Mientras avanza con su reestructuración, Molino Cañuelas cerró un préstamo con el BICE

El Banco le otorgó una línea de crédito que permitirá inyectar fondos frescos en la compañía. El mes pasado había alcanzado un principio de acuerdo con los acreedores para reperfilar un pasivo cercano a los u$s 1100 millones

Luego haber acordado con sus acreedores, la empresa Molino Cañuelas consiguió una nueva línea de financiamiento por parte del Banco de Inversión y Comercio Exterior (BICE). Según indicó la compañía, este inyección de fondos fortalecería la operación y el capital de trabajo en el inicio de la cosecha.

El mes pasado, Molino Cañuelas había alcanzado un principio de acuerdo con un porcentaje mayoritario del total de sus acreedores financieros para reestructurar una deuda cercana a los u$s 1100 millones. En la actualidad, la compañía se encuentra trabajando activamente en la instrumentación de la documentación definitiva.

Según había comunicado la firma en ese momento, el principio de acuerdo se centró en una propuesta de reperfilamiento de la deuda financiera. La empresa había iniciado este año con un anuncio de inversión 2,8 millones de euros para instalar una línea de producción en su planta de Cañuelas.

A raíz de la situación financiera la compañía tuvo que postergar sus los planes de comenzar a cotizar en Bolsa.

Molino Cañuelas está especializada en la elaboración de harinas, aceites, galletitas, panificados, premezclas para pizzas y alimentos congelados, entre otros. Actualmente, cuenta con 21 plantas industrias ubicadas en la Argentina, Uruguay y Brasil, y comercializa sus productos en más de 60 países.

Según consta en los estados financieros de la empresa, al 28 de febrero de 2018, la compañía presentaba capital de trabajo negativo, originado, principalmente por la devaluación de principios de ese año. En ese momento, la posición de activos y pasivos en moneda extranjera, principalmente en dólares, originó una pérdida por diferencia de cambio neta de $2680 millones.

Molino Cañuelas informaba que para minimizar el riesgo del tipo de cambio mantenía una posición equilibrada entre sus activos y pasivos que tienen un comportamiento que sigue al dólar. La compañía preveía, de esta manera, generar flujos de efectivo que le permitieran cumplir con sus obligaciones de largo plazo. A raíz de esta operación, un total de $ 2387 millones –equivalentes a 89,1% de la diferencia de cambio neta generada en el trimestre– tuvo un comportamiento no financiero durante el período.

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