Efecto Vicentin: suspenden las operaciones de exportadora del Grupo Olio y la empresa acusa al Gobierno
Díaz & Forti pertenece al holding que tiene un contrato de fasón con la concursada cerealera y, actualmente, le maneja su planta de San Lorenzo. Para Claudio Lozano, director del Banco Nación, también hay que intervenirla.
El cordón industrial del Gran Rosario se encuentra sumergido en un foco de conflicto. A la parálisis de la planta de soja de Buyatti en la localidad santafesina de Puerto General San Martín y a la intervención de Vicentin de ayer, se sumó la suspensión de Díaz & Forti en el mercado cambiario, empresa que opera actualmente la planta de San Lorenzo de Vicentin.
El miércoles, el Banco Central de la Republica Argentina (BCRA) le ordenó a la Dirección General de Aduanas, mediante una resolución que publicó, "no dar curso" a los pedidos de despacho y embarques de granos de Díaz & Forti. La decisión se debe a que, según la entidad, la compañía no liquidó divisas de exportaciones realizadas por más de u$s 300 millones.
La empresa pertenece a Grupo Olio, uno de los jugadores más importantes del complejo agroexportador de Santa Fe, que apunta a destronar a Vicentin en el sector de granos y derivados, y que tiene acreencias con la cerealera concursada por u$s 1 millón.
La suspensión complica a Vicentin, que firmó un contrato de fason con Olio a comienzos de año, un acuerdo que se renovó hace unas semanas, con el aval del juez del concurso, Fabián Lorenzini, y que supone la entrada de capital en medio de la crisis que atraviesa. A partir de 2021, Díaz & Forti operará también la planta de Ricardone de Vicentin.
Los inconvenientes empezaron la semana pasada cuando el Ministerio de Agricultura le suspendió el Registro Único de la Cadena Agroalimentaria (RUCA) a la empresa.
"En apenas unas horas, nos cancelaron el documento que nos permite operar, argumentando inconsistencias de nuestra parte, que son falsas", indicaron fuentes allegadas a Díaz & Forti. "A la fecha, estamos rehabilitados y tenemos pruebas que demuestran la intencionalidad de provocarnos un daño, pero no tuvimos un resarcimiento público ni económico del error cometido. No pudimos hacer descargas y eso nos afectó", explicaron.
Por el momento, la compañía sigue operativa. "No recibimos ninguna notificación de la suspensión, nos enteramos por medio de la resolución del BCRA. En el caso de que Aduana ejecute la orden, tomaremos las acciones legales pertinentes", adelantaron.
Según Claudio Lozano, director del Banco Nación y uno de los promotores de la frustrada expropiación de Vicentin, es necesario intervenir también a Díaz & Forti "para que no se consume una estafa".
"Glencore ocupa hoy el mismo lugar que ocupaba Vicentin en el 2019 como primer exportador de harina de soja y Díaz & Forti creció de manera extraña en el curso de 2020 respecto de su presencia absolutamente insignificante en materia de exportaciones, sin que quede clara ni se explique adecuadamente con qué financiamiento lo llevó adelante", señaló Lozano.
Según Lozano, su presencia en el mercado era "ínfima". "En 2019, exportó u$s 4 millones y saltó a más de u$s 600 millones este año, casualmente, alquilando las instalaciones de Vicentin, empresa en concurso que debe alrededor de u$s 1300 millones a buena parte de productores, cooperativas agropecuarias y banca pública, se transformó de en un gran exportador".
Tras los dichos de Lozano, fuentes del grupo Olio hicieron hincapié en que "Vicentin y Díaz & Forti no son lo mismo". "Se dice que nuestra actividad es una operación encubierta de Vicentin para seguir funcionando. Somos jamón del sandwiche. En este caso, operamos activos que no administramos. Nuestro parate repercute en Vicentin, cortando el flujo de dinero", aseveraron, y aclararon que no tienen "ninguna relación" con la cerealera por fuera del contrato fasón y las acreencias.
Respecto del crecimiento que Lozano mencionó, desde Olio reconocieron que la debacle de Vicentin le permitió a la empresa aumentar sus ventas. "Pasamos de ser proveedores de las principales agroexportadoras a ser un exportador de la talla de ellas", argumentaron.
A principios de año, Díaz & Forti estuvo a punto de cerrar un fasón con Buyatti para operar su planta de San Lorenzo, con capacidad de molienda de 3000 toneladas, que no prosperó. Más tarde, a la par de que se inició el concurso de Vicentin, Olio cerró el acuerdo con la cerealera, lo que le permitió aumentar su escala, operando en un establecimiento de 16.000 toneladas. "Buscábamos generar elevación. La crisis de Vicentin nos permitió aprovechar la oportunidad", concluyeron desde Olio.
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