Cómo se concreta la inversión social privada en la Argentina

Perder el miedo a trabajar con el sector público, ser más ambiciosos y apalancar inversiones para lograr cambios sistémicos y ser estrictos en el análisis de las oportunidades de inversión social y en la evaluación de los resultados son algunas de las claves que ponen en práctica quienes lideran proyectos en inversión social privada (ISP) en el país.

Según una encuesta que hizo GDFE, junto al BID, a 85% de sus 61 socios, las principales temáticas a la que destinan la ISP son: Educación (88%), Inclusión laboral (55%) y Desarrollo local (53%); luego, Salud, Ambiente, Cultura y Deporte, entre otros.

De la inversión total, 34% va a Educación, repartido entre el nivel secundario (71%) y el universitario (53%); luego, la educación técnica y el nivel inicial y primario (47% cada uno), seguido por educación en oficios (41%) y otros.

En cuanto a cómo se materializa esta inversión, las becas son los instrumentos elegidos; luego, los materiales educativos y la educación docente. En cuanto a los modos en que se ejecutan estas iniciativas: 73% de los socios de GDFE gestiona sus propias iniciativas, 62% apoya iniciativas diseñadas e implementadas por terceros y 51% hace programas propios implementados por una organización de la sociedad civil.

Javier García Moritán, director ejecutivo del Grupo de Fundaciones destaca la capacidad transformadora del sector privado. "Es imprescindible para los desafíos que enfrentamos como sociedad", dice. "Conocer con precisión sus aportes es fundamental para la toma de decisiones acerca de dónde, cómo y con quién impulsar acciones".

BUSCAR EL CAMBIO SISTÉMICO

"Financiamos la ayuda social con fondos provenientes de la línea de productos creada con este fin, Creer para ver, comercializados por la red Natura sin obtención de lucro", explica Karina Stocovaz, directora de Instituto Natura.

Creado en Brasil en 2010, el Instituto llegó a diversos países de América latina, con el objetivo de ampliar las inversiones en educación que hacía la firma. A nivel local, destinaron $ 120 millones en 2021, un monto que se incrementa año a año, por encima de la inflación. ¿Los objetivos? Lograr un cambio sistémico en la educación. "Es la única manera de transformar la educación a escala", dice Stocovaz.

Luego de trabajar por proyectos durante muchos años y de realizar donaciones a organizaciones o a proyectos educativos relevantes en cada uno de los países donde opera, ahora apuntalan las políticas públicas de cada jurisdicción. "Apoyamos a los gobiernos a implementar la política pública. Los proyectos son muy valiosos y permiten probar innovaciones, pero el sector público no se apropia de ellos y no los lleva a escala", explica Stocovaz.

Así, la filial Argentina financia estudios, investigaciones, formación, desarrollo de capacidades locales, sistemas de gestión de datos que sustenten la toma de decisiones de la política pública. Trabajan con aliados técnicos en cambios curriculares y desarrollo de materiales.

"Vemos qué sistemas educativos subnacionales lograron mejoras y por qué y apoyamos la toma de decisiones y la difusión de esas mejoras", explican. En cuanto a temas, priorizan la alfabetización y los primeros años de primaria y lograr la transformación de la escuela secundaria. Presentes en Río Negro, Córdoba, Entre Ríos, Misiones, Mendoza y Salta, trabajan aliados a universidades y a instituciones como Cippec y con organizaciones locales. Los objetivos futuros son ganar cobertura geográfica y profundizar articulaciones.

"Con una mirada de bien público, hay que apalancar inversiones, mantener el foco en las prioridades como alfabetización y escuela secundaria para lograr igualdad educativa, afianzar trayectorias escolares y no dispersar la atención del sector público, donde notamos muy buena receptividad", dice la ejecutiva.

Otro tema importante para Natura es la educación de las mujeres. La firma busca cerrar brechas de analfabetismo y educación secundaria, financiera y digital.

En cuanto a los criterios de ISP, generar condiciones de aprendizaje más inclusivas en las comunidades industriales donde operan son los principales para el Grupo Techint, que busca modernizar el sistema educativo.

Lanzó un plan especial de fortalecimiento, que alcanzará a 20.000 estudiantes secundarios e incluye la ampliación y modernización de 28 escuelas técnicas, mediante la construcción de talleres, aulas tecnológicas, equipamiento y cursos de formación técnica y matemática.

Se trata de una inversión adicional de $ 355 millones, que complementa el aporte anual de $ 1080 millones en programas educativos. Con tres ejes, el plan busca garantizar el acceso a la educación en períodos de aislamiento a través de equipamiento tecnológico con conectividad, crear cursos de formación técnica que mejoren las oportunidades de empleabilidad para el futuro de los jóvenes y reforzar los métodos de enseñanza en matemática en las escuelas técnicas secundarias de las localidades donde opera el Grupo: las primeras nueve aulas tecnológicas funcionarán en institutos educativos de San Nicolás, Ramallo, Zárate, Campana, y Neuquén.

Las acciones se implementan de manera progresiva, alcanzando en una primera etapa a más de 8700 estudiantes, para impactar finalmente en un universo de casi 20.000 alumnos secundarios. "El objetivo es dar a los jóvenes herramientas requeridas por la industria que les faciliten el acceso a sus futuros trabajos", dice Erika Bienek, directora de Relaciones con la Comunidad.

Además de la capacitación técnica, el plan busca fortalecer los conocimientos en matemática desde los primeros años del secundario en 28 escuelas tanto de Zárate y Campana como de Comodoro Rivadavia, Aguaragüe y Añelo. En 2020, el Grupo invirtió en comunidades más de u$s 36 millones a nivel global, 47% destinado a la Argentina.

El Banco Galicia es otra de las firmas que apuesta por la inversión social. "Buscamos generar lazos a largo plazo, con construcción social dejando capacidades instaladas en las comunidades", explican en la entidad. Durante 2021 manejaron un presupuesto de $ 178 millones, que representa un 3% más que en 2020.

Con un modelo de contribución a la sociedad que diseñan con mirada de largo plazo, pero atentos a reaccionar rápidamente al desafío coyuntural, "las claves de nuestra estrategia se basan en la eficiencia de recursos, la articulación con otras organizaciones y la capacidad de incidencia para generar transformaciones reales", dice Constanza Gorleri, gerente de Sustentabilidad de la firma.

¿Cómo toman decisiones? En cada uno de los programas que implementan, parten de un diagnóstico integral inicial que considera las necesidades particulares de la comunidad y la capacidad de incidencia de Banco Galicia. A partir de él se definen metas y objetivos y una planificación detallada de las acciones a implementar, que permitan medir impactos y oportunidades de mejora. Luego, los evalúan con la Matriz de Análisis de la Inversión Social (MAIS) que sigue los estándares internacionales de Retorno Social de la Inversión (SROI) y las Normas Relativas a Inversiones (IRIS). Y analizan cada proyecto bajo dos dimensiones clave (Retorno Social de la Inversión y Desempeño Organizacional) considerando 11 indicadores con sus respectivas métricas.

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