Cómo funcionan Cero Market, La Quemisterie y Ecotown las primeras tiendas sin envase de la Argentina
La novedosa iniciativa que comenzó en los Estados Unidos ya llegó al país en distintos formatos.
Un alto porcentaje de los residuos que se generan en la Argentina son envases plásticos. Tal es así que de las 14 millones de toneladas de basura que se producen al año, el 14% corresponde a botellas, paquetes de comida y todo tipo de recipientes descartables, de los cuales solo se recicla un 30%. El 70% restante se entierra en vertederos, se quema o, lo que es peor, va a parar a los ríos y mares: nuestro país figura entre los 30 que más plásticos tiran al agua, según Greenpeace.
"El problema no es el material, sino el destino que le damos una vez que termina su ciclo de vida. Por eso, una deuda pendiente que tenemos los argentinos es la sanción de la Ley de Envases, que establece que 'quien contamina, paga'. Así, las multinacionales que dirigen el sector envasador se verían obligadas a aportar dinero por cada envase que ponen en el mercado y a activar mecanismos para recuperarlos, seleccionarlos y facilitar que la industria recicladora transforme ese material en una nueva materia prima para la elaboración de otros productos, tal como pregona la economía circular", sostiene Sergio Hilbrecht, gerente de la Cámara Argentina de la Industria del Plástico (CAIP) y miembro de Ecoplas.
Mientras tanto, surgen emprendimientos orientados a promover el reciclaje y reducción del consumo de todo tipo de envoltorios y packaging, tal el caso de los mercados sin envases. Y la buena noticia es que esta tendencia que nació en los EE.UU. ya tiene su correlato en Buenos Aires.
Cero Market es un ejemplo. Menos alimentos frescos, en este supermercado ubicado en el barrio de Belgrano se puede comprar desde harinas, pastas secas, arroces, golosinas, mermeladas, aceites, vinagres, salsas, galletitas e infusiones hasta detergente, champú, jabón, pasta dental, pañales, toallitas femeninas, cepillos de dientes y todo lo relativo a almacén, limpieza, higiene personal, mascotas y bazar pero sin envases ni empaquetados.
El sistema es muy sencillo. El consumidor entra al local y lo primero que hace es pesar los distintos contenedores que lleva para ser rellenados. Una de los empleados anota el peso de los mismos en la base y luego los recarga con el producto que el cliente desea comprar. Al momento de pasar por la caja, se resta el peso de cada contenedor. "La particularidad de esta propuesta es que, además de evitar el consumo innecesario de plásticos de un solo uso, no se desperdician alimentos ni dinero. Por esa razón, no se requieren cantidades mínimas de compra de ningún tipo. Incluso ponemos a disposición tazas medidoras para que los clientes puedan traer alguna receta y llevársela ya semi preparada a su casa", precisa Ana Pierre, co fundadora de Cero Market.
Lejos de hacer de esta modalidad un mercado de nicho o para unos pocos, Pierre destaca que los precios del lugar se asemejan a los de cualquier almacén tradicional. Y con el objetivo de ofrecer calidad, también vende productos 100% agroecológicos elaborados por productores locales. "Además, encontramos que en la mayoría de los locales que venden a granel la higiene está bastante descuidada. De ahí que desarrollamos para cada tipo de producto un contenedor especial que garantiza la asepsia y la correcta preservación de los alimentos. A su vez, en cada uno de los mismos encontrará la información nutricional del producto, su vencimiento y demás aspectos exigidos por la regulación argentina", detalla la emprendedora.
Otra tienda libre de packaging es La Quemisterie. Ubicado en el barrio de Las Cañitas, este negocio que vende productos sueltos de limpieza, aromatización y cosmética, es una creación de la editora Daniela Nobili, la profesora Inés Abbiati y la química Graciela Oblitas.
La joyita del lugar es la estación de recarga Le Vrac®, un sistema de dispensadoras automáticas en serie -iluminado con tecnología LED- que permite recargar recipientes de manera rápida y continua. "Además de reducir la cantidad de residuos plásticos, el objetivo de este emprendimiento es ofrecer productos completamente libres de tóxicos y contaminantes. Por eso, todos nuestros detergentes, limpiadores, jabones para la ropa, suavizantes y crema de manos son de elaboración propia y biodegradables. Además,poseen pH neutro, no contienen parabenos", explica Oblitas, co-fundadora y directora Técnica.
El funcionamiento de la propuesta es simple: la primera vez que se compra en la tienda, se abona el envase de, por ejemplo, un suavizante para la ropa de una fragancia en particular. La próxima vez que el cliente vuelva al local, solo pagará por la recarga.
EMBALAJE SUSTENTABLE
Como complemento de esta tendencia, el packaging sustentable es otra gran opción para contrarrestar la desidia ecológica en nuestro país. Por ejemplo, la empresa argentina Ecotown comercializa vajilla biodegradable, compostable y hasta comestible ya que los platos y bowls están hechos 100% de salvado de trigo orgánico certificado. "Al gusto, saben como una galletita de salvado. Si no se los ingiere, se biodegradan en 30 días a la intemperie, y por medio del compostaje desaparecen en menos días. También cuenta con una línea de cubiertos elaborados en 90% de almidón de maíz y un 10% de salvado de trigo que no necesitan compostaje industrial y se degradan en 180 días en una compostera doméstica. En ellos también se puede cocinar -soportan hasta 180 grados en horno– y son apto freezer y microondas", precisa Abdon Zavaleta, CEO y socio fundador.
Por su parte, Zafrán sumó una nueva línea sin TACC y vegana de productos secos que presenta en un doypack biocompostable fabricado por Compostame, una marca de envases sustentables que busca erradicar al plástico. La particularidad de este material es que luego de su uso, sí o sí se lo debe compostar adecuadamente ya que si se lo tira en cualquier lado contamina como cualquier plástico tradicional.
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