Celulosa vende activos por u$s 22,5 millones

La transacción incluye tres subsidiarias e inmuebles de otra controlada, Tapebicuá. El comprador es un grupo austríaco

Celulosa Argentina, uno de los principales grupos agroforestales del país, acordó venderle activos al grupo austríaco SPS Walholding por un total de u$s 22,5 millones.

La transacción incluye la transferencia del 100% del paquete accionario de tres subsidiarias Rudaco, TC Rey e Iviraretá– y dos inmuebles de otra de su controlada, Tapebicuá.

El precio por la transferencia de las acciones será de, aproximadamente, u$s 18 millones, sujeto a ciertos ajustes y deducciones vinculados al monto del capital de trabajo de las sociedades transferidas al cierre de la operación, al consumo d emadera entre el 1º de octubre de 2019 y el cierre de la operación, y al reembolso de ciertos créditos vinculados a la ley forestal 25.080 , informó la empresa en una nota enviada a la Comisión Nacional de Valores (CNV).

En tanto, los activos físicos son dos inmuebles ubicados en Santo Tomé, Corrientes. El campo Unión, de 2974 hectáreas, y Ñu Porá, 178 hectáreas. La venta incluyó el vuelo forestal de ambos. Por el primero se pagarán algo más de u$s 4 millones y, por el segundo, u$s 422.317.

“El cierre de la transferencia de las acciones y del inmueble Unión se encuentra sujeto a una serie de condiciones, algunas de las cuales son totalmente ajenas al control de las partes , aclaró Celulosa en su nota.

Una de las condiciones que enumeró, en relación a Unión, es la obtención de los permisos y autorizaciones gubernamentales del Registro Nacional de Tierras Rurales y de la Secretaría de Zonas de Seguridad de Fronteras, algo necesario para el comprador, ya que se trata de una empresa extranjera.

También, dependerá del levantamiento de las prendas que, dijo, pesan sobre las acciones e hipotecas que existen sobre los inmuebles y otros bienes de la sociedad transferida.

Por su parte, la transferencia de Ñu Porá se encuentra sujeta al levantamiento de la hipoteca que pesa sobre ese activo. A diferencia de Unión, no está sujeta a aprobaciones gubernamentales, afirmó Celulosa, dado que, en este caso, el comprador será un fideicomiso argentino.

Todos estos activos fueron puestos como garantía por parte de Celulosa en distintas líneas de préstamos que tomó en los últimos años.

“En caso de consumarse la operación, el producido será aplicado al pago de la deuda financiera sujeta a prenda e hipoteca, a capital de trabajo y a preparar a la sociedad para futuras inversiones, que le permitirán seguir manteniendo su liderazgo , informó la empresa, en su nota a CNV.

“A medida que vamos teniendo cash, en este momento, fortalecemos a la compañía. Sobre todo, en cuanto a las inversiones que necesita para potenciar las líneas de productos de papel tissue (papel higiénico, servilletas, pañuelos) , explicó a El Cronista José Urbutey, vicepresidente de la Unión Industrial Argentina (UIA) y director de la empresa.

El salteño aclaró que, si bien parte de los fondos se destinarán al pago de deuda, la transacción no surgió como una consecuencia del proceso de stress financiero, que llevó a que, en diciembre, Celulosa cayera en default técnico.

“Esta fue una negociación de un año y medio, a partir de que redefinimos nuestro foco de negocios y relocalizamos producción , subrayó Urtubey.

En diciembre, Celulosa había entrado en cesación de pagos por haber incumplido u$s 5 millones de un vencimiento de u$s 60 millones de su deuda financiera. En realidad, fue un remanente de acreedores que no habían llegado a dar la conformidad a un canje de bonos que la empresa había ofrecido en esos días, para refinanciar ese vencimiento. En menos de un mes, Celulosa logró resolver esa situación.

En su año fiscal cerrado el 31 de mayo, el grupo Celulosa registró ventas netas por $ 11.617,9 millones, 28% más que en su balance anterior. La ganancia operativa creció 277%, a $ 1172 millones. Pero el resultado neto, producto de su deuda financiera, fue negativo en $ 1143,9 millones.

En su ejercicio de seis meses finalizado el 30 de noviembre, la facturación ascendió a $ 6699,6 millones, 11% menos que un año antes. El resultado operativo se redujo 30%, a $ 682,2 millones. En tanto, la empresa finalizó su balance semestral con una pérdida neta de $ 997,9 millones, contra $ 804,1 millones de un año antes.

TC Rey –controlante, a su vez, de Rudaco e Iviraretá– facturó $ 152,1 millones en su año fiscal cerrado en mayo, una caída del 11,7%, consecuencia de la menor demanda de despachos forestales, parcialmente compensada por un incremento de exportaciones en los productos de madera sólida. Su producción subió 6%, a 16.299 metros cúbicos de madera aserrada. En el primer semestre de su actual ejercicio, la sociedad significó una pérdida superior a los $ 50 millones para Celulosa.

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