Bolsonaro versus Ford: "No dice la verdad sobre el cierre de sus plantas en Brasil. Quiere subsidios"

La automotriz anunció el lunes que dejará de producir vehículos en ese país. Significa la eliminación de 5000 empleos directos. El Presidente brasileño rechaza los argumentos de la empresa

El presidente de Brasil, Jair Bolsonaro, lamentó la pérdida de 5000 empleos tras el anuncio de Ford de abandonar la producción de vehículos en su país y aseguró que la automotriz estadounidense ocultó parte de la verdad en sus argumentos, ya que, dijo el mandatario, lo que la empresa quería eran más subsidios.

"Lamento los 5000 puestos de trabajo perdido", afirmó Bolsonaro frente al portón del Palacio presidencial de La Alborada. "A Ford, le faltó decir la verdad: quieren subsidios. ¿Ustedes quieren que se les continúe dando 20.000 millones de reales, como se ha hecho en los últimos años? Es su dinero, sus impuestos", agregó.

El monto al que refirió, actualmente, equivale a más de u$s 3700 millones.

Ford anunció el lunes que, en 2021, cerrará las tres fábricas que le quedaban en operación en Brasil, como parte de una reestructuracióin de sus operaciones en América latina. La implementación de esta decisión supone un costo de u$s 4100 millones, de los cuales u$s 1600 millones corresponderán a la pérdida de créditos fiscales y u$s 2500 millones, a lo presupuestado en indemnizaciones, rescisiones contractuales y otros gastos de la salida. En términos laborales, representará la pérdida de unos 5000 empleos directos.

Tras un siglo de operaciones en Brasil -inauguró su primera fábrica de autos en ese país en 1921-, Ford atribuyó su salida del gigante regional a "la persistente capacidad ociosa de la industria y a la reducción de las ventas, resultando en años de pérdidas significativas", potenciadas por la pandemia de coronavirus.

El plan de reestructuración financiera de Ford incluye, también, un replanteo estratégico. El gigante de Dearborn, Michigan, se redefinió como fabricante de vehículos comerciales, pick-ups y utilitarios deportivos (SUV). Eso implicó abandonar la producción de automóviles para pasajeros y vehículos pesados, precisamente, el tipo de productos que hacía Brasil.

El año pasado, Ford vendió la fábrica de camiones que tenía en Sao Bernardo do Campo, en el Estado de San Pablo. Ahora, bajará persianas de su instalación de Camacari, Bahía, donde invirtió u$s 4000 millones desde 2001 y hasta ahora hacía la EcoSport, el Ka y su versión cuatro puertas (K+). También cerrará la de Taubaté, que fabricaba transmisiones y motores para esos modelos, y la de Horizonte, donde hace el SUV compacto Troller (T4).

La empresa informó que las dos primeras cerrarán inmediatamente y la tercera, en el último cuatrimestre del año. Se liquidará el inventario existente de EcoSport, Ka y T4.

En consecuencia, el óvalo precisó que la demanda regional -incluso, la de Brasil- será abastecida por los otros centros de producción de la región: la Argentina, donde el mes pasado confirmó una inversión de u$s 580 millones para fabricar la próxima generación de la pick-up Ranger, y Uruguay, donde anunció en noviembre un desembolso de u$s 50 millones para ensamblar el utilitario Transit. También llegarán productos de otros mercados, como México y los Estados Unidos.

No obstante, para Bolsonaro, el cierre de las plantas se debió a la competencia.

"Ellos querían renovar un subsidio para hacer autos y venderlos. Ahora, también hay competencia. China, entre otros. Ford salió porque, en un ambiente de negocio, cuando usted no tiene lucro, cierra", señaló.

La alegría no es brasileña

Para refutar los argumentos de Ford, el Ministerio de Economía brasileño defendió la "rápida" implementación de reformas estructurales para alcanzar un mejor ambiente de negocios y reducir los costos de producción en ese país.

Ese pronunciamiento del Gobierno fue reforzado por la influyente Federación de Industrias del Estado de Sao Paulo (Fiesp) y por la Confederación Nacional de Industrias (CNI), que advirtieron que la decisión de Ford sirve de "alerta" para Brasil.

Ambas entidades alertaron sobre la necesidad de emprender reformas -principalmente, tributarias-, con el fin de reducir el célebre "coste Brasil".

Wall Street aprueba

Sin embargo, en Wall Street, la decisión de Ford despertó aprobaciones.

El cierre de las plantas brasileñas recortará sus pérdidas y le permitirá focalizarse en incrementar la rentabilidad de su negocio internacional, de baja performance, observaron analistas de JP Morgan.

El lunes, tras el anuncio, las acciones de la empresa subieron 3% y permanecían a la suba en el pre-market del martes, en torno a u$s 9,31 por papel.

En una nota, el analista de JP Morgan Ryan Brinkman afirmó que la salida industrial de Brasil se produjo en un momento en el que los inversores se quejaban de la ausencia de un camino de rentabilidad para su negocio sudamericano.

"Esperamos que el movimiento reduzca rápidamente las pérdias en las operaciones de América del Sur, para la cual, ahora, modelamos un resultado de break-even en 2020, comparado con la pérdida previa, de u$s 300 millones", calculó.

JP Morgan elevó su precio objetivo de Ford en un 10%, a u$s 11 por acción.

Los analistas de Credit Suisse también afirmaron que los cierres de plantas respaldaron el camino de Ford de márgenes mejorados y que reducir su presencia industrial tiene sentido con la estrategia de la compañía.

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