Cresud compró una firma brasileña y recupera su valor de mercado

El brazo agropecuario de IRSA se quedó con Agrifirma Agropecuária, una compañía que controla 28.930 hectáreas ubicadas en Bahía. Por la operación, sus acciones treparon casi un 16%

Este lunes, la empresa agropecuaria Cresud concretó la compra de Agrifirma Agropecuária, una compañía brasileña que controla 28.930 hectáreas ubicadas en el oeste del estado de Bahía, dedicada a la explotación y el desarrollo de tierras agrícolas. Fue fundada en 2008 por el financiero Lord Rothschild, junto con dos hombres de negocios de origen norteamericano.

Así, la firma argentina, presente en el mercado desde 1936, expande sus negocios al país vecino. En la actualidad, está abocada a la producción de granos, caña de azúcar y carne.

Igualmente, la operación está sujeta a la aprobación del Consejo Administrativo de Defensa Económica (CADE) y de los accionistas de las compañías en asambleas generales extraordinarias, que se llevarán a cabo a partir del próximo mes.

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Solo 77 días de vida tuvo la filial argentina de la productora canadiense de cannabis Canopy Growth, desde su presentación en sociedad hasta la oficialización del fin de la oficina local. La salida de su fundador, Bruce Linton, en julio pasado, provocó un cambio en la estrategia global que derivó en la decisión de recortar presupuesto y reducir la plantilla en los países cuya regulación esté menos avanzada.

Detrás de la compra, se encuentra uno de los empresarios más importantes del país: Eduardo Elsztain, dueño de Irsa, el desarrollador de los principales centros comerciales de la Argentina.

Además de ser el mayor accionista del holding inmobiliario, Elsztain es propietario y presidente de esta compañía agropecuaria desde 1994 y de otra, llamada BrasilAgro, subsidiaria de Cresud en Brasil, que lideró la operación y cerró un acuerdo para quedarse con el 100% de Agrifirma Agropecuária.

No obstante, Cresud tendrá una participación accionaria del 39% en las firmas fusionadas, debido a que el acuerdo obliga la emisión de más de cinco millones de nuevas acciones ordinarias registradas, sin valor nominal de la compañía, que serán suscritas y pagadas por los accionistas de Agrifirma Holding, de acuerdo a un comunicado que emitió Cresud. 

Por la fusión, el capital social de BrasilAgro se incrementará en 113 millones de reales y, de esta manera, pasará de 586 millones de reales a 699 millones en moneda brasileña (equivalente a u$s 224 ).

Tras el anuncio, las acciones de Cresud, la única empresa argentina del sector cuyas acciones cotizan en la Bolsa de Comercio de Buenos Aires (BCBA) y en el índice Nasdaq de los Estados Unidos, treparon un 15,77% este lunes. En Wall Street, los American Depositary Receipts (ADRs) tuvieron una buena rueda: Cresud registró un alza del 18,90%, seguido por su empresa controlada, IRSA, que aumentó un 5,06%.  

En febrero de 2017, Cresud ya operó en suelo brasileño, cuando compró un campo de 17.566 hectáreas en el municipio de São Raimundo das Mangabeiras, en el estado de Maranhão. En aquel entonces, la transacción se realizó a través de Brasilagro y demandó una inversión de u$s 32 millones, a razón de u$s 3200 por hectárea, según detalló en ese momento BCBA. Del total del predio, 10.000 hectáreas se destinaron a la actividad agrícola, mientras que las restantes 7566 estuvieron dirigidas a la "preservación permanente y la reserva legal".

Elsztain había anticipado que Cresud se encontraba en la búsqueda de tierras agrícolas en América latina para expandir su presencia en la región, dado que ya posee desarrollos productivos en Bolivia y Paraguay. Con la ayuda de su hermano, Alejandro Elsztain, que se desempeña como CEO de Cresud, Eduardo encaró la transformación de la compañía, cuando asumió el mando en 1994: la empresa amplió su capital por u$s 64 millones y realizó una importante inversión en tierras, ganado y tecnología, y se convirtió en una especie de Real Estate Investment Trust (REIT) del sector agropecuario argentino.

En 2018, la firma de la familia Elsztain cerró su balance anual con ingresos superiores a $ 6000 millones, un 55% más que en 2017, y produjo 20% más de granos. Pero el resultado neto del primer semestre de 2019 arrojó una pérdida de $ 5620 millones, comparado con una ganancia de $ 11.476 millones en igual período de 2018.

Hoy, maneja un portfolio de aproximadamente 800.000 hectáreas en la Argentina, Bolivia, Paraguay y Brasil, según información difundida por la propia compañía.  

En julio de este año, la firma aprovechó el momento de calma y la baja en el riesgo país para vender deuda antes de las elecciones Primarias Abiertas, Simultáneas y Obligatorias (PASO) del 11 de agosto. Licitó Obligaciones Negociables (ON) Clase XXV por hasta u$s 40 millones, aunque ampliable hasta u$s 200 millones. Recibió 1200 ofertas por u$s 61,44 millones y adjudicó u$s 59,56 millones, con un interés del 9%. La emisión tuvo una calificación AA, vence en dos años y pagará intereses en forma semestral.

El objetivo es utilizar los fondos para "refinanciar deuda y capital de trabajo, principalmente inversión en insumos e infraestructura para la producción de la campaña agropecuaria", según expresó la misma compañía. "La empresa aprovecha  la baja de tasas para fondearse a un costo no tan alto, teniendo en cuenta que, en un futuro cercano de elecciones, el riesgo país puede volver a subir y, por ende, puede hacerlo el costo de su fondeo", explicaron a mitad de este año.

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