Por qué se cayó la venta de Nike Argentina: pasó de Just Do It a inviable por la pandemia
Grupo Axo, de México, había acordado en febrero comprar las operaciones de la marca estadounidense en el Cono Sur. La pandemia cambió las reglas. Hubo gestiones hasta último momento
El jueves, Grupo Axo, de México, anunció la rescisión mutua del acuerdo que tenía con Nike para adquirir las operaciones del gigante estadounidense de calzado e indumentaria deportiva en la Argentina, Chile y Uruguay. Firmado a inicios de febrero, el deal estableció el 1º de junio como fecha límite para el closing. Sin embargo, un mes después de la rúbrica, sobrevino la pandemia. Las reglas cambiaron. El juego, también. Ya no se trató de sólo hacerlo ("Just do it"), como proclama el slogan histórico de la marca que fundó Phil Knight.
“La Argentina ya era lo que era en febrero , minimiza una fuente familiarizada con la negociación, acerca de en cuánto incidió el incierto contexto de la economía local en la no concreción de la venta. “Había intención genuina de continuar , agrega el informante. Pasado junio, de hecho, hubo sucesivas prórrogas para encontrarle la vuelta. La última, el 30 de septiembre. Pero, incluso hasta horas antes del anuncio oficial de la caída de la operación, se mantuvieron activas gestiones.
¿Qué pasó, entonces? “Pesaron más los factores externos que los de la Argentina , se explica. Operador de retail a gran escala, con 30 marcas, más de 5000 puntos de venta y 13 plataformas de comercio electrónico -entre su fuerte presencia en México y alguna operación ya existente en Chile-, Grupo Axo acusó fuerte el impacto del coronavirus, al menos, al inicio de la pandemia, dado que debió cerrar sus tiendas por la cuarentena .
En el segundo trimestre del año (abril-mayo-junio), sus ingresos netos, 1535,79 millones de pesos mexicanos (u$s 76,25 millones al cambio de hoy), resultaron 49% inferiores a los de igual período de 2019. Perdió 636,87 millones (u$s 31,6 millones), contra una ganancia de 232,26 millones (u$s 11,53 millones) un año antes. En el primer trimestre de 2020, sus ventas habían subido 19%, con un resultado positivo de 57,34 millones de pesos mexicanos (u$s 2,85 millones).
La reapertura de sus tiendas fue gradual. Para fines de septiembre, había logrado que el 100% ya estuviera en operación, aunque con restricción de horarios.
En el tercer trimestre, creció 8% interanual en sus ventas. Influyeron la absorción de la marca Privalia y el impulso de las transacciones online. Pero, en el acumulado de nueve meses, los ingresos consolidaron una caída del 9%, a 7915,4 millones de pesos mexicanos (u$s 395,62 millones). El comercio electrónico acumuló el 33%. Entre enero y septiembre, Grupo Axo perdió 420 millones de pesos mexicanos (u$s 21 millones). Ganó 521,42 millones (u$s 26 millones) un año antes. Había cerrado 2019 con 13.187 millones facturados (u$s 650 millones). Asentó un beneficio de 315 millones (u$s 16 millones).
Estos números condujeron a Grupo Axo a una situación de estrechez financiera. La empresa priorizó su flujo de efectivo, para lo cual tuvo continuas renegociaciones con proveedores y acreedores. Como consecuencia, al cierre del tercer trimestre, reportó una caja de 2980 millones de pesos mexicanos (u$s 148 millones), un crecimiento del 376% contra septiembre del año pasado. Los gastos operativos se contrajeron 14 por ciento.
“La compañía registra al cierre de septiembre un nivel histórico de efectivo, resultado de las acciones tomadas para conservar su caja , resaltó Grupo Axo, en sus informes de resultados. Al 30 de septiembre, su pasivo financiero a corto plazo ascendió a 2784 millones de pesos mexicanos (u$s 138,25 millones), 2510 millones (u$s 124,6 millones) más que en diciembre. De ese monto, 548 millones (u$s 27,2 millones) corresponden a la refinanciación de títulos emitidos en el mercado. En tanto, se tomaron 1050 millones (u$s 52,14 millones) como línea de liquidez para garantizar la continuidad de su negocio durante la pandemia y el resto, para el fondeo de Privalia y otros costos operativos.
La contracara de esto fue haber minimizado las inversiones de capital “para privilegiar la administración del efectivo .
La compra de los activos de Nike –marca con la que Grupo Axo ya tiene relación en México– en la Argentina, Uruguay y Chile se iba a financiar con leverage-buy out. Es decir, apalancar la adquisición con deuda, a repagar con el flujo que generaran los propios activos. Nunca se divulgó el monto de la transacción. Pero, cuando se comunicó el acuerdo, Nike informó que asentaría en sus estados contables un cargo por única vez de u$s 425 millones.
En la Argentina, donde Nike tiene más de 600 empleados, la operación implicaba el traspaso de 24 tiendas, 10 outlets y una plataforma de comercio electrónico. En Chile, la marca tiene 14 locales; en Uruguay, dos.
Dado que el grupo enfrentaba restricciones para tomar deuda como casa matriz, se evaluó la posibilidad de hacerlo en cada uno de los países. Pero no resultó viable. “Hoy, una operación así, para la Argentina, es imposible. Y, en las condiciones actuales de mercado, se complicaba mucho para las demás jurisdicciones que abarcaba la operación , se lamenta la fuente. “La intención se mantuvo hasta último momento. Pero terminó siendo imposible de financiar , concluye.
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