grupo y manejábamos los dos tipos de negocios o nos abocábamos 100 por ciento a Almacén de pizzas. Hicimos lo segundo y salimos del mercado de pizza-café porque entendíamos que la gente percibía que ser especialista hacía una diferencia. Hoy seguimos creyendo que es así", manifiesta el titular del grupo. Y agrega: "Hoy todas las marcas que tenemos son especialistas en un producto, lo que no quiere decir que no pensemos en formatos que puedan ser multiproducto".

Ríos Fernández menciona "marcas" en plural porque, como a muchos, la pandemia los llevó a transformarse y abrir o desarrollar otros verticales. El aislamiento implicó convertir las cocinas de los locales en dark kitchens de una serie de marcas virtuales que crearon. Estas funcionaban de manera paralela a través de las aplicaciones de delivery. Ahí surgieron, por caso, Vai Fatto y Bella Ciao, para pastas; Parri & Pan, para sándwiches de carne a la parrilla; y Vrie, para pizzas veganas premium.

Jorge García Allende (Expansión), Marcelo Fullana (Retail) y Sebastián Ríos Fernández (dirección general)

Dentro de este universo también se reconvirtió Va Pizza. Esta marca nació en 2018 como una pizzería low cost con local a la calle en Palermo y una franquicia en Rosario, sin embargo pasó a ser otra de las marcas virtuales de RE en 2020. Ahora pronto van a lanzar una dedicada a la venta de empanadas gourmet.

"El delivery se convirtió en el 100 por ciento de nuestro negocio en un momento, luego se estabilizó. Viendo que lo de las marcas virtuales iba bien, empezamos a trabajar para desarrollar un negocio de dark kitchen", aseguró. Ya abrieron dos en Lima, Perú; tienen en carpeta otros dos en territorio porteño (Belgrano y Caballito) y se encuentran en conversaciones para inaugurar en Paraguay y Uruguay. En 2022 también esperan debutar en Chile y lo harán con una cocina oscura.

Grupo RE encontró en las dark kitchen la manera de sostener sus ambiciosos planes de expansión. La diferencia de inversión es sustancial. Un local con salón tiene una superficie promedio de 200 metros cuadrados y un costo estimado de US$ 180.000, en tanto la otra precisa una inversión cercana a los US$ 42.000. Aunque, pormenorizan, la idea es crecer a su vez con un modelo híbrido que sea delivery y take away. De estos locales planean abrir cinco hasta 2022 en Mendoza, Canning, Colegiales, Lima y Asunción.

Para los directivos de la compañía, a pesar del crecimiento del delivery - estiman representará un 40 por ciento del negocio- el objetivo es crecer con sus locales tradicionales. "La dark kitchen te da mayor capilaridad. Pero para nosotros lo ideal sería crecer en mayor medida en lo que es salón porque ahí está la rentabilidad", comenta Jorge García Allende, responsable de Expansión de Grupo RE. Y Ríos Fernández complementa: "La calidad del ticket es diferente porque en el pedido por delivery el consumo es más funcional, mientras que en los locales agrega una entrada, una cerveza o un postre".

Ríos Fernández fundó la cadena de pizzerías en 2006

Los restaurantes full tendrán seis aperturas entre 2021 y 2022. En total, apuntan, el plan de inversión contempla un desembolso de US$ 1,4 millón entre capital propio y de los franquiciados. El negocio de Almacén de Pizzas hoy engloba 36 locales (20 franquicias y 16 propios), pero, con las aperturas ya mencionadas, rozaría los 50 puntos de venta. A estos se le suman un centro de producción que abastece a las sucursales con masas, empanadas y postres.

"El año pasado no cerramos ningún local. Sí hemos bajado la estructura de personal en varios, lamentablemente. Hoy trabajamos con una mejor capacidad de recursos pero somos precavidos porque, si avanza otra cepa, sabemos que hay posibilidad de que todo se vuelva a cerrar", reconoce García Allende.

Además de sus locales en Buenos Aires, la marca tiene presencia en San Juan y Tucumán. A escala internacional cerrarían el 2022 con 11 puntos de venta. "Tenemos otros proyectos como salir a buscar otros mercado con Almacén. Nos interesan España y los Estados Unidos", confiesa el fundador.

Tras absorber la experiencia con el lanzamiento de los productos Juan Valdez, RE quiere darle lugar al vertical de retail dentro del esquema de su marca de pizzerías. Primero fue a través de un marketplace de materias primas, llamado El Almacén del almacén, sin embargo no fue como esperaban. "Lo lanzamos el año pasado a las apuradas para subsistir y hoy está en stand by para reconvertirlo. Hay un mercado para eso, uno no muy grande pero lo hay", analiza Ríos Fernández. Ahí se podían comprar todos los productos necesarios para hacer una pizza, desde aceite de oliva hasta el bollo de masa y los toppings.

El otro proyecto, en cambio, esperan que tenga mayor impacto. Al momento de escribir este artículo, la firma se encontraba realizando las pruebas finales de sus pizzas congeladas con las que llegará a los supermercados. "Queremos estar presentes en cualquier momento o motivo de consumo que implique una pizza", señalan. La receta es propia y el desarrollo lo hicieron con un proveedor del segmento. Dentro de esta categoría competirán con Sibarita (McCain) y Pietro (Molino Cañuelas), aunque planean ubicarse en el segmento premium con un precio 10 por ciento por encima del resto.

Si bien el lanzamiento de Juan Valdez los tuvo ocupados durante los últimos cinco años, esto no es todo. En silencio, al igual que hicieron con la etiqueta cafetera, vienen negociando con otras marcas internacionales para expandir su universo de negocios gastronómicos. Una de ellas es una reconocida cadena europea, de la cual, esperan, traer su primer local al país. El entusiasmo es grande, pero dependen, principalmente, de que la coyuntura económica local se tranquilice. Algo que siempre es complejo. "No tenemos firmado nada, pero de palabra estamos en un 100 por ciento", se envalentonan.

La versión original de esta nota se publicó en el número 334 de revista Apertura.

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